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Contraloría advierte caos administrativo durante gestión de Arturo Zúñiga por residencias sanitarias

Jueves 4 de Febrero del 2021

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En un oficio de 67 páginas, la Contraloría reveló -por ejemplo- que de 94 extranjeros que hicieron uso de la residencia emplazada en el Hotel Clínico Spa, 56 ya habían abandonado el país antes del periodo en el cual habrían ocupado las instalaciones.

La Contraloría General de la República publicó un lapidario oficio en el que cuestiona en duros términos el desorden administrativo que significó la gestión de Arturo Zúñiga al mando de la Subsecretaría de Redes Asistenciales.

En un informe de 67 páginas, el organismo de control detectó que no existió una estrategia formal para llevar adelante la implementación de las residencias sanitarias, parte clave en la lucha desplegada contra la pandemia.

El documento detalla que no fue posible identificar la razón que fundamentó la asignación de dicha tarea a la División de Atención Primaria (Divap) -perteneciente a esa subsecretaría-, pese a que se consultó a diversas jefaturas, “quienes manifestaron desconocer o no tener del todo claro tales fundamentos”.

A ello agregan que la repartición tampoco rayó la cancha para determinar -entre otros aspectos- la organización interna para cumplir la implementación de las residencias sanitarias ni determinó cuáles serían las unidades y funcionarios que finalmente pondría en marcha dicho plan.

“A modo de ejemplo, se verificó mediante la revisión de los antecedentes aportados por funcionarios de la Subsecretaría, que un asesor del subsecretario de Redes Asistenciales requirió el pago de una de las residencias sanitarias contratadas por esa entidad, sin que se encontrara debidamente acreditado el cumplimiento de las prestaciones asumidas”, versa el escrito.

Además, -agrega el informe- se corroboró que en los procesos de búsqueda y selección de hoteles para el funcionamiento de residencias sanitarias “participaron funcionarios públicos y personal contratado a honorarios ajenos al Ministerio de Salud, sin que se adviertan los fundamentos ni mayores antecedentes que precisen tal intervención”.

El desorden administrativo no se detiene ahí. La Contraloría también verificó que la Subsecretaría dejó a su suerte a los servicios de salud locales, al no entregar lineamientos generales para verificar, por ejemplo, la idoneidad técnica y sanitaria de las alternativas de hoteles seleccionadas para su funcionamiento como residencias sanitarias y corroborar la prestación de los servicios pactados.

Esto último llevó a que cada servicio terminara negociando en sus propios términos los contratos para las residencias sanitarias, por lo que tampoco pudo fijarse un estándar en lo relativo a las raciones de comidas, parámetros mínimos de calidad, etcétera.

Redes Asistenciales tampoco estableció procedimientos o instrucciones que pudiera evitar conflictos de interés e irregularidades en la selección y contratación de los proveedores.

Justamente, esa falta de lineamientos derivó -por ejemplo- en lo ocurrido con el Hotel Clínico Spa. Según la investigación del organismo de control, la Divap no pudo acreditar la existencia de las 40 habitaciones con baño privado contratadas en el inmueble de Mosqueto 552, Santiago Centro, y su correspondiente destinación a su uso como residencia sanitaria, o que las instalaciones garantizaran las condiciones de aislamiento que se requerían, “toda vez que que el referido edificio tenía uso residencial”.

Asimismo, detallan que hasta fines de junio de 2020 no existió un registro consolidado de las personas ingresadas al Hotel Clínico Spa, que diera cuenta y acreditara la forma en que se gestionaron los ingresos al hotel.

Más grave aún es que de los 94 huéspedes extranjeros individualizados en el listado referido, “se pudo verificar con los datos proporcionados por la Policía de Investigaciones de Chile que en 56 casos, los registros de esa institución daban cuenta de que la persona informada había abandonado el país antes del periodo del cual habría hecho uso de las instalaciones”.

Así las cosas, el oficio fue derivado al Ministerio Público “para los fines que procedan dentro del marco de sus competencias”.

Zúñiga responsabiliza
a subalterno

“Hay temor porque puedo ser elegido”. Esa fue la respuesta, con cero autocrítica, del ex subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, tras el lapidario informe de Contraloría por las irregularidades en la gestión de la residencias sanitarias durante su paso por el Minsal, revelado por El Mostrador.

“Yo al leer el informe de Contraloría no veo que haya habido una responsabilidad. Creo que las medidas de control instaladas en el Minsal junto con las medidas adoptadas cuando se detectó está situación de conflicto de interés fueron las que permitieron que ningún peso del Fisco terminara en manos de esta persona”, indicó a La Segunda el ingeniero comercial y actual candidato a la Convención Constitucional.

Zúñiga deslindó toda la responsabilidad en Orlando Durán, ex jefe de la  División de Atención Primaria (Divap) desde marzo del año pasado  y quien tuvo en sus manos el tema de las residencias sanitarias.

Desde ese cargo, Durán incluso contrató un hotel del que era socia su pareja, por $205 millones de pesos. Lo más grave, según el ente contralor, es que en el Hotel Clínico Spa aparecen como hospedados extranjeros que salieron de Chile meses antes de la fecha en que está consignada su estadía en el hotel por motivos sanitarios.

“La única autocrítica es que cuando llegué al Minsal, porque yo ni siquiera contraté a Orlando Durán, uno aprende lecciones: hay que trabajar con personas con las que uno tenga conocimiento (…) Espero que se condene a esta persona”, indicó Zúñiga.

En sus descargos, Zúñiga insiste en lavarse las manos, y señala que “lo que dice el informe de la Contraloría es que hay medidas de control que se debiesen mejorar, pero es totalmente entendible que las medidas de control de una institución no están pensadas para la pandemia más apremiante de los últimos 100 años. Obviamente no fue suficiente, pero fueron precisamente esas medidas de control las que levantaron la alarma acerca de este funcionario Orlando Durán que se estaba auto contratando un hotel y en ese mismo instante fui yo el que dictaminé el sumario, que hizo la denuncia a la fiscalía, que terminó su contrato y el que hizo la orden de no pago”, indicó.

Por eso, insiste en que “pretender ensuciar una gestión completa del Minsal, creo que no corresponde. Se deben mejorar los sistemas pero no enlodar un trabajo de 60.000 trabajadores de la salud”.

El Mostrador y
La Segunda