Necrológicas

– Irís Marina Cárdenas Cárdenas
– Francisca Sierralta Cabrera

La anónima labor de los mecánicos de Dap en su pasión y cariño por los aviones

Domingo 7 de Noviembre del 2021

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Los aviones descansan en tierra luego de un día de trabajo, uno más en la rutina alada en los cielos magallánicos. En el hangar de las aeronaves pequeñas de Dap, en el aeropuerto Presidente Carlos Ibáñez del Campo de Punta Arenas, están el incansable DHC-6 Twin Otter, el “padre” de todos los demás aviones de empresa regional; y junto a él, los Cessna 402 y 404, y los King Air 100 y 300.

En estas instalaciones se desempeñan Luis Cayul (supervisor de mantenimiento), Hernán Cortés, Rodemir Caro y Carlos Lobos. Los cuatro, mecánicos de aviación con larga experiencia en Dap y otras empresas (a lo menos 30 años cada uno en estas labores); también, Héctor Alarcón (taller de baterías), Guillermo Cabezas (encargado de herramientas), Alejandro Monsalve (taller NDT) y Ian Zegers (cleaner del hangar).

En el recinto, las tareas del día comienzan a las 8,50 y terminan a las 18,30 horas; eso en condición normal, porque en la práctica el equipo de trabajo está disponible 24/7, atento a cualquier necesidad. 

Esencialmente, las labores se orientan al mantenimiento de las aeronaves antes y después de cada vuelo, y también por cumplimiento de calendario, aquellos programados por ciclo y horas de vuelo, y los que surgen debido a imprevistos.

“Los aviones son parte de nuestra vida”. Esta afirmación contundente de Hernán Cortés marca con claridad el sentimiento, uno que irradia pasión y cariño, mucho cariño, por lo que se hace. 

Luis Cayul, quien además de mecánico de aviación es piloto, agrega: “Para nosotros lo principal es el trabajo en equipo, con un alto sentido de responsabilidad”.

Cuentan que, después de cada mantenimiento, los aviones se “rejuvenecen”. Por ejemplo: los motores del Twin Otter se han cambiado más de diez veces a lo largo de 40 años, además de muchas otras modificaciones que permiten mantener un alto estándar de seguridad. 

A las tareas habituales del hangar, durante los meses de pandemia se sumó un desafío muy especial que hoy llena de orgullo a los mecánicos: se efectuó mantenimiento mayor al Cessna 402. “Consistió en la instalación de pantallas digitales y el hermoseamiento interior como exterior de la aeronave, mostrando el espíritu y pasión por nuestras aeronaves”, explica Hernán Cortés. 

Como un hito relevante, Luis Cayul avisa que en enero próximo se cumplirán 20 años de presencia en el actual hangar, que reemplazó al primero que tuvo la empresa al inicio de sus operaciones a comienzo de los años 80 y que era más pequeño, ubicándose en la zona este del aeropuerto.