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Gran maestro de la Logia Masónica sobre cambiar concepto de República en la Constitución: “Habrá muchas propuestas audaces, pero yo las valoro en ese sentido, que son elementos que provocan discusión”

Domingo 5 de Septiembre del 2021

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– Con el fin de inaugurar el monumento al Piloto Pardo y la Plaza de la Fraternidad Alvaro Soto,
Sebastián Jans Pérez retomó las visitas presenciales que habían sido postergadas por la pandemia.

Para ir retomando esos contactos y conversaciones personales que tanto se extrañaron durante las cuarentenas y que la tecnología no puede suplir, llegó a Punta Arenas el gran maestro de la Logia Masónica, Sebastián Jans Pérez. Además de sus actividades sociales, trajo consigo “La Masonería propone a Chile”, que ofrece ideas respecto de la realidad que afronta el país, inmerso en un proceso para elaborar una nueva Constitución en paralelo a definiciones políticas y la formación de una sociedad en constante cambio. Es por ello que el documento representa una visión que se fue construyendo en los últimos años, abarcando desde las movilizaciones sociales de 2019 hasta la pandemia. Hasta imágenes de las reuniones virtuales ofrece el libro, que dan cuenta que las reuniones se mantuvieron.

“Teníamos dos motivos para venir: en primer lugar, el descubrimiento de la señalética que asigna un lugar en Avenida Colón, frente a la Sociedad de Instrucción Popular, que se pasó a llamar, por decisión del Concejo Municipal, Plaza de la Fraternidad Alvaro Soto, que fue una distinguida figura masónica. Era un momento en que debíamos venir en consideración a la personalidad tremenda de él, desde el punto de vista de la medicina, la masonería y un personaje cívico importante dentro de la comunidad magallánica. En segundo lugar, la inauguración del monumento al Piloto Pardo, que fue miembro de nuestra orden. Y finalmente, tuvimos una reunión con los presidentes de la logia local para ver cómo estaban abordando el retorno, ya que nuestra institución tiene muchas ceremonias que caracterizan su quehacer y viendo que se hagan en un plano de seguridad. Saludamos igual al alcalde, al rector de la Universidad de Magallanes, ya que tenemos con ellos un convenio que establecimos hace dos años de colaboración para actividades culturales y vimos cómo podíamos retomarlo, pensando en que vamos a poder seguir avanzando en la recuperación de la normalidad en distintos niveles”, resumió Jans.

En cada una de sus
reuniones, el gran maestro de la logia entregó ejemplares de “La Masonería propone a Chile” y “Convento Masónico Nacional. Un nuevo contrato social para Chile”, que dan cuenta de las conclusiones de los análisis realizados en los últimos años. En particular, sobre este momento del país, Sebastián Jans resalta especialmente que “se ha producido una institucionalización del debate. Nosotros valoramos mucho el acuerdo por la paz y el proceso constituyente, porque de alguna manera dio el espacio necesario para poder abrir un debate democrático dentro de instancias válidamente generadas para ello. Por lo tanto, tenemos muchas expectativas respecto de lo que está haciendo la Convención Constitucional, obviamente hay procesos que tienen que vivir como ha ocurrido con otras circunstancias similares en otras partes del mundo. Desde luego, hay ritmos que a algunos no les parece adecuado, pero debemos apoyar, porque es un camino pacífico e institucional para resolver los graves problemas que tenemos como país”.

Sebastián Jans reconoce que tiene la impresión que el proceso ha avanzado de acuerdo a lo propuesto y que, pese a la diversidad de visiones, “se ha ido decantando en términos de varios factores. No hay que tenerle miedo a la diversidad o lo que se llamaba anteriormente, la ‘lluvia de ideas’, porque, en el fondo, eso permite abrir un debate. Hay miradas que pueden parecer un poco fuertes, pero es el momento de plantearlas. La mayoría de sus integrantes son gente preparada, académicos, con una comprensión efectiva de que los temas que se están debatiendo, a pesar de que puedan parecer muy audaces, en el fondo tiene que establecerse un consenso, que deben darse sobre la base de categorías políticas comprensibles para cualquier ciudadano. Tengo bastante confianza en que, cuando se entre al fondo del tema, se llegará a los resultados esperados, y que sirva de base para ofrecer una opción constitucional que sea acogedora e integradora”.

Lo fundamental para el gran maestro de la Logia Masónica es que este debate y confrontación de idea pueda conducir a un resultado positivo de este proceso. “Creo que debieran tener, la gran mayoría de los constituyentes, la comprensión exacta de la trascendencia que tiene tener un resultado que sea aprobado, porque sería un desastre que el producto final sea rechazado. En ese sentido, vamos a colaborar en lo que podamos, nuestra institución se funda fuertemente en un espíritu de tolerancia, una ética y siempre tratamos de colaborar como una institución más que tiene una visión ética que aportar”.

El concepto de
República

Cada tema que se propone en la Convención Constitucional enciende las discusiones, como fue el caso de la idea de suprimir la referencia a “la República de Chile” presentada por la Estructura y Funcionamiento de la Comisión de Reglamento.

Al respecto, Sebastián Jans opina que “lo interesante es que puede aparecer como una provocación, pero que hay que entenderla como una provocación intelectual, porque va a generar un debate y ese es el valor que tiene. Si todos decimos estar de acuerdo en los conceptos, y no los debatimos, resulta que cuando tenga que materializarse la redacción de una nueva Constitución, no sería contribuyente no haber debatido temas de este tipo. No es malo escuchar ideas muy distintas, porque ello ayuda a afirmarnos en qué es lo que se entiende por los conceptos constitucionales y culturales hoy día, que son los que determinan las visiones que se expresan en las constituciones, que deben reflejar consenso, construir contrato social, en el sentido de que todos estemos de acuerdo que esa es la base sobre la cual construimos todo el armado legal de un país. Habrá muchas propuestas audaces, pero yo las valoro en ese sentido, que son elementos que provocan discusión. Me pareció interesante ver que muchas personas estén definiendo la idea de República. Estos procesos de debate son etapas de elaboración conceptual. No hay que tenerle miedo al debate de ideas. Hay quienes tienen miradas muy distintas, pero la diversidad implica ponernos de acuerdo en el fondo y no tomarlo como una amenaza, sino una oportunidad para debatir lo que queremos”.

Sin embargo, en los últimos años, el debate no se ha producido en los términos más adecuados. Es muy frecuente ver descalificaciones, faltas de respeto e insultos, que van desde las personas comunes y corrientes hasta las autoridades, como se ha visto con algunos constituyentes. Esta intolerancia es rechazada por Sebastián Jans: “Ese es un tema que debemos abordar. Ese nivel de descalificación conduce a confrontación, que cuando se escala, no se sabe hasta dónde puede llegar. A nosotros nos interesa mucho ayudar a bajar esos niveles de debate tan exacerbados, porque en gran medida, eso va construyendo una cultura que puede ser amenazante, en el sentido de que entendemos que es una forma normal de debatir. Hay históricas circunstancias que ha vivido nuestro país, donde tenemos esa experiencia y sabemos que las consecuencias son desastrosas; tenemos que entender que debemos tener márgenes en los debates. Insistimos en la necesidad de ir construyendo éticas de convivencia que son esenciales para tener un resultado fructífero en estos debates, pero sobre todo para asegurar una convivencia en paz dentro de nuestra raíz, para llevar toda nuestra energía a un proyecto de desarrollo más integrador en nuestro país, y eso es lo que hay que trabajar. En general, la gran mayoría de los chilenos espera un camino de convivencia racional y en paz, que nos lleve al progreso. Son cosas de sentido común, pero éste tenemos que hacerlo sobre la base de un lenguaje común y si no lo tenemos, va a costar mucho. En ese sentido, la Convención tiene que marcarnos un ritmo y una forma para construir una ética que sea mucho más basada en el entendimiento que en la confrontación”.

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