Necrológicas

– Cecil Roberto Valentín Rasmussen Fernández

– Héctor Alvarez Díaz

La última Esperanza

Por Alfredo Soto Martes 31 de Mayo del 2022

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Prof. Alfredo Soto Ortega

Estos últimos días de mayo y cumpliendo con mis labores tradicionales de la educación al aire libre, me ha tocado mencionar mucho de la historia de mi región, principalmente de mi tierra de cuna en la provincia de Ultima Esperanza, Puerto Natales, que hoy día está de cumpleaños, a quienes saludo cordialmente y con mucho afecto en donde me crié al alero de mi familia, muy numerosa y de campo. Entre las curiosidades mayores de los alumnos que por lo demás no eran de esta tierra, todos de la Universidad Alberto Hurtado, era la denominación justamente del ¿por que? ULTIMA ESPERANZA, por lo demás, se sentían privilegiados a pesar del frío, el ser testigos in situ de sus amplios conocimientos teóricos académicos, para luego confirmar en el mismo terreno, en estas llanuras, repletas de aventuras y espacios mágicos que recorrimos aprendiendo juntos del pasado glaciar y de los vestigios que dejó un gran paleo-lago en los albores esculpidos de esta tierra maravillosa. Vivieron exactamente las exigencias del entorno, con precipitaciones, vientos, días cortos, que por lo demás obligan a tener alternativas dentro de las planificaciones hasta acotar la expresión y por ULTIMA ESPERANZA tal situacion solucionada de una u otra manera.

La incesante búsqueda por primera vez de la conexión interoceánica del estrecho de Magallanes, pero esta vez por el lado occidental, el capitán general Juan Fernández Ladrillero, por mandato del gobernador del Reino de Chile, Don García Hurtado de Mendoza, partían del Puerto de Valdivia el 17 de noviembre de 1557. Muchas dificultades en todo su proceso exploratorio, perdiendo una nave, quitaban el ánimo inicial de su tripulación, lo que cada milla ganada sin encontrar tal paso, les quitaba la popularidad inicial a tan valerosos navegantes y exploradores extremos, sobre todo de su capitán que cada mañana al levantarse y ver los maravillosos amaneceres australes, imprimía una suerte de exagerado optimismo por salir victoriosos en el cumplimiento de su misión. Estas dificultades por lo demás permitieron hacerse conocedores de todo rincón de manera exhaustiva de cada isla, cada fiordo o canal que se les aparecía por la proa enloquecida de buscar el estrecho de Magallanes.

Por esas cosas del destino, y cuando la tripulación ya estaba abatida de no tener siquiera la posibilidad de aguas frescas, campos abiertos que les permitiera desembarcar y sentir la rigidez de la tierra o quizás tener la posibilidad de encender un fuego y comer una carne fresca y asada que podría en lo mínimo levantar los ánimos y la motivación inyectada para continuar, el estoico capitán Ladrillero, enfila un canal muy profundo, que sobrepasa la cordillera, era un mes de diciembre y mientras ganaba millas en estrechos fiordos y canales, casi tocando la flora como así también percibiendo la presencia de sus habitantes nativos, comparando entre los rostros de su tripulación abatida y el curioso zigzaguear de la navegación, acuña su ULTIMA ESPERANZA por creer que ya era el paso buscado que 37 años atrás, otro espléndido navegante había descubierto el paso interoceánico que lleva su nombre. Finalmente no fue así, pero sí pudieron desembarcar, estirar las piernas, desligarse del constante bamboleo de la navegación para así descansar en un cálido mes de diciembre en tal latitud. Según los relatos, llegó a estar hasta la desembocadura de un río de gran corriente y una anchura considerable (Río Serrano).

Con gran sorpresa los alumnos asumían con entusiasmo tal relato, y sobre todo más aún al expresarles que 300 años después del descubrimiento de Ladrillero, recién afloraba una nueva preocupación por esta comarca hermosa y sobresaliente y por sobre todo con fines nuevamente exploratorios tanto por mar como por tierra pero con el componente científico, como lo fueron las expediciones científicas del año 1830 con William Skyring y James Kirke. En los rostros de los jóvenes alumnos, se iluminaba el orgullo de estar actuando y consolidando sus conocimientos con estos propósitos similares, geográficos y científicos.

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