Luego de un cuarto de siglo de su matrimonio civil, pareja dio el “Sí, quiero” ante Dios en el Hospital Clínico
Una emotiva historia se vivió este jueves en el Hospital Clínico, cuando la paciente Rosa Sánchez Alvarado se casó en la capilla de dicho centro asistencial con su esposo Manuel Ojeda Alvarez. La pareja se casó por el civil, hace 25 años, pero ahora dieron el “Sí, quiero” ante Dios sellando su amor.
La ceremonia fue posible gracias a distintas gestiones realizadas para que se cumpliese este ferviente anhelo, en un ambiente cargado de emociones.
Manuel Ojeda Alvarez expresó que “fue muy hermoso y lindo, estoy emocionado, pudimos compartir este momento con la familia, con funcionarios del hospital, y eso fue muy bonito, por eso estamos muy agradecidos”.
Recordó que se conocieron hace un cuarto de siglo, casi por una casualidad y por eso Manuel piensa que fue Dios quién los unió. “Fue amor a primera vista y hasta el día de hoy estamos juntos, casados hace 25 años, estoy emocionado y feliz”, declara desde la Unidad de Pacientes Crítico.
Rosa Sánchez Alvarado se encuentra internada hace más de un año producto de una enfermedad neurológica que le ha provocado numerosas secuelas, por lo que se encuentra con apoyo de ventilación mecánica invasiva en forma permanente.
“Estoy muy feliz, no tengo palabras para definirlo. Es un amor profundo, que tiene lealtad, que es sincero, es un amor del corazón. Para mí fue un momento muy emocionante, al entrar al altar y ver a todas esas personas muy queridas por mí. Yo los quiero a todos y estoy agradecida de las atenciones del equipo de salud, ellos han sido una familia para mí”, expresó.
Matías Ojeda, su hijo, destacó lo hermoso que fue ver a la familia reunida. “Verla entrar al altar fue muy bonito y mi polola me acompañó en todo, el personal de salud también nos ayudó mucho”, añadió.
A la ceremonia asistieron familiares, amigos y funcionarios hospitalarios, entre ellos el jefe de la Unidad de Paciente Crítico, Andrés Prieto, y la enfermera supervisora de la misma unidad, Marcia Ureta.
Terminada la ceremonia, la enfermera planteó: “Fue muy emocionante para nosotros como equipo porque la paciente lleva varios meses hospitalizada. Ha sido un trabajo de incorporación de su familia y del equipo de salud. No es una actividad frecuente dentro del ámbito hospitalario, y más aun en la Unidad de Paciente crítico, por las características de nuestros pacientes y sin embargo, tomando todas las precauciones en tiempo de pandemia, hemos podido llevar a feliz término esta actividad. Para nosotros esto busca humanizar el cuidado, busca conectar el paciente, la familia y el equipo de salud”.