Grabación de Claudio Paredes cantando “Ríos sentenciados” conmovió a los asistentes a su despedida en el Cementerio
Poco más de media hora duró el sentido homenaje que familiares y amigos tributaron al destacado músico y compositor Claudio Paredes Chamorro, en el Cementerio Municipal. La cuarentena total en la que Punta Arenas lleva ya dos semanas, impidió que el autor de reconocidos temas del cancionero regional tuviera una despedida masiva. Pero el cariño, el reconocimiento y, sobre todo, el sentir por su partida se expresó en cada palabra y canción.
Precisamente, a su llegada al camposanto, fue recibido con la grabación de un coro de niños que interpretó “Ave azul”, uno de sus inmortales temas. De inmediato, el actor Mauricio Güichapani, con su rostro pintado con motivos selknam, tomó la palabra para expresar un desgarrador mensaje de despedida: “Ciudadanos, ciudadanas, mirad hacia este lado de la República, ha partido un ser que tejió sobre Magallanes sus más hermosas letras, sus más rebeldes melodías; partió como parten los grandes, peleando en silencio, batallando desde las entrañas, luchando por lo que ama. Partiste Claudio, un día gris, lleno de lluvia y de nostalgia ¿Quién compondrá ahora esas hermosas canciones llenas de esperanzas y lágrimas?, ¿quien tomará la guitarra con tus manos valientes y con tus esperanzas y la transparencia de tu alma? dime Claudio, ¿dónde dejaste los arpegios y las metáforas para ir a rescatarlas? Se asombra el pecho sobre el aire que se estanca, pero damos gracias por la hermosura de tu canto; damos gracias por disfrutar de tu arte que en nosotros sigue caminando. El ave azul de tu alma nos cuenta las historias de las matanzas, tus canciones son guanacos que corren libres por la pampa, tus palabras son afiebradas de este cielo austral que trae albatros que son faros alados para los pescadores artesanales. Allá en la Tierra del Fuego, en la nieve y en la escarcha, toda la naturaleza toma firme tu pluma sagrada. Acallaremos la tristeza, acallaremos el dolor, porque aquí estamos adoloridos, pero plenos; destrozados, pero enteros, porque Claudio, en susurros de tu amor sale a correr por tu pueblo entero. Ciudadanos, ciudadanas, mirad hacia este lado de la República. Ha partido un ser que soltó furioso sobre nosotros las raíces de su canto. Para ti Claudio, para este cantor del pueblo, pido un enorme aplauso”.
Tras la despedida religiosa, a cargo del diácono Abelardo Saldivia Maichil, y las palabras de su amigo Mauricio Vidal, Karukinkanto, el grupo del que fue miembro fundador, reunió a todos los músicos que pasaron por sus filas, para rendirle tributo con otra de sus composiciones “Tierra escondida”. Arturo, Gabriel y Jorge Risco, Sergio Jaña, Miguel González, Tommy Villarroel, Luis Caro, Juan Carlos Chávez y Luigi Esparza llenaron la gris tarde con esta inmortal obra, que ya forma parte del patrimonio cultural de Magallanes.
Pero el cierre dejó a todos los presentes, con un nudo en la garganta. La voz de Claudio Paredes asomó como una suerte de despedida. Se trataba de una maqueta que dejó grabada, solamente acompañado de un piano, del tema “Ríos sentenciados”, que fue registrado posteriormente en el disco del grupo Canto Pueblo y que fue la que el compositor entregó a Rodrigo Santana para ser interpretada en el Festival Folclórico en la Patagonia de 2016.
“Yo no quiero mis montañas indefensas / yo no quiero mis praderas sin estrellas / que la vida quede triste y calcinada / por el yugo de un señor sin corazón ni trascendencia / Yo no quiero que mi Dios se ponga triste / porque cambie el destino de su esencia / mutilando sus perfectas armonías / entre el cielo y la canción de nuestra gran naturaleza / yo no quiero ver las flores desterradas / y las aguas invocando su presencia / yo no quiero ver sufrir mi tierra amada / dame el valor para entender si es mejor alzar el puño a puro corazón / que mi bandera sean las montañas / los ríos que rodean sus entrañas / no, no, no lograrán, lo juro, no lograrán / hacer billetes a cambio del dolor de nuestra gente / de los que vienen, los hijos de mis ríos sentenciados / dame el valor para entender si es mejor / alzar el puño a puro corazón / que mi bandera sean las montañas / los ríos que rodean sus entrañas / no, no, no lograrán, lo juro no lograrán / hacer billetes a cambio del dolor de nuestra gente / de los que vienen, los hijos de mis ríos sentenciados”.