Tierra del Fuego argentina prohibió las salmoneras en el Beagle: “Queremos que esto se sepa en Chile”
La legislatura fueguina argentina aprobó ayer, de manera unánime, el proyecto de ley que prohíbe la salmonicultura en Tierra del Fuego, debido a que fue considerada una actividad que amenaza no solamente al ambiente sino a la salud y la economía de la provincia. La ley, promovida por el legislador Pablo Villegas del Movimiento Popular Fueguino, puso a esta nación en los ojos del mundo, posicionando al país como el primero en tomar una decisión de tal magnitud en cuanto al cuidado del ambiente antes de la instalación de la industria en un territorio.
“La sanción de esta ley es una clara y contundente definición institucional que destaca la importancia que tiene para los fueguinos, la protección y conservación de nuestros recursos naturales, del patrimonio genético de nuestros seres vivos y de su ambiente para un desarrollo económico sostenible”, resaltó el legislador Villegas tras la aprobación de este proyecto.
En Argentina, el único lugar viable para este tipo de emprendimientos se encuentra en las prístinas aguas del canal Beagle, las que además de concentrar el 50% de los bosques de macroalgas que existen en el país, son uno de los grandes sumideros de carbono del planeta y “hotspot” de biodiversidad.
Al compartir estas aguas, en Puerto Williams, representantes de diversas organizaciones esperan que esta medida se replique en Chile. El representante de la comunidad yagán, David Alday afirmó: “Es un hito tremendo el que han logrado del otro lado del canal. Nosotros conseguimos sacar las salmoneras y ustedes lograron que no haya salmonicultura, esto tiene un gran impacto para nosotros, es una señal y un respaldo a nuestra comunidad y territorio indígena y al archipiélago”, y resaltó: “Queremos que en Chile esto se sepa, que del último lugar del planeta se ejecutó un hito contra una industria tan destructiva como la salmonicultura”.
En tanto, el ingeniero de Recursos Naturales Renovables de Geute Conservación Sur, Javier Trivelli, dijo que este hecho marca un precedente positivo para el país. “Desde el lado chileno, en la ecorregión marina de canales y fiordos, los centros de engorda de salmones operan en promedio en un 40% en condiciones anaeróbicas, afectando la calidad de las aguas y sedimentos y, consecuentemente, la biodiversidad. La prohibición en Tierra del Fuego, significa que existirá un reservorio de biodiversidad, lo que permitirá restaurar los mares chilenos que están siendo impactados por esta industria, aunque hay ecosistemas marinos vulnerables en la zona que son de muy lenta recuperación”.
A diferencia de lo que ocurre en Argentina, la industria salmonera en Chile se inició en la década del 70 y desde entonces ya tiene una gran presencia entre las regiones de La Araucanía y Magallanes. Incluso opera en la Reserva Nacional Kawésqar y el parque Alberto de Agostini, desde donde las comunidades ya han pedido su salida. Chile es el segundo productor de salmón a nivel mundial y sus exportaciones alcanzaron los US$4.389 millones el año pasado. Sin embargo, la actividad no está libre de desastres naturales en las zonas de operación.