Salud mental: 53% de los pacientes con demencia presentó una disminución significativa de la memoria
Insisten en la necesidad de mantener los estímulos a pesar de la pandemia.
Grandes cambios en la rutina de los pacientes con demencia, tratamientos postergados y la falta de participación social impactó en la salud de los pacientes con demencia. Así lo reveló un estudio realizado por la Universidad de Chile que advierte que el 53% de los pacientes presentó una disminución significativa de la memoria.
En el Centro Quemanta advierten acerca del impacto generado por la pandemia y por lo mismo se han reinventado para mantener la atención a los más de 50 usuarios y evitar así su deterioro.
Las terapeutas ocupacionales Javiera Torres, Jazmín Muñoz, además de la kinesióloga Pamela González y la trabajadora social Katherine Abdala coinciden en que los impactos negativos más importantes tienen que ver con los grandes cambios en la rutina diaria de sus usuarios, sobre todo al no poder asistir a dicho centro, donde desarrollaban diferentes tipos de actividades como por ejemplo la participación social, la comunicación y otras áreas que se ven alteradas por el diagnóstico que presentan estas personas. Por otro lado, se ha visto afectada la calidad de vida de sus cuidadores y familiares quienes son los que pasan gran parte del día con ellos y que han tenido que reorganizarse en cuanto su estructura familiar, laboral, económica y todo lo que conlleva esta pandemia.
Frente a ello, dicho establecimiento se vio en la obligación de no innovar en relación a las intervenciones, las cuales no se pueden realizar de manera presencial en la frecuencia deseada, por lo cual se realizaron a través de plataformas online de manera grupal e individual, a través de contacto telefónico, confección de material el cual se envía a domicilio con sus respectivas instrucciones, videos educativos, acompañamiento psicológico a usuario y familiares. También se ha realizado apoyo en el ámbito socioeconómico, con entrega de canastas y otras necesidades particulares de cada usuario y de su familia.
“Desde principios de este año se han realizado reevaluaciones a cada uno de nuestros usuarios, lo cual nos deja entrever que a pesar de las brechas comunicacionales hemos logrado los objetivos propuestos con la mayoría de ellos conllevando a retardar el avance de la patología, lo cual deja muy satisfecho al equipo, ya que cada intervención realizada dio sus frutos”, sostienen los profesionales.
Para el médico geriatra Ramón Lobos Vásquez, no hay adultos mayores que no hayan sufrido el deterioro de la pandemia. “Evidentemente en aquellos con más recursos cognitivos el impacto es menor, que en aquellos que tienen un mayor deterioro y que necesitan estímulos externos permanentes para que puedan seguir funcionando. Por ello es que todas las políticas públicas deben apuntar a eso, aún en pandemia y aún con confinamiento, deben desarrollar programas de acompañamientos para que puedan continuar estando acompañados y con las terapias respectivas”, enfatiza.
El estudio impulsado por la académica de la Universidad de Chile, Andrea Slachevsky determinó que el 31,2% de las personas con demencia se sintió “más triste” y un 37,4% aumentó sus síntomas de ansiedad durante la crisis sanitaria. Esta realidad se vuelve particularmente compleja ahora, en medio de los momentos más duros de la pandemia en nuestro país, entendiendo que las familias son las que ejercen principalmente las labores de asistencia y protección de los pacientes, estableciéndose un trabajo informal con altos niveles de sobrecarga y síntomas ansiosos o depresivos.
Añade que en pandemia se han discontinuado las atenciones de pacientes con demencia, dando cuenta que no se ha logrado compatibilizar la crisis sociosanitaria del coronavirus con las demás patologías. Este contexto ha irrumpido fuertemente en la vida cotidiana de personas con esta enfermedad, ya que tienen mayor dificultad para adaptarse a nuevos ambientes y desenvolverse con normalidad”, subraya la académica, respecto del estudio realizado a nivel nacional.
