Unidad de Memoria del Hospital: “Hay muchos pacientes que han tenido Covid-19 grave y quedaron con una secuela cognitiva”
“Chile es un país que tiene una curva de envejecimiento importante y, si bien la demencia tiene varios factores de riesgo, el principal y que no es modificable es la edad. Alrededor del 7% de los mayores de 60 años la presenta, pero eso aumenta exponencialmente sobre los 65 años y, en el fondo, determina que los pacientes sobre 85 años pueden llegar, más o menos al 36%, a tener demencia. Se definió, en vez de continuar con el Plan Nacional de Demencia, hacer desde el 1 de octubre de 2019 que la demencia sea parte del Ges (Garantías Explícitas en Salud)”, explicó Bárbara Muñoz, la jefa de la Unidad de Memoria del Hospital Clínico.
La profesional recalcó que la demencia es una enfermedad crónica, progresiva e irreversible, “y que siempre se asocia a que la gente se olvida de las cosas. Pero además tiene otros síntomas cognitivos como problemas de orientación, con el cálculo, el lenguaje, de razonamiento, juicio o abstracción y dificultades para hacer algunas cosas que uno tiene aprendidas anteriormente, como gestos o perder habilidades como andar en bicicleta y no reconocer algunas cosas. Y también tiene síntomas como tener alucinaciones, identificar a familiares, delirios, agitación e, incluso, agresivos; tener reacciones que no son las que tenía esa persona, como deambular por la casa o tener problemas de sueños y alimentación o estar muy apático y alteraciones funcionales que determinan que en el día a día no pueda bañarse solo, vestirse, atarse los cordones de los zapatos o cosas más complejas, como trasladarse solo en medios de transporte, hablar por teléfono o usar el computador”, detalló.
Entre los trastornos posibles está el Alzheimer, enfermedad que tiene en el 21 de septiembre su día internacional, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Alzheimer pidieron su instauración para difundir cada año información al respecto, así como sensibilizar sobre esta patología y otras demencias.
En Magallanes, cuya población de adultos mayores va en considerable aumento, esta enfermedad es una realidad para muchas familias, que deben lidiar con tratamientos que se pueden extender por años, con el lógico desgaste emocional, y que se ha vio dificultado considerablemente durante la pandemia, en particular durante los meses de cuarentena.
Para abordar el trabajo que se desarolla para el tratamiento de esta enfermedad y las que están asociadas, se realizó recientemente un conversatorio online, en el que participaron la jefa de Unidad de Memoria del Hospital Clínico, Bárbara Muñoz; la fonoaudióloga Camila Cárdenas y el terapeuta educacional, Miguel Llancalahuén.
Diferencias
Los profesionales explicaron que la pérdida de la memoria está asociada a una serie de factores de riesgo, como la hipertensión, diabetes, alcoholismo, accidentes vasculares, afecciones del sistema nervioso central, golpes como los Tec y falta de ejercicios.
Por lo mismo, hay factores protectores como “tener una vida sana y saludable, alimentación, hacer ejercicios, estar bien en el peso, tener controlada alguna patología crónica, dejar de fumar, no beber alcohol, evitar las drogas; y también es importante mantenerse bien conectado, por ejemplo, la escolaridad elevada lo es, estar siempre aprendiendo para evitar o retrasar el inicio de la demencia”, aconsejó la jefa de la Unidad de Memoria del Hospital Clínico.
Es, por ello, que la pandemia tuvo perjuicios que aún es prematuro evaluar, por los efectos que pueda tener a largo plazo, por la rutina que se vio alterada, tanto de quienes presentan demencia como sus familiares a cargo. “En tiempo de pandemia fue bastante complejo el tratamiento porque todas las rutinas se perdieron”, reconoció. Además, tuvieron la desagradable sorpresa de notar que “hay muchos pacientes que han tenido Covid-19 grave y quedaron con una secuela cognitiva que agrega dificultar al tratamiento”.
Bárbara Muñoz diferenció que hay varios tipos de demencia, siendo la más frecuente el Alzheimer, pero hay otras como la demencia vascular, que son generadas por una cicatriz en el cerebro y que conduce a problemas de memoria. También está la demencia por cuerpo de Lewy, otras asociadas a algunas afecciones crónicas del sistema nervioso central o asociadas a tóxicos. Lo que sí está mal dicho es “demencia senil” y, al respecto, el terapeuta ocupacional de la Unidad de Memoria, Miguel Llancalahuén, apuntó que “como el término demencia está asociado a características negativas, la última actualización del DSM5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales) habla sobre trastornos neurocognitivos mayores”.
En la Unidad de Memoria, bajo control hay 386 personas, “pero nosotros siempre atendemos al usuario y al familiar cuidador, por lo que se podría duplicar esa cifra, porque entendemos que esta enfermedad no solamente tiene un impacto en la persona, sino también a su entorno cercano”.
Los 4 programas
que funcionan
en Punta Arenas
En la región funcionan cuatro programas que abordan esta patología: Punta Arenas te Cuida, correspondiente al municipio y presente en cada consultorio familiar de la comuna, donde se entrega apoyo integral a las personas con demencia y su entorno. Dentro de sus prestaciones incluye visitas domiciliarias de un equipo multidisciplinario, dependiendo de las necesidades.
Además, está el Centro Quemanta, que trabaja con adultos mayores y sus familias, siendo su principal objetivo el contribuir a lograr una mejor calidad de vida de sus usuarios y cuidadores, a través de una intervención ambulatoria especializada de carácter integral, intensivo y transitorio.
Presente está también el Programa de Acompañamiento a Familiares y/o Cuidadores de Personas con Demencia de Cosam, encargados de facilitar y proporcionar un abordaje integral de los cuidadores o familiares de personas con demencia, a través de intervenciones que favorezcan su calidad de vida, entregando herramientas necesarias para el autocuidado.
Finalmente, está la Unidad de Memoria del Hospital Clínico Magallanes, dispositivo de atención abierta de especialidad, dedicado a la evaluación, diagnóstico y tratamiento de personas con trastornos neurocognitivos más complejos, de difícil abordaje o con duda diagnóstica. Considera la atención de la persona y su entorno, así como el cuidador principal. Esta Unidad se compone por un equipo transdisciplinario que además de brindar atención directa, está en coordinación permanente con los equipos de salud de la red asistencial.