Samu rescata a padre de 88 años y a su hija de 61 que vivían en condiciones paupérrimas
E
n julio de 2018 La Prensa Austral dio a conocer el dramático caso de un octogenario padre y su hija adulta con síndrome de Down, quienes en ese entonces vivían en paupérrimas condiciones, carentes de redes de apoyos.
A casi cuatro años de aquella nota periodística, en la tarde de este domingo, un equipo del Samu concurrió hasta el mismo domicilio de calle Zenteno esquina Diego Portales, por la Agrupación Calor Magallánico, que dio cuenta de la urgente necesidad de rescatar a un padre de 88 años y a su hija de 61, quienes vivían rodeados de una plaga de ratones y en la más absoluta indigencia.
Para Carabineros, dicho domicilio del sector Río de la Mano resultaba casi familiar, pues cada cierto tiempo el jefe de hogar, Alvaro, que padece de demencia senil, se extravía en la vía pública, debiendo ser devuelto a su vivienda.
El conmovedor caso de este padre y su hija fue calificado de “terrible” por parte de Beatriz Cárdenas Soto, de la Agrupación Calor Magallánico.
Alvaro cuida de su hija quien padece de problemas cognitivos, aunque él también está enfermo del corazón. A los 80 años, le fue instalado un marcapasos, por lo que tiene que controlar su salud. En el reportaje publicado por este diario en 2018, dijo que “mi niña se levanta a cerrar la puerta, pero ella no sale”.
Hambre y abandono
Enfrentan el hambre y el abandono. Hay plagas de ratones, se respira soledad, la misma que dábamos a conocer hace casi 4 años. Su vivienda de esquina se cae a pedazos, a pesar de las ayudas que ha gestionado la organización Calor Magallánico, donde han hecho todos los esfuerzos por ayudarlos. Son los que este domingo levantaron la voz para pedir un cupo en una residencia.
Es inevitable recordar la primera visita que hizo un equipo periodístico a este domicilio. El estaba en la ventana esperando nuestra llegada, que había sido anunciada vía telefónica. Ya en el interior de la casa, el frío calaba los huesos (era el mes de julio) y parece ser más que afuera, nos sentó a su mesa. Nos recibió con amabilidad, la conversación fue fácil, a pesar de que estaba sordo y sus audífonos no tenían pilas. Prefirió reírse ante la adversidad.
Beatriz Cárdenas, de la agrupación Calor Magallánico, planteó que “hemos estado trabajando con ellos desde hace un año”, y desde el comienzo se dieron cuenta de que su vivienda estaba en malas condiciones. “Lo primero fue limpiar, con el apoyo de un camión y se cambiaron muchas cosas. Las condiciones siguieron deplorables”, relata. Este sábado, al ir a dejarles el almuerzo, advirtieron de la presencia de una plaga de ratones al interior, una situación terrible que los llevó a volver el domingo para bañarlos y ayudarlos a limpiar, pero la situación era tan grave que alertaron a los equipos de emergencia, llegando personal del Samu y Carabineros.
Su situación es compleja, su casa no tiene las condiciones sanitarias para recibirlos, sumado a la precaria condición de salud de ambos. Tamara, la hija, presenta heridas que requieren atención médica. “No pueden volver a su casa, en esas condiciones no pueden”, remarcan desde la organización social.
Tras ser ingresados al Hospital Clínico pasadas las 19 horas de ayer, al no tener padre e hija red de apoyo familiar, Carabineros ofició al Juzgado de Familia de Punta Arenas para que se decrete una medida de protección a su favor.