Necrológicas

– Verónica Vergara Reyes

Educación ambiental sin ambientes

Por Alfredo Soto Martes 22 de Febrero del 2022

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Recientemente fui invitado a participar en responder a una serie de consultas acerca de las expectativas que generan en regiones los Derechos de la Naturaleza, tema trascendental que forma parte hoy en día del pleno de la Convención Constituyente para tomar líneas de propuestas y menciones al respecto. La mayoría de las opiniones son acertadas en darle un espacio importante a este tema que tiene que ver fundamentalmente en cómo debemos ver la naturaleza desde el establecimientos de la nueva carta magna. El reportaje me permitió hacer el alcance de que una expresión escrita en la nueva Constitución no será la que cambien la mentalidad de nuestra sociedad, el trabajo medular está asociado a los ámbitos educacionales, en todos sus niveles, que permitan que nuestras futuras generaciones puedan conocer, actuar con el cuidado y el respeto que se merecen nuestros entornos inmediatos.

Hoy día somos testigos de un gran movimiento socio-cultural y ambiental de que muchas personas a través de los medios, muestran sus excursiones y presencia de las mismas en espacio naturales, mostrándose amigables con una conciencia y mentalidad ecológica, pero al mismo tiempo veo con preocupación, que esa demostración pacífica y muy loable de destacar, cuando se entra a los espacios urbanos pareciera notarse y de manera muy aguda la pérdida de toda capacidad de continuar con ese esfuerzo adicional de respeto y cariño por el entorno.

La educación ambiental que muchas instituciones promueven, como las de educación superior, los programas educativos de los colegios, las Ong y otras organizaciones públicas y privadas, pecan muchas veces de no tener bien armado el “brazo” que corresponde y permitan realmente y que sean decidoras a la hora de llevarlas a la acción misma, es el camino, que tiene para lograr realmente a un cambio de mentalidad y por ende del comportamiento de nuestros ciudadanos, sean niños, jóvenes o adultos. Para implementar de manera eficaz una educación ambiental pero con “ambientes reales y concretos” hay que darle el espacio a la Educación al Aire Libre (Eal), que es la herramienta más eficaz para ir caminando en un cambio en la predisposición al cuidado, al respeto que permita que nuestros jóvenes logren percibir momentos de emocionalidad que desarrollen valores de protección y preservación. Conozcamos la naturaleza real…la de los ambientes verdaderos, debemos activar nuestra memoria ancestral que nos conecte con nuestros orígenes, sepamos de donde venimos, de los bosques, de los valles, de las montañas, etc.

La naturaleza a través de la Eal es valórica porque presentan a la naturaleza como fuente de vida, se dan las oportunidades para que sobresalgan las virtudes humanas, el compañerismo, el sentido común, la colaboración, trabajo en equipo, al mismo tiempo se da el espacio para visualizar a la naturaleza no como proveedora de recursos solamente, que es lo que mas daño nos hace. La Eal nos permite crear momentos ejemplares junto a la naturaleza, presenta de manera práctica todos los fenómenos naturales, el ciclo del agua, la meteorología, la distribución de la vida vegetal y animal, ante estos eventos que activan la curiosidad, es situacional frente a los acontecimientos, la subida de un cerro, el cruce de un río, el comportamiento de fauna con sus crías y al mismo tiempo nos iremos impregnando que todo tiene que ver con todo, en otras palabras, es integral porque muestra que la vida es una sola y todo depende de todo. Además de estas características básicas también lo es integrada porque da las herramientas para que una persona se desarrolle físicamente (caminata), socialmente (compartir actividades) y psicológicamente (regula el estrés), en otras palabras es una fuente que normaliza la salud en sus aspectos variados ya mencionados. Al mismo tiempo universaliza las actividades que se ejecuten, aproximan principalmente a los jóvenes en formación con las ciencias, con la geología, la meteorología, la astronomía, oceanografía, biología. Todo quehacer está allí para enseñar a un niño o a un joven. Entonces se hace necesario no mirar sólo nuestra naturaleza desde una hermosa imagen, o simplemente desde la ventana, debemos ser protagonistas acompañando nuestros propios orígenes para entender de donde venimos y hacia donde vamos.

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