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Organizado por la UICN en Francia

Académico de la Umag expone en congreso mundial sobre desafíos éticos de la conservación biocultural

Miércoles 8 de Septiembre del 2021

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En la previa del Congreso Mundial de Áreas Protegidas, que se desarrolla desde el viernes y hasta la próxima semana en Marsella, el académico de la Universidad de Magallanes y de la Universidad de North Texas, Ricardo Rozzi expuso la perspectiva desarrollada en Magallanes por más de 20 años y que ofrece una oportunidad de conservar uno de los últimos territorios y maritorios prístinos.

En la ciudad de Marsella, Francia, se reúnen desde el pasado miércoles y hasta el viernes 11 de la próxima semana, investigadores y pensadores que han volcado sus esfuerzos por la conservación y por contrarrestar los efectos del cambio climático, pero también escudriñan los efectos para corregir de alguna forma el estado febril en el que ha caído el planeta por el calentamiento y cambio climático.

La conferencia plenaria, en la jornada del viernes, fue dada por el doctor en biología y filosofía ambiental, Ricardo Rozzi, quien expuso sobre la ética del co-habitar para la conservación biocultural, considerando la importancia de estimar a todo el espectro de organismos, incluidos los diminutos seres vivos con que co-habitamos el planeta.

En este contexto, destacó que la Región de Magallanes y Antártica Chilena ofrece una oportunidad de conservar uno de los últimos territorios y maritorios prístinos que se conservan en el siglo XXI. En esta conferencia se resaltó la plataforma que ofrecerá el Centro Subantártico Internacional Cabo de Hornos para colaboraciones a internacionales que procuren la sustentabilidad social, económica y ambiental, con especial consideración a las circunstancias para la conservación de la biodiversidad en el mundo post-Covid.

Una innovación en el enfoque previo al Congreso Mundial de Áreas Protegidas que celebra la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) ha sido combinar el trabajo del IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático) y del IPBES (Panel Internacional para la Biodiversidad y Servicio Ecosistémico). Es decir, por primera vez se está logrando una síntesis entre lo que realizan los glaciólogos, los físicos, con los modelos del cambio climático y lo que hacen los biólogos, con las respuestas de los organismos a esos cambios de temperatura y de los hábitats.

El mundo reconoce cada vez más el vínculo entre la conservación de la biodiversidad y el bienestar humano y económico, una conexión que se hizo aún más visible por la pandemia de Covid-19. El Congreso de la UICN es un hito clave para la conservación de la naturaleza y el desarrollo de un nuevo marco global para la biodiversidad.

Rozzi señala desde Francia: “Es muy novedoso que haya habido un panel de ética para la conservación y ¿por qué?. Porque las causas que a veces se llaman indirectas o últimas del cambio climático, son valores y formas de vida, estilos de vida. La mayor parte de la población mundial vive hoy agrupadas en ciudades y muy centradas en la internet, en el mundo virtual. Así ocurre una extinción de la experiencia donde se pierde la conexión cotidiana con los pájaros, las plantas, los ecosistemas y la biodiversidad, en general. Por lo tanto, la ciudadanía no tiene una conciencia clara del calentamiento global y la crisis de extinción de biodiversidad, particularmente, de las consecuencias que tienen acciones cotidianas para la vida en el planeta. Recíprocamente el problema que tiene la degradación de la naturaleza sobre la salud humana, sobre la satisfacción de necesidades básicas como el agua y entonces ahí viene la sequía o los problemas a la contaminación o de las especies exóticas invasoras que eliminan gran parte de la flora y fauna propia de las regiones”.

Además, precisa, en segundo lugar, que este encuentro ha hecho algo que era impensable hace unos años: que en un congreso científico haya un panel de ética. Esto se ha gestado para examinar las causas primeras o causas últimas que provocan el problema de la Emergencia Climática y el cambio socio-ambiental global. Junto con eso la idea es ofrecer soluciones.

“Me han invitado a presentar el enfoque del cohabitar, es decir compartir los hábitats con seres vivos que no sólo incluyen las ballenas y los grandes seres, sino que también los pequeñitos como los musgos, los insectos, las materias y los virus. En este panel han participado abogados que han expuesto sobre los derechos de la naturaleza, antropólogos que han expuesto sobre múltiples cosmovisiones, economistas que investigan la importancia de la economía local que frecuentemente no es mediada con dinero, sino que principalmente ocurre como economía de subsistencia”.

Además, en el panel se resaltó la relevancia del enfoque de reservas de la biosfera que supera el paradigma la disociación entre seres humanos y  áreas protegidas. Rozzi resalta la importancia que tiene la Región de Magallanes y Antártica Chilena, que con la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos y el Parque Marino Islas Diego Ramírez – Paso Drake protege “un área que es seis veces más grande que Suiza y que es una de las muy pocas áreas que van quedando en el planeta donde se puede conservar y no hay que todavía remediar o restaurar. Y hay un consenso que donde se pueda, es mejor conservar que remediar y restaurar”.

En el Congreso Mundial de Areas Protegidas se expone la importancia de los valores y la ética ambiental para la conservación biocultural. La incorporación de esta perspectiva permite unir cambio climático con la pérdida de biodiversidad trabajo que se desarrolla en el panel intergubernamental de biodiversidad y servicio ecosistémico.

Desafío ético

Respecto a cómo cambiar el “switch” en el ser humano para conservar, cuidar el hábitat, Ricardo Rozzi sostiene: “Hoy encuentro que hay un acuerdo en que no es el ser humano. Son algunos humanos. Por ejemplo, la mayor parte de la contaminación son algunas compañías; la mayor parte de las emisiones de anhídrido carbónico son acumuladas por algunas compañías y naciones. Entonces la necesidad de hacer distinciones y que mucha gente que quiere conservar y que ha estado existiendo y buscando formas. Y en Europa han presentado muchos casos de comunidades agrícolas, comunidades de pescadores, que están protegiendo el ambiente por su economía tal como es el caso en Magallanes de los pescadores artesanales”.

Por ello implica una mirada integral, asociada a las causas directas e indirectas que provocan el cambio climático. Incluso se señala que no se pueden mantener miradas separadas sin miradas integradas de modo que todos vean que la pérdida de biodiversidad de espacios son impactos directos junto con el cambio climático, con la comunidades.

Rozzi agrega que desde esa perspectiva la ética biocultural es un aspecto para reconocer la singularidad de cada territorio como se ha hecho en los últimos 20 años en la Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos.

Asimismo, opina que desde esta perspectiva el liderazgo territorial que asumen los gobiernos regionales y Chile, en la declaración de emergencia climática, es concordante con las decisiones que están tomando las diversas instancias multilaterales, generándose una agenda conjunta entre la ciencia, la sociedad civil y el sector público.

Tras este congreso la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza espera entregar ideas orientadoras pero al comenzar esta cita se destaca que Magallanes está aportando esta gran área protegida, pero también un marco conceptual con la exposición de Ricardo Rozzi con la ética biocultural.