Aceleran para dejar atrás los meses de encierro
Club de mountain bike MTB Class
La escuela lleva tres años de funcionamiento y cuenta actualmente con 60 bikers, que se dividen en las ramas kids, infantil, intermedia, avanzado y adultos, por lo que las edades van desde los 4 años hasta los 37
El lunes 16 de marzo, junto con la llegada oficial del Covid-19 a Magallanes, en el suplemento Ganas de La Prensa Austral se dio a conocer el trabajo de la escuela de mountain bike MTB Class, donde los participantes contaban sus expectativas ante un nuevo año, con sus desafíos y metas, sin saber que desde ese día, ya no iban a poder subirse a la bicicleta en un buen tiempo. Pero nunca imaginaron que iban a estar más de un año “parados”, teniendo que conformarse con clases virtuales que no causaban mayor motivación en los integrantes del club, acostumbrados a la libertad y a darle la cara al viento en sus bicicletas.
Ahora todo parece estar volviendo a la normalidad, salvo por los protocolos y mascarillas que ya forman parte de la vida diaria. Lo que no se aguantaba más era el encierro y, tras unas semanas en que los ciclistas volvieron a acostumbrarse a las rutas y caminos pedregosos y empinados, el regreso a las pistas ya los tiene más habituados al ambiente que tanto les gusta.
Y ahora que Punta Arenas está en Fase 3 y dejó atrás la cuarentena, ya los fines de semana invitan a salir de casa, sobre todo porque el invierno ha sido más benigno de esperado. El parque María Behety es el espacio preferido para reunirse, porque cuenta con las condiciones necesarias para practicar esta disciplina. En esa línea, las prácticas de los más chicos (kids e infantil, de 4 a 7 años) son los martes y jueves, desde las 15,30 horas; Intermedia, de 8 a 17 años, los jueves a las 16 horas y los sábado desde las 10,30 horas. Finalmente, están los adultos, que asisten a clases, los miércoles y sábado.
Desde marzo del año pasado estuvieron detenidos de sus actividades habituales , teniendo como aliado al computador, pero la presión por estar sobre una bicicleta convenció, incluso, a quienes más miedo sintieron durante la pandemia.
Las clases son dictadas por los profesores Francisco Prado y Cristián Marín, que han podido reunir a 60 bikers, aunque ajustándose, obviamente, a las exigencias de prevención contra el Covid-19. “Comenzamos en Fase 2, igual por presión de los papás, porque era demasiado computador, en clases online todo el día y su única distracción era seguir conectado. Partimos con diez alumnos, se fueron sumando de a poco y se disparó bastante, hasta la actualidad”, explica Francisco Prado.
Actualmente cuentan con cuatro profesores, a la espera que se sume otro, para tener clases divididas en diez ciclistas por un docente, sobre todo igual porque los aforos al aire libre son mayores.
Es por ello que han visto un incremento de la cantidad de participantes en la escuela, tanto así que “casi el 50% son nuevos. Antes de la pandemia teníamos como 25, y ahora casi el doble”.
Francisco Prado comenta que en estas prácticas, como la escuela está muy enfocada en la enseñanza de la técnica para poder conducir una bicicleta, “estar bajando o subiendo, se pierde demasiado si no se está repasando, sobre todo en los más chicos. Y retomar fue casi partir de cero, como cuando partimos la primera clase. Trabajando agilidad, equilibrio, sobre todo con los alumnos nuevos que estaban llegando, porque los más antiguos en dos o tres clases ya asumieron todo, en el sentido de que se acostumbraron rápido. Pero en el tema del físico, muchos subieron de peso y por ejemplo, un tramo muy corto, que antes lo hacían para calentar, los dejaba muy cansados y ahora ya están todos muy bien”, detalló el entrenador.
Pensar en asistir a torneos, aunque suene prematuro, es un tema que esperan poder evaluar pronto. “Armamos siempre carreras entre ellos, pero no a nivel de la ciudad. Hay una rama competitiva, compuesta con cinco chicos, a quienes tratamos de mantener lo más activos posible y con ellos tenemos un calendario que en octubre se van al campeonato nacional de mountain bike”.
Esos son los principales desafíos de este club, que ya va para iniciar su tercer año de trabajo, gracias a la iniciativa de Francisco Prado y Cristián Marín, que gracias a sus enseñanzas, han logrado que en este periodo, no hayan tenido ningún accidente. Porque la técnica para moverse con la bicicleta, la han inculcado tan bien, que los chicos y jóvenes han podido superar todos los obstáculos, inclusos los de la pandemia.