“Uno de los grandes desafíos de las nuevas autoridades va a ser potenciar el consumo local de los recursos del mar”
- La ya ex autoridad de gobierno concluyó en Magallanes su gestión bajo la administración del también ya ex Mandatario Sebastián Piñera, dejando como uno de sus grandes legados la visibilización y dignificación del rol de la mujer en el rubro de la pesca artesanal.
La médica veterinaria y ya ex subsecretaria de Pesca y Acuicultura, Alicia Gallardo, cerró su periodo de 1 año y 2 meses en el gobierno saliente de Sebastián Piñera, habiendo sido la primera mujer en tomar el mando de esa repartición en sus 45 años de historia.
Ayer concluyeron sus labores en la administración pública y se manifestó satisfecha por lo logrado en el tiempo que le tocó liderar la cartera, pudiendo colaborar en la pesca artesanal, rubro por el cual siente un especial afecto. Especialmente aquí es donde puso mayor enfoque, y en nuestra región tuvo la oportunidad de compartir con la mesa técnica regional de mujeres ligadas a la pesca artesanal.
– ¿Cuáles son las principales brechas que enfrenta la mujer en la pesca artesanal?
– “Las principales brechas yo diría que son el acceso a manejo de plataformas digitales, como también en materia de capacitación y especialmente en temas de convivencia con compañeros de trabajo hombres. Por esto último, sacamos un decálogo con los 10 principios básicos para el trato a las mujeres en el rubro de la pesca artesanal, porque muchas mujeres sufren violencia por parte de sus compañeros. Bajo este prisma, pudimos trabajar en una hoja de ruta que nos guíe en los caminos a seguir para acortar estas brechas que tienen que ver con la dignidad laboral. En nuestra última reunión pudimos constatar sus opiniones y pudimos entender de qué quieren tomar más relevancia en la cadena de valor que genera la pesca artesanal en la región. En otras partes del país por ejemplo, donde hay caletas, no hay baños para mujeres. O en oficios como encarnadoras, en muchos casos los hombres que van a pescar no les pagan por este trabajo si es que no hubo buena pesca, entonces incluso en aspecto de legislación hay que empezar a trabajar para mejorar esto”.
– ¿Cómo ha evolucionado el rol de la mujer en este rubro?
– “Hoy en día son 25 mil mujeres registradas entre los 94 mil pescadores artesanales en el país. En Magallanes son cerca de 700 mujeres frente a los 7 mil hombres que componen esta fuerza, cuyo rol de la mujer ha sido prácticamente invisible. Este rol que cumplen es muy complejo, porque la gran mayoría de las que trabajan en la pesca artesanal son dueñas de casa a la vez, por tanto es muy sacrificado. Pocos saben que muchas mujeres son dueñas de barcos y que salen al mar a pescar distintos recursos, entonces una prioridad ha sido visibilizar esta realidad a través de estas mesas técnicas. A las mujeres les gusta mucho asociarse, por eso es que promueven la creación de cooperativas, y esto genera que puedan mejorar las estrategias de venta de productos en las que emprenden. Por eso creo que la capacidad de resiliencia de la mujer es muy potente, y hemos querido apoyarlas a través de distintas capacitaciones y cursos como liderazgo para tomar decisiones en la gobernanza pesquera, como también en carpintería de ribera, para capacitarlas en la construcción de embarcaciones”.
– ¿Cómo evaluaría a la pesca artesanal dentro de la economía regional?
– “Todas las regiones son distintas en cuanto a esta materia, y Magallanes es una región bastante especial porque por ejemplo, manejan recursos bentónicos que tienen una importancia comercial relevante. La participación de la pesca artesanal en la economía aporta de manera importante en el Pib local, y sin dudas se trata de un rubro que sustenta a muchas familias en esta región. Acá se pescan erizos, centolla, centollón, luga, ostión y otros recursos que en su mayoría son exportados, y la cantidad de producción es tan grande que es imposible pensar en que un barco completo pueda quedarse para consumo regional porque satura. Existe una brecha importante en que casi todo lo que se extrae se exporta, y eso hace que muy poco producto de mar se quede en la zona. Hoy tenemos un 15,9% de promedio en consumo de pescados en Chile, mientras que a nivel mundial la cifra es 20%, lo cual resulta paradójico considerando la producción nacional. Es por eso que creo que uno de los grandes desafíos de las nuevas autoridades va a ser potenciar el consumo local de los recursos del mar en los que prima la exportación, y para eso se necesita más logística, como cámaras de frío, salas de proceso y otros”.
– ¿Qué consecuencias genera hoy en día la pesca ilegal en la región y cómo podemos atajarlas?
– “Esta ilegalidad es uno de los factores que más merma la sustentabilidad de los recursos por ejemplo cuando hay vedas, sin embargo Sernapesca ha ido mejorando su sistema de fiscalización. Por ejemplo, en la pesca industrial se hace un seguimiento completo porque se incorporan cámaras a las embarcaciones además de una bitácora electrónica. En otras regiones del país como en Los Lagos, ilegalmente hacen cruces para pescar en Los Ríos y así, en todos lados existe la ilegalidad. Para esto, (la cuestionada) ley de Pesca tiene algunos aspectos interesantes como el que asegura de que cada recurso marino, que son cerca de 34, tenga su propio comité de manejo, por tanto se propician acciones para establecer medidas por ejemplo el tamaños más pequeños de red, coordinación entre flotas industriales y artesanales, y otras. Hay que entender que los recursos son biológicos y toman tiempo en recuperarse, por eso, si es que no hay buenos planes de prevención, luego tendremos que trabajar en planes de recuperación”
– ¿Cómo evaluaría usted la responsabilidad de los pescadores frente al cuidado de los recursos?
– “En general en todo el país el pescador artesanal es un guardián de los recursos del mar y no son destructores. Evidentemente que quisieran tener más cuota para tener mayores permisos de extracción, lo cual se reflejaría en más plata, pero no se incumplen mayormente las medidas. Lo que más se incumple generalmente es en la talla mínima de los recursos que extraen, como también en embarcaciones que no están inscritas y se encuentran operando. Esto ocurre porque los registros están cerrados, entonces aquí existe un problema, porque hay muchos armadores que están registrados de hace años y actualmente no se desempeñan en el rubro, y viceversa, entonces la institucionalidad debería preocuparse de equilibrar esta situación para permitir que nuevas personas ligadas al rubro puedan seguir ejerciendo pero de manera legal”.