Organización La Jauría Feminista se “tomó” la Umag: exige justicia por situaciones de abusos y vulneraciones
A nivel nacional, las primeras manifestaciones de descontento estudiantil comenzaron a expresarse en Santiago, donde en numerosos sectores universitarios son comunes las situaciones de acoso, abuso y violencia hacia mujeres. La sensación de vulnerabilidad y de impunidad que tienen los autores de estos hechos, ha ido creciendo en todo el país. Y Magallanes no escapa a esta realidad.
La vuelta a la normalidad le demostró a algunas estudiantes de la Universidad de Magallanes que las denuncias que expresaron en años pasados, no tuvieron las sanciones que esperaban. Esas inquietudes las canalizaron a través de la organización La Jauría Feminista, que convocó el miércoles, a una asamblea, que reunió a unas cincuenta mujeres. Se votó la “toma” de las dependencias y el resultado de 80% de adhesión a esta idea, se concretó en horas de la madrugada de ayer.
A través de un comunicado, La Jauría Feminista informó que, tras la asamblea, en la que se abordaron temáticas de abusos y vulneraciones a compañeras de parte de alumnos, docentes y funcionarios, se decidió esta medida de presión “ya que estamos cansadas de que los agresores estén dentro de nuestras aulas, dentro de nuestras gestiones y, sobre todo, dentro del poder”.
Así, a primeras horas de la mañana, autoridades universitarias, docentes, y estudiantes se encontraron con los accesos al campus central, bloqueados. La rectora subrogante, Gabriela González Garay fue una de las que se acercó a interiorizarse de la situación y declaró que “la semana pasada tuvimos conversaciones con La Jauría Feminista, a raíz del retorno a la presencialidad y saber sus inquietudes y posibles petitorios y demandas. Conversamos con ellas y esperamos que, en el transcurso del día, entremos a conversar como rectoría y equipo, para conocer cuáles son sus demandas, que entiendo yo, son diferentes a las de la semana anterior. Obviamente, estamos abiertos al diálogo y La Jauría también”, reiteró la autoridad universitaria.
Durante la tarde, se convocó a una asamblea informativa, que se realizó en el Patio de Humanidades de la Universidad de Magallanes, donde se comunicaron los hechos que llevaron a esta medida. Dentro de ellas, la principal, dice relación con la desconfianza que ha generado en las estudiantes, las investigaciones que se han desarrollado de manera interna, para determinar las responsabilidades ante hechos de acoso que han sufrido mujeres al interior de la universidad. El regreso a clases, en las que notaron que muchos de los acusados se mantenían en sus actividades (estudiantes, docentes o funcionarios) las llevó a reunirse ya que, si bien trascendió que muchos de estos procesos de investigación se mantienen en curso, ellas esperan una resolución más inmediata, en la que se haga justicia.
Es así como una de las mayores exigencias que se plantearán en el petitorio que entregarán a las autoridades de la casa de estudios, dice relación con la creación de una Fiscalía Universitaria, que acoja y aborde estas denuncias.
De esta manera, la vuelta a la normalidad trajo de regreso las “tomas”, que antes de la pandemia eran habituales, especialmente a mediados de año. Pero a diferencia de esas ocasiones, ahora las exigencias no tienen relación ni con aranceles, deudas o conflictos internos, sino con un grito feminista de justicia, ante las numerosas vulneraciones que no han tenido sanción.