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Juan Oyarzo Pérez y distanciamiento con su otrora Prorrector

“Ese alejamiento que menciona José (Maripani) se debió a que él tenía mucha obsesión por ser rector”

Domingo 12 de Junio del 2022

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– A menos de dos meses de culminar su gestión al frente de la Universidad de Magallanes, el Ingeniero Civil Mecánico y Dr. en Energías Renovables lamenta que el apoyo estatal siga dependiendo de afinidades políticas o simpatías personales. Por lo mismo, agradece a todas las autoridades de gobierno y parlamentarios que se la han jugado por la Umag y todos los funcionarios de dicha casa de estudios superiores.

“Nunca recibí una llamada de alguien, de algún político”, descarta Oyarzo al referirse a las acusaciones de que la Umag se transformó en un enclave de ciertos parlamentarios o partidos.

Elia Simeone R.

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“No tengo ninguna pena de dejar la rectoría”, asegura. Próximo a traspasar el mando tras dos períodos, el rector de la Universidad de Magallanes (Umag), Juan Oyarzo, tiene mucho que decir, destacando lo avanzado y enfrentando los cuestionamientos a su gestión.

Egresado del Liceo Industrial, se tituló de Ingeniero Civil Mecánico de la emblemática Universidad Técnica del Estado (Ute) en 1971. Su primer período como rector fue 2014-2018 y ahora está por terminar su segundo tiempo (2018-2022).

El 6 de agosto dejará el cargo y, al día siguiente, asumirá quien lo suceda. Por primera vez, en el proceso eleccionario se presentan dos mujeres: María Soledad Astorga y Margarita Makuk. El tercer aspirante es José Maripani, otrora parte del equipo de Oyarzo, pero entre ellos hubo un quiebre y el actual rector no quiere irse sin expresar su molestia. “El tuvo una mala actuación con nosotros”, acusa, pero rápidamente agrega: “Bueno, pero si sale José, tampoco me voy a oponer. Igual habrá que apoyarlo”.

Oyarzo desmiente que la Umag se haya convertido en un enclave para grupos políticos o que él mismo haya rebajado la sanción a un ex vicerrector acusado de acoso. Cree que su rectoría pecó de no contar con una estrategia de comunicación eficiente que permitiera difundir sus logros y el aporte que realizan a Magallanes.

¿Su mayor aprendizaje? Escuchar desde un auxiliar a un académico. “Eso nos enriquece como personas”, resume.

¿Su mayor logro? Acreditar a la Umag en investigación. “Fue lo que más nos alegró y significó estar dentro del grupo de universidades complejas”, acota.

¿El proyecto que más lamenta haber dejado en el tintero? Un centro de idiomas, que trabajara para el rescate de las lenguas de los pueblos originarios. “Esa es una deuda que vamos a tener”, puntualiza.

¿Déficit financiero y falta de transparencia? Sí, lo primero; absolutamente no, lo segundo. “Estamos en la Ley de Transparencia y no podemos ocultar nada”, retruca.

Acreditación y Cadi-Cebima

Oyarzo considera que un hito de su gestión fue acreditar a la Umag en investigación, permitiéndole estar dentro de los planteles complejos. “Es lo que más nos alegró la vida”, remarca.

“El tema de las zonas extremas nos marcó también porque estaba de intendente el actual gobernador y nos ayudaron como universidad y nos vimos considerados. Aprovechamos esa instancia para la construcción del Cadi, que fue algo muy importante. Cuando el ex intendente Fernández me entrega la llave y dice: ‘Ahora la pelota está en la universidad, son ustedes los responsables de lo que van a hacer acá’, teníamos un tremendo edificio y todavía no vislumbrábamos qué podíamos hacer y llega el tema de la pandemia, donde la contribución del Cadi ha sido grande.

