Año nuevo en el hemisferio sur: we tripantu, en el pueblo mapuche. inti raymi, en el imperio incaico
Este día 21 de junio, ha sido instituido como Feriado Legal en Chile, declarándolo como Día Nacional de los Pueblos Indígenas. Esto es muy importante porque es un primer paso para el pleno reconocimiento de la pluriculturalidad de nuestro país llamado Chile.
Este feriado será móvil reconociendo la movilidad del Solsticio de Invierno. Sin embargo, quiero detenerme en este aspecto que es, a mi juicio, el más importante al comenzar a reconocer que el 21 de junio de cada año se inicia un proceso de cambio de ciclo en la Tierra (en los dos hemisferios, pero en particular en nuestro Hemisferio Sur), donde por espacio de aproximadamente 3 días se produce el cambio y nuestro Hemisferio Sur alcanza el punto más alejado del sol para progresivamente, a partir de esta(s) fecha(s), recuperando el Sol su fuerza y empujando a la Tierra a renacer.
El ser humano de la antigüedad, en especial los pueblos originarios, era especializado observante de los movimientos de la Tierra, del Sol y de la Luna, y ello marcaba sus ciclos de vida y con esta fecha se daba un nuevo ciclo o año para la agricultura.
Esta fecha nos debe mostrar como los pueblos originarios CONOCEN Y HONRAN el orden cósmico y las leyes de la Naturaleza. En el Altiplano el Inti Raymi o Fiesta del Sol y en la Nación Mapuche, el We Tripantu, corresponden al Año Nuevo, que coincide con ser la Noche más larga, pero es el inicio de la aparición más presente del Sol y del Calor y, con ello, de la VIDA, que se expresa en la fertilidad de la Tierra.
¿Cuánto para aprender y asumir? El ser humano moderno, que vive ensimismado, rodeado de distractores, de códigos que ha creado y que lo han alejado de lo natural, del conocer, respetar y honrar a la Madre (y Padre) Naturaleza. Hemos llegado como Humanidad al punto de mayor alejamiento con nuestra propia Tierra, de la mayor afectación de nuestro Planeta y solo queda esperar y trabajar para que, al igual que en el ciclo de los Solsticios, comencemos a acercarnos progresivamente a respetar y amar nuestra Naturaleza, ser seres conscientes que ella es sensible a nuestro comportamiento.
Este feriado debiera ser un punto de claro compromiso con nuestra “Pachamama”, con nuestro terruño, con nuestros lugares ancestrales y nuestros territorios, también con nuestros maritorios. Con los recursos naturales, que están para provecho del ser humano, pero que si se les rodea de codicia y desenfreno, estaremos dejando un mundo más afectado del que encontramos y eso no se condice con nuestro rol de padres, madres e hijos de esta Tierra.
Este feriado debiera ser también una plena toma de conciencia, que somos habitantes del Hemisferio Sur. ¿Qué duda cabe que nosotros los magallánicos los seres más australes del Planeta? ¡Qué maravilla y que responsabilidad! Los cánones que el mundo impone, o ha impuesto, son los cánones del Hemisferio Norte. Piense que celebramos el Año Nuevo cada 31 de diciembre, cuando ese nacimiento corresponde esencialmente a lo que les toca vivir a quienes habitan más allá del Ecuador y que tienen su propio Solsticio el 21 de diciembre.
El Calendario Gregoriano es una expresión de ello, de origen europeo, pero convengamos que, más que asumir una posición de antagonismo o de confrontación Inter Planetaria entre el Norte y el Sur, lo que me interesa relevar es que este feriado es un primer reconocimiento a los pueblos originarios. También, tan importante como esto, es asumir la toma de conciencia con el Planeta, que en cada acción por mínima que parezca nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos y que esta actitud nos haga tener, para con los ciclos de la Vida y de la Naturaleza, un nuevo comportamiento. La Tierra nos pide pequeños y grandes gestos y acciones. Uno de ellos, creo el primero, es mirar, respetar y querer nuestra Tierra. Año Nuevo para todos, seres del Sur del Sur. A aprender de los pueblos originarios de este lugar del Mundo.