Cuidando a Chile: conmemoración 8M y cambio de mando

Javiera Morales Alvarado, Diputada de Magallanes y Antártica Chilena, colaboradora de la Dirección de género, equidad y diversidad, Umag

La carga emotiva y simbólica de esta semana hace difícil reflexionar. Sin duda estuvo marcada por dos hitos muy relevantes y distintos, pero que tienen en común la equidad como principio inspirador. Partimos con la conmemoración del 8M y terminamos la semana con el traspaso del poder al primer gobierno que se autodefine feminista.

Pero simbólicamente es mucho más que esos dos hitos por separado, es también un paso en este tránsito a un nuevo período histórico que tiene, sobre todo, el gran objetivo de sanar y levantar una nueva institucionalidad política legitimada y democrática. Me es imposible no recordar el pasado 4 de julio y la instalación de la Convención con una mujer mapuche en su presidencia.

El martes, las calles de las diversas ciudades magallánicas, y del resto de Chile, fueron tomadas por cientos de mujeres de diversas edades y realidades, pero unidas por la demanda de igualdad y equidad. Vimos también en las calles a las nuevas ministras, subsecretarias, delegadas y parlamentarias levantando sus pañuelos morados y verdes codo a codo con estudiantes, trabajadoras, madres, abuelas, disidentes, niñas y tantas más.

El viernes vimos cómo esas mismas mujeres que marcharon como ciudadanas de esta República, expresándose libres junto a los movimientos feministas, pasaron a formar parte del nuevo gobierno donde la paridad es regla y la perspectiva de género será una política transversal. Paralelamente, dos ministras -de Interior y Justicia- anuncian el retiro de las querellas por Ley de Seguridad del Estado iniciando un camino de reparación y sanación. 

Y es así como es posible imaginar un Chile más sano y estable. Un país donde la institucionalidad política se sienta como legítima por la ciudadanía. Una institucionalidad que converse y se articule con la movilización ciudadana y que camine junto a ella. Una institucionalidad que cuide y sane.

En esto el feminismo tiene mucho que aportar. El Estado y la ciudadanía no deben seguir siendo antagonistas, y todos debemos aportar lo propio en ese esfuerzo. Es por ello que como diputada por esta región ya formo parte de la bancada Julieta Kirkwood. En esta, un grupo transversal de parlamentarias se ha comprometido con avanzar legislativamente en la agenda feminista impulsando la paridad también en los órganos de representación regional y comunal. Es la primera vez que una diputada por esta región formará parte de esta bancada, por lo que espero ser un aporte a este momento histórico por el que estamos transitando.