Virtualidad: gente que no quería regresar y el “levantamiento” de estudiantes

Admite que a la Umag le costó enfrentar la pandemia y su efecto respecto de suspender actividades y mutar hacia la virtualidad. “o estaba incrédulo al inicio. Mis colegas, los vicerrectores me decían: ‘Tenemos que irnos para la casa’. Pero yo les decía: ‘¿Cómo vamos a abandonar la universidad y nos vamos a ir todos a la casa?’. Pero, tenían razón, fue algo increíble lo que nos estaba pasando”, reconoce.

Pasar de clases presenciales a virtuales implicó activar la  educabilidad, incluida la de él mismo. “Fue todo un aprendizaje meterme en un computador, aprender cómo hacer las clases”, reconoce.

Pero, después que amainó la pandemia, “hubo gente que no quería volver a venir a trabajar. Porque muchos, incluido yo mismo, teníamos la comodidad de estar en la casa. Yo hacía una reunión y me tomaba un café, después me iba a otra reunión y podía hacer otra cosa. Mi oficina era nuestra casa…”, señala.

Puesto frente a las enormes posibilidades que abre la virtualidad, Oyarzo acota que ésta tiene tanto ventajas como desventajas. El año pasado hizo una crítica en el Consejo de Rectores porque “universidades se aprovecharon de esto para captar estudiantes. Una universidad captó 3 mil estudiantes de Arica a Punta Arenas. Entonces, es una cuestión impresionante. Les dije: ‘No podemos hacer eso’. Nosotros, que tenemos escasa matrícula, somos sensibles y ¿cómo vamos a permitir eso?”, hace ver.

No quiere calificar aquello de competencia desleal, pero acota que no está regulado.

“Tomas”, nueva Feum y denuncias de acoso

Oyarzo está contento porque, luego de muchos años, habrá elección para constituir la Federación de Estudiantes de la Umag. “Ahí nosotros hemos hecho esfuerzos para tener federación. Lamenté cuando desapareció la última directiva y luego los estudiantes tuvieron otra estructura que era extraña”, refiere.

El rector recuerda que fue complejo enfrentar la “toma” de un grupo feminista en 2016, pero que terminó siendo “una experiencia muy buena”.

“Nos costó, no voy a decir que fue fácil. Cuando me llaman y me dicen que las estudiantes se van a tomar la universidad y vinimos altiro, las chicas estaban con la cara tapada como los talibanes y, cuando yo me acerqué, una de las chicas me dijo: ‘No, tiene que estar a un metro’ y todavía no estábamos en la pandemia y ya me pedía que estuviera a un metro de distancia de ella. Y eso fue un aprendizaje y terminamos sacándonos fotos. Yo luego felicitaba al movimiento feminista porque hay cosas para las que uno no está preparado y que nos cambian el switch de un día para otro, como nos pasó en la pandemia. Y veo en forma positiva eso, son aprendizajes”.

Sobre el cuestionamiento que motivó la reciente “toma” respecto de la lentitud y sanciones con que la universidad estaba tratando las denuncias de acoso, recuerda que en 2018 se creó la Dirección de Género y que existe un grupo de acompañamiento para las personas que denuncien.

Aclara que no hay tantas denuncias que se indicaba. “Alguien hablaba de ochenta y yo nunca he visto ochenta”, apunta.

Para Oyarzo, el problema es que los académicos de la Umag no tenían asesoría legal y, además, se ven sobrecargados cuando se les encarga una investigación.

“Ahora se nombró una fiscal y ella lleva todos los casos”, destaca.

-Pero, la dirección de Género emitió un comunicado y cuestionó la lentitud de la universidad para adoptar las medidas correspondientes.

-“Cuando me llega el tema del vicerrector, inmediatamente pedí el inicio de la investigación y se llega a un castigo de un mes de suspensión y un 30% de su sueldo. Yo me fui cuando me enfermé y, luego, se le pidió la renuncia”.

-Pero la sanción inicial era muy leve.

-“Era más leve. Era sólo una amonestación y, cuando se la entregó a la secretaría de la universidad y a nuestro controlador, ellos dicen que no se condecía con la gravedad de las imputaciones”.

-¿No fue al revés? Pues se dice que fue usted el que rebajó la sanción.

