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China convierte en delito burlarse de los héroes de la historia nacional

Miércoles 3 de Noviembre del 2021

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En virtud de una nueva ley, China ha comenzado a perseguir con rigurosidad las supuestas calumnias a figuras comunistas, ampliando la campaña de Xi Jinping para dominar la ortodoxia del partido y al país en su conjunto.

Una mujer fue sentenciada el mes pasado a siete meses de prisión por realizar un posteo en línea en el que se burla de la “masculinidad tóxica de unos hombres que se imaginan a sí mismos como Dong Cunrui”, un héroe de guerra chino que, según los libros de historia oficiales, se inmoló durante la guerra civil que le dio el poder al régimen en 1949. Por esa referencia la mujer de 27 años de la que sólo se conoce su apellido, Xu, estará en prisión hasta mediados de 2022.

Su “crimen” se enmarca dentro de una nueva ley que castiga la calumnia sobre los mártires y héroes de China. Desde que entró en vigor el pasado marzo, la reglamentación ha servido para intensificar la campaña llevada adelante por el jefe del régimen por santificar la versión de la historia del Partido Comunista.

Desde el poder central se han instalado canales de denuncia tanto telefónicos como en línea para alentar y facilitar a los ciudadanos a que reporten las violaciones de sus vecinos. Una verdadera caza de brujas por sólo pensar diferente o hacer bromas inocentes.

Por su parte, la Administración del Ciberespacio Chino -el organismo que controla los contenidos de internet- publicó también una lista de 10 “rumores” que están prohibidos de ser discutidos; entre ellos la supuesta historia de que el hijo de Mao Zedong, Mao Anying, fue asesinado por un bombardeo luego de que revelara su ubicación por prender una estufa para cocinar arroz frito.

Poner en duda historias como esta o acerca de la veracidad del relato de, por ejemplo, la Larga Marcha de Mao, conlleva el riesgo de ser perseguido y condenado. “Es un signo de la instauración de un totalitarismo político absoluto”, dijo Wu Qiang, un analista político de Beijing al diario The New York Times.

Si bien el régimen chino siempre ejerció una alta vigilancia sobre su población y en particular sobre las discusiones políticas, la nueva ley va incluso más allá. La revisión de hechos que alguna vez estuvieron abiertos al debate histórico y a la investigación ahora es criminalizada y perseguida con toda la fuerza de la ley. Una versión de la ley ya se había adoptado en 2018, pero una enmienda del Código Penal agregada en marzo permite a los fiscales pedir sentencias de prisión de hasta 3 años.

La justificación oficial de la ley gira en torno a combatir lo que desde la Administración del Ciberespacio Chino llaman el “nihilismo histórico”, que suele ser utilizado más que nada para referirse a las opciones que se alejan del relato histórico oficial.

Los hechos sobre los que se prohíbe hablar son eventos que los historiadores han debatido durante décadas, y ahora es tan poco claro lo que se puede decir y lo que no que el debate ha cesado por completo.

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