Alerta por preocupantes cifras de salud mental y adicciones
- Los senadores hicieron referencia a los ranking que encabeza Chile en cifras de suicidio, consumo de sicotrópicos sin receta, y uso de sustancias y alcohol; los esfuerzos que han realizado los últimos gobiernos por contener la violencia generada por el creciente narcotráfico y el diagnóstico que se realiza de la salud mental como una prestación postergada.
La pandemia por el Covid y el prolongado confinamiento, trajo asociado efectos colaterales en la salud de las personas.
Es lo que ha ocurrido con la salud mental en el país y sus consecuencias en las adicciones de la población, particularmente, en el consumo de drogas de niños, niñas y adolescentes.
La preocupante alerta convocó a los senadores a una sesión especial.
Los congresistas hicieron referencia a los ranking que encabeza Chile en cifras de suicidio, consumo de sicotrópicos sin receta, y uso de sustancias y alcohol; los esfuerzos que han realizado los últimos gobiernos por contener la violencia generada por el creciente narcotráfico y el diagnóstico que se realiza de la salud mental como una prestación postergada.
El rol del Senda y de la PDI, la pandemia como un factor detonante, la falta de políticas públicas específicas, problemas de coordinación entre los ministerios respectivos (Interior, Educación y Salud) y el uso de recursos para realizar reformas de fondo también formaron parte del debate.
Chile hoy es el destino de narcotráfico. El alcohol a largo plazo genera trastornos y la marihuana experimentan ansiedad y depresión. Los jóvenes entre 13 y 18 años son los que caen en estas adicciones.
En todo caso, cabe consignar que las últimas estadísticas hablan de una leve baja del consumo de drogas en la población escolar. Ello habla de la importancia de la estrategia nacional en tal sentido.
Hay quienes sostienen derechamente que la guerra contra las drogas ha fracasado en el país, sin embargo es el momento de generar una política nacional que ponga énfasis en la prevención y la educación, además de la rehabilitación. En lo segundo, la educación tiene que ser el lugar donde el deporte, la música y la ciencia jueguen un rol preponderante en la prevención contra este flagelo.