-“No, no, no. ¡Para nada! El fiscal dijo amonestación, fue el titular que puso. Podía ser verbal o escrita y, cuando lo ve el contralor, dijo: ‘Esto no tiene relación con el relato del caso’ Así es que se subió la pena”.

Elecciones

-Hay tres personas que buscan reemplazarlo. ¿Con cuál de estas candidaturas siente mayor afinidad?

-“(El rector se ríe). Es difícil. Yo voy a referirme a lo que ocurrió con José Maripani. El, desgraciadamente, tuvo una mala actuación con nosotros y ese alejamiento que menciona se debió, no sé, a que él tenía mucha obsesión por ser rector. No sé y alguien le dijo: ‘Mira, el rector Oyarzo capaz que vaya a un tercer periodo’. Y él dijo: ‘Yo me voy y parto de cero’ y comenzó a hacer su campaña antes de Navidad. ¡Y, bueno! Pero aquí quedamos bastante sentidos, molestos con él y dijimos: ‘Bueno, tenemos que tener a una persona que nos represente’. Andrés (Mansilla) era nuestra carta, pero él infelizmente tuvo el problema de salud de su madre y Margarita (Makuc) aceptó y ella va de candidata. Marisol (Astorga) también.

-¿Su candidata, entonces, es Margarita, independiente de que está María Soledad?

-“He hablado con María Soledad, la conozco hace muchos años. Ella estudió Ingeniería acá. Siempre he estado en contacto con ella. Antes de asumir el 2014 fui a conversar con ella y vi que tenía una oficina bien incómoda y se le arregló su oficina. Tenemos lazos comunes a través de su ex marido -porque ella enviudó- y el otro día cuando conversé con ella recordamos lo que sucedió en esos tiempos con su esposo…”

-Rector, entonces usted está como Piñera cuando decía que era de la Católica, pero también del Colo-Colo.

-“(Se ríe de buena gana). Más o menos”.

-Bueno, entre que sí y que no, lo único seguro es que no le pone las fichas a Maripani.

-“Bueno, pero si sale José, tampoco me voy a oponer. Igual habrá que apoyarlo”.

“No podemos ocultar nada ni hacer malversación
de fondos”

-¿En qué estado está la Umag?

-“Nosotros tenemos déficit. No sé cuánto será la cantidad en estos momentos. La vicerrectora nos va a entregar esa información y también esto lo ve la Junta Directiva. Nosotros somos públicos y no podemos hacer ninguna malversación de fondos, sino yo me voy preso. Cada peso tenemos que justificarlo en qué lo gastamos”.

– Llama la atención que las tres candidaturas a la rectoría han hablado mucho de transparentar, como si acá hubiera algo turbio.

-“Nosotros estamos en la Ley de Transparencia y no podemos ocultar nada acá. Tú puedes mirar el sueldo que tiene cada uno de los funcionarios. Transparencia sería un concurso desviado… Aquí no podemos ocultar nada. Las actas de las Juntas Directivas también las pueden ver. En otra época se podría haber pedido transparencia, pero hoy día no tengo nada que hayamos hecho”.

“El apoyo a la Universidad de Magallanes

no puede pasar por personas ni gobiernos”

– Mirando lo que pudo haber hecho, ¿de qué se lamenta? ¿Se va apenado de no haber materializado algún proyecto?

-“No apenado. No tengo ninguna pena de dejar la rectoría. Es un trabajo que uno tiene que dedicarle mucho tiempo. A mí me gusta trabajar y, por eso, no me aguanté más y me quise venir a trabajar, pero nosotros estamos dejando una nota de todas las cosas pendientes”.

Oyarzo explica que en 2014 tenían dos a tres proyectos importantes, como el Centro de Eventos, que consiste en un edificio de 3 mil metros cuadrados para mil personas aprobado por el Core.

“Pero el gobierno regional no alcanzó a hacer la licitación y nos pilló el cambio de gobierno y nosotros quedamos multiplicados por cero, casi por cero (segundo gobierno de Piñera)”, indica, pero agrega que ahora se retomará la idea.

También aludió al proyecto basal presentado por Ricardo Rozzi el año pasado y anuncia la iniciativa de teledetección y geociencia, la creación de facultad de Medicina y la ampliación y mayor penetración del Conservatorio de Música hacia la comunidad.

“Un centro de idiomas, eso quizás pudiese ser algo que me hubiese gustado haber hecho cuando conversamos con la gente de Puerto Edén y nos decía que quedan dos personas que tienen el habla de ellos y después se pierde. Acá está el profesor Aguilera que nos podría ayudar en el laboratorio de idiomas. Esa es una deuda que vamos a tener, está colocada en la lista que estoy preparando y la persona que venga a la rectoría lo podrá continuar. “La construcción de unidad de postgrado y de investigación e innovación está en la lista. Todo lo que te estoy mencionando son proyectos que los teníamos ya casi en el 2014”.

Para Oyarzo, la situación es bien clara: “Esto no puede pasar por personas ni gobiernos. Yo alego en el Consejo de Rectores. La Umag no es la más pequeña en términos económicos, pero tenemos una gran potencialidad en la región, que ya les gustarías tenerla a la Católica y a la Chile. Nuestro laboratorio natural lo tenemos nosotros, no ellos y, por eso, están interesados de trabajar y tenemos estas alianzas con el Cebima y el Cadi, que nos potencia más a nosotros”.

-¿Acá hay una deuda del Estado con la Umag?

-“Quisiera destacar que el gobierno de Gabriel Boric ha expresado su preocupación y, al menos, ya está dentro del proyecto de Constitución lo de las universidades estatales. Ahora, espero que se apruebe… No estamos en contra de que el gobierno le dé plata a la Católica, a la Universidad de Concepción o a la Austral. El problema es que se haga cargo de entidades, como nosotros, que venimos de la Universidad Técnica del Estado, somos del Estado y los gobiernos se tienen que hacer cargo de nosotros. Y en los gobiernos de la Concertación no te voy a decir que fuimos muy considerados. ¡Para nada! No ha habido una consideración y que ello se refleje en nuestros presupuestos basales. Ojalá fuera así, que tengamos un presupuesto basal y que no tengamos que estar sobreviviendo el día al día y, de esa manera, la gente trabajaría con más tranquilidad”.

Oyarzo insiste en que no pueden depender del gobierno de turno. “El Presidente (Boric), cuando vino acá, habló del fortalecimiento de la política de apoyo a las zonas extremas. Pero, no puede ser que el apoyo a la universidad pase por una simpatía, sino que, aunque no le caiga bien, las cosas tienen que quedar bien definidas”, puntualiza.

Por ello, recuerda una propuesta que, en su momento formuló José Ruiz Di Giorgio cuando se creó el Fondema. Dicho parlamentario sugirió que un porcentaje de tal fondo (20% o 30%) se destinara a apoyar a la Umag.

Umag, ¿enclave político?

Oyarzo recuerda también todos los dardos que recibió por la contratación de ex funcionarios del gobierno regional. “Una vez nos decían que contratábamos gente a dedo, gente que venía del gobierno, pero resulta que era nuestra misma gente. Por ejemplo, en la época de la Margarita Makuc, Juan Marcos Henríquez ellos fueron a servir al gobierno como seremis, pero después se volvieron a su universidad”.

-Era el tiempo en que hablaba de la universidad era un enclave de Carolina Goic.

-“Mira, del caso que mencionaste, la única persona que podría haber participado directamente para entrar a la universidad pudo haber sido la Paola Fernández, pero ella vino con un proyecto que trajo precisamente Carolina Goic que era para la tercera edad y es el centro que tenemos. Pero era un trabajo hermoso. Vino con un proyecto que era interesante para la universidad”.

-¿Se acuerda que también hubo una polémica porque se contrató al esposo de Goic, en un programa de Turismo?

-“No, eso no lo supe. Pudo haber sido algún proyecto en que hubiera estado involucrado, a lo mejor con Ricardo o que haya trabajado con él.

“Ahora -agrega- también se habla de la contratación de la hermana del gobernador, Anggie Flies. