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La desconocida trama que gatilló que Chile llevara el coronavirus a la Antártica

Domingo 27 de Diciembre del 2020

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Día 5 de diciembre es una jornada clave en que el Covid-19 pudo hacerse presente con más fuerza en la Base O’Higgins del Ejército y con ello marcar su presencia en la Antártica, el único continente que hasta esa fecha estaba libre de la pandemia.

Chile, al ser uno de los países del Tratado Antártico con presencia permanente de connacionales que viven todo el año en las bases antárticas, no podía suspender sus viajes al continente blanco como sí lo hizo una decena de naciones que este verano optaron por no hacer ciencias.

Otra decena sí mantiene movimientos desde Punta Arenas y Ushuaia, aunque más acotados en tiempo y cantidad de personas.

La aparición de los primeros casos de Covid-19 desde la Antártica se conocieron en la semana del 14 al 20 de diciembre y La Prensa Austral fue el primer medio en informarlo en su edición del jueves 17. Esto obligó a que la Armada emitiera un comunicado de prensa a media tarde de ese día en el que confirmaba que al regresar desde la Antártica el buque Sargento Aldea, que brindó apoyo a la Base O’Higgins, había desembarcado en Punta Arenas a dos efectivos militares con sintomatología positiva a Covid-19 y que al llegar a Talcahuano otros tres tripulantes del buque estaban con Covid-19. Desde ese momento toda su tripulación (208 efectivos) estaba en cuarentena.

Al finalizar la jornada del jueves 17 el Ejército, a través de la V División, informaba que “miembros de la dotación en la Base O’Higgins habían presentado síntomas que podrían asociarse a Covid-19, por lo que se han efectuado testeos periódicos con resultados negativos hasta ahora”. Asimismo, se dispuso el relevo programado para la dotación 2020 por personal destinado para el 2021, quienes mantuvieron control de aislamiento en Punta Arenas acorde a los protocolos exigidos.

Es normal que durante el año la dotación del Ejército asignada a la Base O’Higgins sea de 19 ó 20 personas, pero la cantidad de personal aumenta en verano cuando se suman los militares que viajan a realizar los trabajos de mantenimiento. A ello se agregaron 25 trabajadores civiles de la empresa Inproser, contratada por el Ejército para iniciar obras de ampliación de instalaciones anexas a la base en el llamado “Proyecto Hielo”.

Al trascender la noticia coincidió en que el entonces ministro de Defensa, Mario Desbordes, había presentado su renuncia la que se materializó en la jornada del viernes 18, asumiendo en su reemplazo el ministro de Minería, Baldo Prokurica. Sin embargo, se supo que tanto este ministerio, del cual dependen las instituciones de las Fuerzas Armadas, como en el Ministerio de Relaciones Exteriores, del cual depende el Instituto Antártico Chileno, la noticia ya era manejada desde inicios de esa semana, pero todo se mantenía en secreto.

Hasta ahora ninguno de los ministerios ha emitido pronunciamiento alguno y en vez que este hecho fuera informado oportunamente se ha optado por el silencio relegándose a dos comunicados oficiales del Ejército y uno de la Armada.

La alerta de todo se relacionaría con una carta anónima que fue enviada vía correo electrónico entre el lunes 14 y miércoles 16 por parte de una persona que estaba en la Base O’Higgins.

Correo anónimo

La primera alerta de lo que estaba desencadenándose vino de este correo anónimo que habría llegado a mandos del Ejército, Ministerio de Defensa, Cancillería y autoridades de Salud.

Parte del correo anónimo señala: “Buenas tardes, redacto el presente correo en forma anónima por lo que les pido disculpas del caso, pero entiendan que lo hago de esta forma por miedo a represalias en contra de quienes se encuentran en Base O’Higgins, eso considera a civiles y militares.

“Les comento que en esta base he podido observar a personal militar y civil con evidentes síntomas característicos a Covid-19 a partir del día 5 de diciembre aproximadamente, con fiebre, tos seca, gente con diarrea, con dolores musculares y en muchos casos pérdida del olfato y del gusto.

“Además les comento que los síntomas se hicieron presentes una vez que se tomó contacto con personal civil y militar que hizo ingreso a través del buque Sargento Aldea el día 30 de noviembre buque que realizó su zarpe a Punta Arenas con fecha 7 de diciembre realizó el embarque de personal que presentaba síntomas de Covid”.

La persona anónima agregó en su carta que “existe personal civil y militar que está próximo a dejar la base. Mi preocupación y la de muchos de ellos es saber si estamos contagiados con este virus, según lo que he podido averiguar no está previsto que realicen PCR a la gente que hará abandono de esta base. Sin embargo, es una negligencia de parte del Ejército no considerar esta medida teniendo en cuenta los antecedentes antes expuestos. Da la impresión que el Ejército intenta ocultar la presencia de Covid en su base antártica obviamente por las repercusiones hacia la institución que esto amerita tanto a nivel nacional como internacionalmente”.

