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Metro-tren a Patagonia Valley

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 24 de Enero del 2022

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unta Arenas es una ciudad que según el último censo del 2017 tiene una población levemente superior a los 130.000 habitantes, por lo que de acuerdo a las proyecciones y a los índices de crecimiento debiera bordear hoy, los 135.000 habitantes. Si las proyecciones con la industria de las energías renovables y el hidrógeno verde, junto a ser uno de los 3 o 4 destinos de abundancia de agua dulce del planeta, su población no tardará mucho en llegar a los 200.000 habitantes.

Junto a lo anterior la alta tasa de vehículos, una de las más elevadas de Chile, hacen deber pensar, las formas de transporte más eficientes y del menor impacto medioambiental del medio plazo, cuando seremos o estaremos en vitrina, por estar siendo un área en el mundo, que esté produciendo parte o todo en el área de las energías renovables gracias a su viento indómito.

La ciudad de Punta Arenas ya tiene incipientes niveles de saturación en su circulación vehicular, pues su desarrollo e inserción en el territorio es de una ciudad que se construye en su parte más longitudinal, en sentido norte-sur, desde el polo industrial de Cabo Negro-aeropuerto pasando por Río Seco, en una mezcla entre industria, maestranzas, bodegas y residencia, siendo este punto el inicio del límite urbano norte en el mismo Río Seco.

Desde ahí, hasta la ciudad misma, pasando por el sector del Barrio Industrial y hasta llegar al límite urbano sur, en el camino al vertedero municipal, son un poco más de 22 kilómetros y si contabilizamos desde Kon Aiken casi 40 kilómetros, donde hoy se comienzan a ubicar los aerogeneradores del parque eólico, las primeras instalaciones experimentales del hidrógeno verde y las incipientes instalaciones del internet satelital para zonas apartadas de Elon Musk, en el kilómetro 28 norte, comienzan a dar forma a lo que algunos denominan preliminarmente como “Patagonia Valley”.

Este desarrollo incipiente y acelerado, la “longitudinalidad” de la ciudad, un grueso parque automotor, constituyéndola en una de las tres ciudades de mayor densidad vehicular en Chile, obligan a pensar de qué forma atenderemos o daremos forma como ciudad, al grueso desplazamiento en este eje, norte sur en nuestra altamente requerida Ruta 9 Norte. El sector Industrial y la gran cantidad de plazas de trabajo que demanda esta área norte, obligan a pensar, formas eficientes, sustentables y revolucionarias de transporte. Todavía el automóvil no tiene contrapeso, pero en la medida en que se siga desarrollando esta área norte, el estudiar la posibilidad de establecer un tren o metro-tren patagónico será ya no una locura o un deseo de emular las formas de movilización de las zonas metropolitanas, sino que será la necesaria exploración de buscar formas de transporte masivos, seguros y de mayor compromiso de sustentabilidad, acorde a esta nueva realidad, como uno de los puntos del planeta con una de las mayores ventajas comparativas, para la producción de hidrógeno verde gracias a su poderoso viento.

Para ello y, para estudiar en profundidad estas preliminares ideas, se puede (y debe a mi juicio) comenzar a efectuar los estudios de proyección de demanda por toda la franja de Barrio Industrial a Cabo Negro (y todos sus mixtos usos intermedios), cantidad de viajes desde y hacia, formas de transporte, costo país, niveles de contaminación, tiempos de viaje, y un largo listado de indicadores, que puedan sentar las bases para un innovador sistema de transporte público.

La ciudad de Punta Arenas llegará en no muchos años más a los 100.000 vehículos, cantidad de alto impacto vial, de alto nivel de deterioro de la infraestructura y de altos niveles de contaminación y, en definitiva, de altos niveles de saturación y de conflicto por lo que proponer a estudio formas nuevas públicas, seguras y eficientes medioambientalmente son parte de nuestra tarea de pensar la ciudad antes y no cuando la leche ya está derramada.

El metro-tren a Patagonia Valley, anuncia su salida.