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Pesistas magallánicos: acostumbrados al éxito

Lunes 12 de Octubre del 2020

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La halterofilia, o también llamado levantamiento de halteras o pesas, es uno de los deportes que mayores satisfacciones ha entregado a los magallánicos, tanto en competencias nacionales como internacionales.

El levantamiento de pesas es probablemente uno de los deportes más antiguos que se puede situar sus orígenes en China en torno al año 3.600 AC, mientras que en los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, celebrados en Atenas en 1896, fue incluido como uno de los deportes pero sin tener un reglamento muy específico hasta que en los de Amberes en 1920 se logró organizar similar a lo que se conoce en nuestros días, donde ya los participantes fueron divididos en categorías según su peso.

Recién en 1987 se celebró el primer campeonato femenino y el Comité Olímpico Internacional aprobó en 1997 la participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos.

CATEGORIAS

Actualmente se configura con ocho categorías masculinas y siete femeninas, en ambos casos definidas por el peso corporal, y además en dos modalidades de competencia: Arranque, que consiste en levantar la barra con las pesas desde el suelo hasta por encima de la cabeza con una completa extensión y en un sólo movimiento.

Además está el envión o dos tiempos, ejercicio que consiste en levantar la barra desde el suelo hasta los hombros con una sentadilla, para iniciar la segunda fase realizando una flexión de las piernas y empujando la barra por encima de la cabeza con una tijera al mismo tiempo.

Los deportistas de elite en la modalidad de arranque suelen levantar entre 40 y 70 kilos por encima de su peso corporal y en la modalidad de envión, de 80 a 100 kilos. El competidor que consigue levantar el mayor peso sumado en las dos modalidades gana la prueba.

INICIOS

En nuestro país esta disciplina se práctica desde comienzos del siglo pasado (1910 – 1912), en principio asociadas a actividades portuarias, siendo establecido el primer récord nacional por un marinero de apellido Sepúlveda quien hizo una marca de 107 kilos en fuerza.

Años después apareció otro joven, Mario Constantino, quién logró superar el récord de Sepúlveda al elevar 112 kilos en el movimiento de fuerza y también logró levantar 130 kilos en envión cuando el campeón olímpico en Los Angeles sólo levantó 128.

Constantino fue, quizás sin proponérselo, el primero que motivó a la práctica del levantamiento de pesas en nuestro país, al invitar a un grupo de bogadores de Valparaíso para que probaran con un equipo de pesas de su propiedad, lo que ayudó a encender la primera chispa para que iniciaría oficialmente este deporte olímpico en Chile.

En nuestra región, en la década de los ‘80 y ’90, comenzó a popularizarse la práctica entre los jóvenes, logrando en el corto plazo buenos resultados gracias a las constantes participaciones en campeonatos nacionales, especialmente en las categorías menores, en los cuales comenzaron a cosechar medallas y varios de ellos ser nominados a selecciones nacionales.

ALEJANDRO MUNIZAGA

Uno de los grandes responsables en el desarrollo y éxito de este deporte en nuestra ciudad fue Alejandro Munizaga, técnico y adiestrador regional federado que logró integrar, motivar y preparar a una gran cantidad de jóvenes para que se dedicaran a la halterofilia.

Realizando un trabajo silencioso pero efectivo, sin contar muchas veces con los recursos -muy escasos en ese tiempo- o con las condiciones mínimas para el desarrollo de la actividad, como un recinto adecuado para los entrenamientos, como el salón que por muchos años utilizaron en el estadio de la Confederación Deportiva y que ni siquiera contaba con calefacción, la falta de implementos adecuados para los atletas, muchas veces insuficientes y no en muy buenas condiciones, supo sacarle grandes réditos a su trabajo.

En los ‘90 permanentemente los atletas regionales peleaban los campeonatos nacionales, donde destacaba -entre muchos otros- nombres como Marcelo Morales, Alejandro Labrín, Julio Maldonado y Ricardo Villarroel, seleccionado nacional juvenil en 1993 luego de sus buenos resultados del año anterior donde Magallanes fue campeón de Chile.

COSECHA DE MEDALLAS

Entre otras grandes presentaciones, el 2011, con Carla Quiroz como técnica, la selección regional sumó una gran cosecha de medallas en el Nacional Sub-15 y Juvenil realizado en Vicuña, con 15 medallas de oro, 3 de bronce y un tercer puesto por equipos en damas, para una delegación de sólo ocho integrantes.

Destacaron las participaciones de los Sub-15 Andrea Díaz, Yenifer Segovia y Gerardo Maichil, con tres medallas de oro cada uno. En categoría juvenil José Aguilar obtuvo también tres medallas de oro, Claudio Marín fue quinto y Sebastián Negue octavo en sus respectivas series.

Ese mismo año participaron en un torneo interregional en Temuco, donde nuevamente la delegación sumó un número importante de preseas, la que estuvo dirigida nuevamente por Carla Quiroz, quien también compitió consiguiendo tres medallas de oro en su categoría todo competidor, al igual que Yenifer Segovia en esta misma categoría alcanzó otras tres preseas doradas.

También ganaron tres medallas de oro cada uno en la categoría Sub-14 Alejandro Oyarzún, Andrea Oyarzún e Isidora Alarcón, mientras que en todo competidor Claudio Marín consiguió tres de plata y José Aguilar obtuvo tres preseas de bronce, mientras que Marcos Alvarez ocupó el cuarto lugar.

Constantemente, a pedido de la Federación y para evitar muchas veces los viajes al norte, se realizan los controles a los seleccionados locales, para ver los avances que llevan en su preparación y si logran cumplir con las marcas mínimas para participar en un campeonato Nacional.

El listado de grandes actuaciones sin duda es extenso y podemos seguir recordándolo, lo que demuestra que no es más que el resultado de un trabajo muchas veces sacrificado pero confirma que cuando se hacen las cosas de buena forma, con motivación y ganas, por lo general los resultados vienen solos.