Necrológicas

Algunos recuerdos del “Barrio Prat” (4ª parte).

Por Marino Muñoz Aguero Domingo 13 de Junio del 2021

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En cuanto a la educación, llegaron al barrio la Escuela 3 de niñas y la 15 de hombres (así se denominaban antes las escuelas: para el género masculino eran “de hombres” y las del género femenino, “de niñas”). Ambas integraban un ”Grupo Escolar” que ocupó una manzana completa y cuya edificación fue encargada a la “Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales”, siguiendo el modelo arquitectónico de las legendarias “Escuelas Matte”, con todas las instalaciones, incluyendo clínica dental y las casas para el director y personal auxiliar. El complejo se ubica en la esquina nororiente de Angamos y Zenteno; la Escuela 3 era la que estaba precisamente en la esquina. Ambos planteles se refundieron, dando paso a la Escuela Capitán Arturo Prat Chacón / E-20. Muchos maestros vivían en el sector y como dato anexo agreguemos que el Economato del Magisterio funcionaba en el patio interior de la Escuela Taller Nº26. Ahí nos compraban las parkas, las camisas, las “chombas” y los “Pecos Bill” forrados con franela a los hijos de los profesores y andábamos todos vestidos iguales.

En 1968 se inauguró el nuevo edificio de la Sede Punta Arenas de la Universidad Técnica del Estado (la “UTE”) con la asistencia del Presidente Eduardo Frei Montalva, siendo el rector de la época Enrique Kirberg Baltiansky (la casa de estudios funcionaba desde 1961 en nuestra ciudad en las dependencias de la Sociedad de Instrucción Popular en Avenida Colón). El edificio se emplazó en el cuadrante delimitado por las calles Zenteno, República, Patagona y la denominada Diagonal Universidad. Era un sitio eriazo donde en la década de 1950 se instaló la empresa que construyó la canalización del Río de las Minas. El terreno -según recuerdan algunos- marcaba la frontera entre el Barrio Prat y el Barrio Don Bosco y en ocasiones hacía las veces de “campo de batalla” para evitar que “los del centro” ingresaran. Entonces los “Pratinos” defendían a tiro de honda su territorio poniendo freno a las incursiones de los foráneos, en especial, aquellos que intentaban dárselas de pretendientes de las muchachas del Barrio Prat (eso es lo que cuentan algunos).

A las nuevas instalaciones universitarias llegaron estudiantes de todas partes del país y del extranjero para seguir las distintas especialidades, en algunas de las cuales la casa local fue pionera y marcó un estándar a nivel nacional: petroquímica, electricidad, mecánica, enfermería y contabilidad, entre otras. En 1971 la comunidad de la UTE se convulsionó con la visita de Fidel Castro, que andaba en la zona acompañado del Presidente Salvador Allende. Una testigo directa me cuenta el encuentro con los estudiantes en el patio cubierto. Eran tiempos de cambio, de revoluciones y el ambiente político nacional estaba más que agitado. Castro en medio de su discurso preguntó: “¿Cual es el principal deber del estudiante revolucionario?”; “Hacer la revolución, Compañero Fidel”, respondió uno de los asistentes. “Compañero: el principal deber del estudiante revolucionario, es estudiar”; remató el líder cubano.

El impacto de la llegada de la UTE al barrio traspasó el plano netamente académico. Desde sus inicios se dio gran importancia a las actividades culturales y de extensión, como la continuidad a la tradición de las Escuelas de Temporada (en especial, las “Escuelas de Invierno”) instancias en las cuales académicos de renombre nacional e internacional venían a dictar cursos. También dejaron su huella las fiestas estudiantiles, la “Semana mechona” y los “Tijerales universitarios” para la celebración de Fiestas Patrias (éstos se hacían antes en el terreno que actualmente ocupan los Edificios Don Bosco y de los Servicios Públicos, en calle Bories). El deporte fue otra de las actividades en las cuales se destacó la casa de estudios; por ejemplo, recordemos que la UTE contaba con un equipo de básquetbol que participaba en la competencia local. Por otra parte, y a apoco andar, surgieron las pensiones para profesores y estudiantes “del norte”. Todo ello aumentó el movimiento del, hasta entonces, apacible barrio.

El edificio universitario de avanzada línea arquitectónica para la época, actualmente es motivo de estudio académico por expertos, como una muestra de modernidad en el austro (habida consideración de la ambigüedad del concepto de “modernidad”). Ver: Aguirre González, M., & San Martín Pincheira, J. (2007). “La Modernidad más austral de Chile: el edificio de la U.T.E. en Punta Arenas (1964-1968), un ilustre desconocido”. Revista de Urbanismo, (17). doi:10.5354/0717-5051.2010.277 (https://revistaurbanismo.uchile.cl/index.php/RU/issue/view/17 ).

Continuará…