Se comienza a definir el camino presidencial
Lejos de acercarse al millón de votos esperables, ayer se celebró la consulta ciudadana organizada por la Unidad Constituyente, de la que surgió la DC Yasna Provoste como la clara ganadora.
Los organizadores informaron que acudieron a sufragar en todo el país unas 150 mil personas. Esta cifra era considerada el piso de este proceso, pues correspondía a la sumatoria de militantes de los partidos organizadores del evento.
Claro está que esta participación es muy minoritaria si se compara con el millón 700 mil personas que votaron en las primarias de Apruebo Dignidad y el millón 350 mil, que lo hicieron en la elección de Chile Vamos.
La tendencia ganadora de Provoste fue reconocida por sus adversarios electorales, sobre todo la socialista Paula Narváez, quien, tempranamente, celebró el triunfo y dijo ponerse a disposición de la opción presidencial de la centro-izquierda.
En Magallanes, también se impuso la senadora DC, si bien se dio la paradoja que en tres de las cuatro cabeceras provinciales hubo un resultado distinto: en Punta Arenas se impuso Yasna Provoste; en Puerto Natales, Paula Narváez; y en Porvenir, Carlos Maldonado.
Cerca de las 21,30 horas en Magallanes, recién las vocerías del pacto entregaron los primeros resultados parciales a nivel nacional. Con el 53,4% de las mesas escrutadas en todo el país, Provoste obtenía un 62,2%; Narváez, un 26,4%; y Maldonado, un 11,4%.
Con esta definición, comienza a despejarse el escenario presidencial, pues a 24 horas de cerrarse el plazo de inscripción, ya hay cinco cartas para la primera vuelta: Yasna Provoste (Unidad Constituyente); Gabriel Boric (Apruebo Dignidad); Sebastián Sichel (Chile Podemos +); José Antonio Kast (Partido Republicano) y Franco Parisi (Partido de la Gente).
Comenzará el tiempo de campaña, en el cual se espera que prime el intercambio elevado de pareceres y la divulgación de los principales contenidos de los programas de gobierno sobre los ataques personales y las maniobras políticas tendientes a desacreditar maliciosamente, más que a confrontar sanamente ideas.
