Necrológicas

De vía elevada a semaforización

Por La Prensa Austral Jueves 10 de Junio del 2021

Compartir esta noticia
94
Visitas

Finalmente, sucedió lo que se presentaba como el más esperable desenlace. Esperable, no porque la mayoría de los magallánicos lo haya querido, sino porque la evolución de los hechos pronosticaba que tal sería el fin.

Ayer y previo a que el propio alcalde reelecto vaticinara el derrotero, el subsecretario de Obras Públicas, Cristóbal Leturia, llegó a Punta Arenas a anunciar que quedaba en ‘stand by’ el proyecto de construir una vía elevada para dar una solución vial al cruce de las avenidas Presidente Carlos Ibáñez del Campo y Eduardo Frei Montalva.

En lo inmediato, la municipalidad resolvió optar por un sistema de semaforización, que requerirá presentar un proyecto para que sea financiado con recursos regionales.

La vía elevada es un proyecto que data de una década y que, una vez que parecía entrar en tierra derecha, concitó la creciente oposición de los consejeros regionales, los concejales de Punta Arenas y sectores ambientalistas.

Pero, en paralelo tropezó con una mala supervisión del proceso licitatorio de parte de los encargados sectoriales, lo que llevó a que la adjudicación de la obra fracasara al ser impugnada ésta por la no presentación de un documento por parte del oferente que había sido declarado ganador.

A este primer traspié, se sumó la excesiva demora de la toma de razón en la Contraloría, hecho, luego, chocó con un escenario imprevisto: el advenimiento de la pandemia y la brusca alza de los precios de los materiales de construcción.

De hecho, el segundo oferente, que solicitaba entonces $700 millones más que el primer adjudicado, rechazó hacerse cargo del proyecto, alegando que, por el tiempo pasado, la estimación de costos iniciales no se correspondía a los actuales, encareciéndose dicha iniciativa.

Trascendió que, en su afán por dar curso a la vía elevada, se realizaron tratativas con un tercer oferente, el cual también declinó hacerse cargo aduciendo los elevados costos. 

Entre medio, surgió el tema de la necesidad de presentar un estudio de impacto ambiental para desestimar, principalmente, un eventual impacto sobre el Humedal Tres Puentes.

¿Cómo esto último no se previó desde un inicio? ¿Cómo pasamos de una obra vial de 23 mil millones de pesos a un sistema de semaforización que costará una centena de millones? ¿Será reinvertido el presupuesto sectorial en otras obras en Magallanes o, sencillamente, la región perdió tales recursos? Si fuera cierto esto último, ¿quién se hace cargo de esta millonaria pérdida?

Una vez más, el desarrollo regional se topa con el centralismo, la negligencia de los funcionarios públicos y la excesiva demora de Contraloría.