Necrológicas

Libro aborda las relaciones de intercambio entre loberos estadounidenses y pueblos originarios entre 1780-1850

Domingo 29 de Noviembre del 2020

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Aspectos desconocidos de la historia de la región fueron descubiertos en un exhaustivo trabajo bibliotecario, en la que escuetos informes dieron la pista de una relación que fue más duradera de lo que pudiera imaginarse.

La que se formó entre loberos estadounidenses y distintos pueblos originarios de Magallanes, entre las décadas de 1780 y 1850. La investigación estuvo a cargo del académico de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Umag, Marcelo Mayorga Zúñiga, quien presentará el 16 de diciembre, el libro “Pieles, tabaco y quillangos. Relaciones entre loberos angloestadounidenses y aborígenes australes en la Patagonia (1780-1850)”.

El libro será editado por la Subdirección de Investigación del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural y cuenta con ilustraciones de la magallánica María Paz Pacheco. Su autor explica que “si bien era conocida la relación entre los navegantes y los aborígenes australes, no se había escrito mucho porque no se había tenido acceso a la fuente. La investigación se hizo en el contexto de la realización de mi tesis doctoral para tener el grado de doctor en estudios americanos, y mientras estaba en ello, gané una beca Conicyt, por lo que estuve seis meses en Estados Unidos y acudí a varias bibliotecas, especialmente al Mystic Seaport Museum, donde pude acceder a una cantidad espectacular de bitácoras de expediciones loberas que estuvieron en Magallanes; bitácoras de 1830, 1840, algunas de 1820 y fue emocionante ver que entraban al estrecho de Magallanes y, aunque de forma muy escueta, daban información de lo que yo buscaba investigar”.

De esta manera, como un rompecabezas, Mayorga fue centrándose en las informaciones que daban cuenta de los loberos y su relación con los pueblos originarios: “Encontré contactos con los aonikenk, que pasaban por la costa nororiental del Estrecho e intercambiaban los quillangos (las capas), carne de guanaco y se generó toda una dinámica. Pero también noté contactos con los kawésqar, yaganes, eventualmente con los selknam y hasta con los chonos, que vivían más al norte de la macrozona patagónica”.

El título hace referencia a que, en base al tabaco, las pieles y los quillangos se estableció esta dinámica de intercambio, muchas veces desigual, porque por estas vestimentas de piel, los aónikenk recibían un tarro de harina, tabaco, cucharas, botones, entre otros elementos. En cambio, con los kawésqar, los intercambios eran más espaciados, “y por lo general eran ellos los que se acercaban a estas embarcaciones, esperando obtener algo de parte de estos visitantes foráneos”.

La procedencia de estos loberos fue, fundamentalmente, de la costa este, en particular del área histórica conocida como Nueva Inglaterra, en la zona de Stonington, el pueblo de Mystic, en el estado de Connecticut. Y respecto de las relaciones que establecieron con los habitantes locales, Mayorga las califica de “pacíficas con los aónikenk, pero no tanto con los kawésqar y yaganes, porque no tenían muchos productos que intercambiar y a modo de anécdota, en una de las bitácoras, que son documentos súper lacónicos y técnicos, decía ‘se acercaron cinco canoas con 25 personas, que estuvieron durante todo el día cerca del barco’; al segundo día, ‘se acercaron las cinco canoas y estuvieron todo el día’, y tú vas notando por el dejo de escribir, un sentimiento de ‘otras vez vienen’ y hay casos en que mencionan ‘les dijimos que se vayan’”, detalló el autor.

Marcelo Mayorga continuó investigando, determinando que la caza de lobos venía de épocas más antiguas que las mencionadas en la historia.

De hecho, esta es una primicia de un artículo que sacaré próximamente: tengo una bitácora de una embarcación norteamericana llamada Florence, de 1870, que estuvo cazando en Punta Arenas, muy detallado, y en una parte dice que están cazando lobos en el lote Evangelista, ‘y se nos acerca un portugués de nombre José’, entonces es una descripción directa de Nogueira metido en la caza de lobos”, expuso el investigador.