Premiadas por sus compañeras gracias a su dedicación y compromiso
Por aniversario 117 del Insafa
Con el fantasma de la pandemia cada vez más lejos, los establecimientos educacionales han estado retomando sus actividades normales, en especial los aniversarios, que el año pasado debieron ser totalmente virtuales. Ahora, el ambiente es diferente, mucho más positivo y alegre. En el Instituto Sagrada Familia, que ya cuenta con todo su alumnado en clases presenciales, quisieron aprovechar la celebración de sus 117 años para distinguir a sus estudiantes más destacadas.
Sin embargo, la distinción fue más allá de las notas. Premió la dedicación y compromiso exhibido, en especial, durante este último año y medio de tanta angustia. Es por ello que cada estudiante fue elegida por sus compañeras de curso, quienes además, justificaron la elección, destacando las cualidades de cada una.
Hubo dos ceremonias para entregar los reconocimientos. El 30 de agosto correspondió a la enseñanza básica, de primero a octavo básico, mientras que el lunes 6 de septiembre, fue el turno para la enseñanza media.
Antonella Bahamonde Astudillo, del primero “Vallese”; Sophia Castillo Saavedra, del segundo “Massobrio”; Maira Bastidas Suazo, del tercero “María Mazzarello”; Valentina Contreras Duarte, del cuarto “Laura Vicuña”; Ambar Cisterna Miranda, del quinto “Favaro”; Francisca Trujillo Mayorga, del sexto “Chiari”; Aura Solano Pereira, del séptimo A “Ortiz”; Natalia Pinto Alvarado, del octavo A “Chinnelato” y Catalina Mayorga Vergara, del octavo B “Montava”, fueron las alumnas distinguidas en la primera ceremonia.
Francisca Trujillo reconoció que el trabajo, sobre todo el año pasado, “al principio fue difícil, porque nos costaba mucho adaptarnos al sistema online, pero cuando vine a lo presencial se me fue facilitando mucho y pude convivir más con mis compañeras”, expresó la estudiante, premiada por su espíritu de compañerismo y solidaridad.
En tanto, Natalia Pinto agradeció a sus profesores y familiares, al tiempo que destacó que la clave fue “apoyarnos entre todas como curso, costó un poco, porque estar online fue complicado adaptarse a los programas de Internet, pero fuimos entregando la materia a quienes tenían problemas o les faltaba”. La alumna de octavo básico fue valorada por ser una niña sociable, responsable con sus quehaceres y generosa para entregar sus conocimientos, tanto así que fue elegida de manera unánime por su curso.
Del séptimo básico B, Angela Bravo también admitió la dificultad que trajo la pandemia para su desarrollo escolar. “Fue difícil, porque por ejemplo, nunca había tenido un computador, aprender a usar el Classroom, Meet, estar encerrada en la casa, enviar las tareas, fue mucho más complicado, porque eran situaciones muy nuevas y para mí, lo importante fue seguir esforzándome y ayudar a mis compañeras, algunas no tenían Internet, y podía enviarles cosas, las tareas; hay que estar apoyando siempre, porque una se pone en la situación y si yo no hubiese tenido computador o conectarme desde el teléfono, habría sido difícil y me gustaría que me hubieran ayudado”.
Entre las estudiantes premiadas, destacó la presencia de Aura Solano, una niña venezolana que con su particular forma de ser se ganó el cariño de sus compañeras, que la distinguieron por su liderazgo positivo (es presidenta del curso) y por ser respetuosa y conciliadora. “Quiero darle gracias a todas mis compañeras, profesora jefe y docentes en general, a este colegio, este país, porque a pesar de no ser el mío, me han hecho sentir como en mi hogar. Llevo dos años en Chile y mi experiencia ha sido difícil, porque no usaba mucho la tecnología, pero con todo esto he tenido que aprender y ayudar a mis compañeras al mismo tiempo. Pero me ha dado mucho gusto verlas aliviadas y agradecidas. Me han recibido muy bien, aunque son culturas distintas. En mi país somos más cariñosos, y acá son distintas, pero igual son buenas personas, me siento afortunada de estar aquí. Estar en un lugar nuevo y distinto, y más encima encerrada, queriendo ver y visitar, no es tan fácil”.
El ejemplo de las mayores… y las más pequeñas
En la ceremonia del lunes, destinada a la enseñanza media, se premió también a las pequeñas de los niveles de Transición 1, Javiera Ojeda Aguilar y Transición 2, Maite Años Vargas, distinguiéndose, especialmente, por su asistencia, puntualidad, alegría, respeto y compromiso con el estudio.
En tanto, las galardonadas de media fueron Daniela Babani Cárdenas, del primero medio “Nicola”; Noelia Sáez López, del primero medio “Marmo”; Constanza Caro Muñoz, del segundo medio “Bragutti”; Antonia Echevarría Bravo, del segundo medio “Patri”; Francisca Acuña Sandoval, del tercero medio “Santangello”; Valentina Subiabre Navarrete, del tercero medio “Valgimili”; Skarlet Gómez Cárcamo, del cuarto medio “Ruffino” y Krishna Jerez Mayorga, del cuarto “Venneroni”, quien se mostró muy emocionada, pues “siempre he sido participativa en las actividades del colegio, llevo desde kinder acá y me siento muy emocionada que mis compañeras me hayan elegido como compañera destacada, porque como dijo otra compañera, yo no me daba cuenta de los valores que tenía y cómo le entregaba a las personas lo que quería dar”. En cuanto al trabajo en pandemia, recordó que pese a las dificultades iniciales, y gracias al apoyo de sus profesores, se fueron adaptando. “En lo personal, nos comunicamos por WhatsApp y cuando había alguna que no podía conectarse, siempre hubo comunicación en el curso”, destacó la estudiante de la especialidad de Administración con mención en Recursos Humanos y que espera seguir la carrera de Agronomía o Ingeniería en Administración de Empresas.
Daniela Babani, a su vez, resaltó que “fue muy especial para mí que mis compañeras, que conozco de muy pequeñas y con las cuales he convivido gran parte de mi vida, me reconozcan con esas palabras, todas son mis amigas y les tengo mucho aprecio. Yo trato de ayudar siempre a las demás, así que es un reconocimiento bonito. Yo encuentro que durante la pandemia, la clave fue la organización; yo soy bastante organizada en lo que tengo que hacer y mantener contacto con mis compañeras no fue difícil, porque el año pasado fui presidenta de mi curso, entonces fue una forma más fácil de estar cerca de ellas”, sostuvo.
Finalmente, Francisca Acuña Sandoval, de la especialidad de Párvulos, aseguró estar “muy orgullosa, feliz de que mis compañeras se den cuenta de la ayuda que intento brindarles en cada momento y la empatía que tengo hacia ellas. Igual quiero agradecer a todo el equipo docente, mis padres y círculo cercano. Lo más complicado ha sido la pandemia, tener clases virtuales, más difícil de aprender, pero los profesores pusieron mucho de su parte y salimos adelante a pesar de todo, sacamos lo mejor y nos sirvió como experiencia a futuro. Los profesores nos inculcan a ser creativas, trabajar con material reciclado en casa, pero es un gran trabajo. Me ha encantado la especialidad, trabajar con las niñas es maravilloso. Yo empecé con las prácticas y en cuarto trabajo más con ella. Soy técnico para la educadora y apoyo a las niñas. Ahora hemos podido ir a hacerles unos bailes a las niñas, presencial es mucho más dinámico y divertido; es una linda carrera, y es muy lindo apoyar a la educación de una persona”, finalizó Francisca Acuña.