Vendían droga a estudiantes a metros de colegio
Un funcionario de la Brigada Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones que el martes se dirigía al cuartel, logró captar en su trayecto que dos sujetos le entregaban algo a dos estudiantes, en una de las esquinas de la plaza Sampaio, en el sector céntrico de la ciudad.
La actitud de los sujetos le pareció sospechosa así que pidió apoyo policial a sus colegas.
Una patrulla llegó rápidamente al lugar. En esos momentos practicaron un control de identidad a los sujetos. Uno llevaba un banano con 8 envoltorios de marihuana y 200 mil pesos en efectivo. El otro detenido portaba una bolsa con el mismo tipo de droga.
Ambos fueron detenidos y formalizados ayer por microtráfico de drogas. El fiscal Sebastián González pidió de inmediato la prisión preventiva para Jonathan Moya Galleguillos y Reynaldo Ismael Salinas Erguy. Ambos registran un nutrido prontuario policial y decidieron guardar silencio.
Intercambio de manos
Droga en papelillos listos para la venta, más el dinero en efectivo que portaban, les encontraron.
El fiscal justificó la solicitud de prisión en base al peligro que reviste la libertad de ambos para la seguridad de la sociedad.
Una circunstancia agravante en la Ley de Drogas es cuando estos delitos se cometen en las cercanías de un establecimiento educacional.
En este caso, los sujetos estaban realizando un “intercambio de manos”, venta de marihuana, cerca del Instituto Sagrada Familia. Sin considerar que las estudiantes que adquirieron la droga eran menores de edad, indicó el fiscal.
Prontuario
Jonathan Moya Galleguillos registra condenas por receptación en Puerto Natales y Punta Arenas. También dos hurto simple y otra de robo por sorpresa.
Al ser detenido portaba tobillera electrónica dados diez incumplimientos a la pena impuesta en una causa.
“Yo nunca había visto a una persona que en su extracto de filiación tenga tantas penas remitidas, a lo menos cuatro, más dos reclusiones nocturnas”, dijo el fiscal.
Mientras que Reynaldo Salinas fue condenado este año, el 2 de marzo, a 576 días por robo por sorpresa.
El 8 de octubre de 2004 fue condenado a 5 años y un día por un crimen; luego por un robo con intimidación y posteriormente por hurto. En Calama lo condenaron por el delito de amenazas y también por
porte de arma blanca. En Punta Arenas, el año 2019 fue condenado por amenazas a Carabineros. En otra causa lo sancionaron por lesiones y en otra por amenazas en contexto de violencia intrafamiliar. El 2021 terminó condenado por lesiones menos graves.
El juez Ricardo Larenas compartió que existe un evidente peligro de fuga y que la libertad de ambos constituye un peligro para la sociedad y ordenó el ingreso de ambos a la cárcel, por los 75 días de plazo para el cierre de la investigación.