Además, la persona en su carta anónima relató que en su permanencia se percató de escasos protocolos y que incluso hubo reuniones diarias con personal militar y civil, hasta 70 personas aproximadamente, compartiendo alimentos y bebidas en lugares reducido y sin uso de mascarillas.

“Me he podido dar cuenta que se ha mantenido en forma reservada todo lo que les he comentado ya que la gente que será relevada quiere llegar en forma rápida a sus hogares… También quiero destacar que no escribo esto en forma de represalia sino lo hago para que tomen las medidas correspondientes”, concluye parte de la misiva anónima.

Molestia en el Ejército

En el Ejército el envío de este correo anónimo no cayó muy bien. Una fuente calificada señaló a fines de la semana pasada que “fue determinado por personal experto en trazabilidad de Salud Magallanes que nuestro hombre que presentó Covid-19 al regresar de su comisión, tuvo que recibir el contagio entre los días 7 y 8 de diciembre, es decir a bordo del buque…no en O’Higgins”.

También se supo que a bordo del Sargento Aldea el mismo día 7 presentó molestias un oficial de la tripulación, al día siguiente quedó en cama, aislado en su camarote.

La misma fuente militar refiriéndose a la carta anónima señaló que ante incertidumbres e informaciones no confirmadas existe preocupación porque es imposible ser totalmente eficaces contra el virus.

“Una muestra es el mensaje anónimo que envió un hombre de la dotación antártica de O’Higgins faltando a la verdad y con quienes se ha tenido un contacto permanente. A todo aquel que se ha sentido mal en la base se le ha evaluado médicamente (contamos con un médico y dos enfermeros) y se han tomado 9 test rápidos de antígenos saliendo todos negativos”, se expresó.

La Base O`Higgins pese a ser una base grande está diseñada para una dotación permanente de 21 personas y en verano muchas veces se obliga a triplicar tal cantidad y fuentes militares admiten que era imposible aplicar un concepto de distanciamiento social. Las piezas eran compartidas hasta de a cuatro personas y se indicó que las medidas se centraron y se cumplieron en haber aislado y sometido a cuarentena y exámenes a PCR a todos quienes ingresarían y eso se cumplió porque todos presentaron exámenes negativos antes de viajar, entre civiles y militares.

Fuentes del Ejército afirman que en el viaje se mantuvo el aislamiento y al llegar a O’Higgins fueron todos sometidos a control médico de ingreso y monitoreo durante los días de faenas de descarga. Se agregó que “el uso de mascarilla se mantuvo hasta el día 5 de forma obligatoria, ya que sumado a los otros cuatro días de navegación y 20 días de aislamiento indicaban y respaldaban que no había presencia del virus. Con todos estos antecedentes concretos se autorizó el no usar la mascarilla en las tareas de descarga fuera de la base, entendiendo que no había ya indicios médicos de posibilidad de contagio sumado a las dificultades que presentaba para respirar su uso por el trabajo y esfuerzo físico de acarrear peso”.

Incluso en la red social twitter el Ejército viralizó una fotografía el 10 de diciembre sobre la misa en memoria de las 38 víctimas del accidente del Hércules C-130 de la Fach caído en el mar de Drake. En la fotografía incluida en este tweet se aprecia a varios sin usar mascarillas.

La aparición del Covid-19 se aclaró el pasado fin de semana luego que Salud viajara a isla Rey Jorge y tomara 102 muestras de PCR a todas las personas que permanecen en las bases Presidente Frei de la Fuerza Aérea; Profesor Escudero del Instituto Antártico Chileno y Gobernación Marítima. La toma de exámenes coincidió con el regreso de 9 miembros del programa de ciencias del Inach desde Base Yelcho a isla Rey Jorge detectándose un caso positivo y ocho contactos estrechos, aunque a mediados de semana se supo de un segundo caso positivo en este grupo.

Paralelamente al regresar desde Base O’Higgins 67 personas, entre ellas 24 civiles de la empresa Inproser, se supo de 36 casos positivos, 26 militares y 10 trabajadores civiles.

Además, trascendió que el Instituto Antártico Chileno dispuso el término anticipado de su campaña científica y sólo mantiene a 20 personas en el continente blanco. Durante la semana debió enviar informes al Sistema del Tratado Antártico señalándose que no hay casos positivos por Covid-19 y que todos fueron evacuados.

Sin embargo, hasta ahora el director del Inach, Marcelo Leppe, no ha emitido opiniones frente al tema porque se espera un pronunciamiento del nivel central, algo que hasta ahora no ha ocurrido.