Médico psiquiatra, Juan Vukusich: “Estoy decepcionado por muchas situaciones que me ha tocado vivir”
“Hace más de un mes solicité que se revierta la situación de destinación y no ocurrió. Solicité que el nuevo fiscal, que está en Castro, me entregue información sobre lo que ha pasado en el expediente desde que cambió la fiscal, y también se negó. Entonces, cada día siento que es más extraño y persecutoria”.
Con estas palabras, el médico psiquiatra, Juan Vukusich da cuenta de lo que ha vivido con el proceso de sumario que enfrenta por problemas administrativos en la compra de bienes y servicios. Esta indagatoria surgió de una auditoría que finalizó con cargos contra siete funcionarios, de los cuales tres están suspendidos, entre ellos el especialista.
El médico reconoce que aún no logra entender el sentido de la suspensión que se produjo una vez que la investigación había concluido. “La fiscal anterior no tenía las facultades para haber formulado cargos y, entre que puse el recurso de protección y fue resuelto, ya se había terminado la suspensión y, por lo tanto, eso quedó en nada. Ahora, estamos a la espera de que el fiscal se pronuncie sobre si va a formular cargos, estamos en una espera que cada vez es más agotadora e insoportable”, reconoce el médico.
Además, el proceso se ha desarrollado de manera irregular y se han filtrado documentos a los medios de comunicación que deberían estar bajo secreto de sumario. Es, por ello, que solicitó por Transparencia saber cómo se había filtrado la auditoría a los medios de comunicación porque eso es confidencial. Se cumplió el plazo y sólo responden con una extensión para responder a la consulta.
El especialista dice que se encuentra en una situación agotadora e incomprensible. “Creo que quieren evitar que vuelva a Miraflores porque están haciendo una serie de cambios que no son positivos, es un trabajo mucho más represivo que el que hemos intentado desarrollar durante más de 30 años. Pusieron cámaras. una cosa que vulnera los derechos de los pacientes. Además, igual han ocurrido cosas que después las ven que pasaron, pero no son para prevenir. Hay funcionarios que los sacaron de sus puestos de trabajo y ni siquiera fueron informados”, dijo el especialista, quien acusa que las personas que trabajaban directamente con él están siendo acosadas.
Además, están las restricciones y grandes dificultades para las personas que normalmente accedían a los servicios y a los medicamentos ante alguna situación de emergencia, porque eso ya no existe. Acusa que prácticamente no hay horas y están derivando muchas personas a la atención primaria; asimismo advierte que aún hay médicos no especialistas que están atendiendo a los pacientes, hay profesionales en Curicó haciendo las consultorías vía online, y son situaciones que están perjudicando el modelo de atención comunitario en el que trabajaron por años.
“Estoy decepcionado por muchas situaciones que me ha tocado vivir, de personas que nunca pensé que podían actuar de esa manera. Acá hay una casa de brujas, y aún me cuesta entender de que me quieran hacer responsable a mí por decisiones que fueron tomadas por abogados, finanzas, directores de servicio, auditores. Porque si bien ellos tuvieron cargos, ellos continúan haciendo su vida normal, sin ningún inconveniente. Lo que sí rescato es la solidaridad de la gente y el cariño inmenso que me han demostrado… Es muy desagradable porque tengo más de 30 años de trabajo, una trayectoria profesional, con un alto reconocimiento nacional e incluso internacional, cambiamos la forma de ejercer la psiquiatría, se hizo la reforma y todas las personas que participaron de esta reforma están siendo alejadas”, comentó.
El exilio en la
casa de acogida
Respecto de su estadía en la Casa de Acogida, valora los equipos con que trabaja y la calidad humana de cada uno de ellos, pero insiste en que no están las condiciones para atender y alerta de los riesgos que existen. “Hubo una situación de agitación, que no fue grave, pero había advertido que no estaban las condiciones y ahora hubo otra situación con una paciente, gracias al equipo de enfermeras se pudo contener, pero era una situación que se habría resuelto fácilmente, si se hubiesen tenido los medicamentos que pedimos y que tampoco aceptaron”, comentó.
Además, se han producido dificultades con la agenda de horas y es que la mitad de los pacientes no llegan. “No llega porque estaba de alta o no necesitaban la hora, estaban fuera de la región. Otros me llaman para preguntar por qué los citaron. He buscado citar personas de manera personal, porque de lo contrario atendería prácticamente a seis pacientes en el día. Cuando llegan a la Casa de Acogida igual los atiendo”, comentó.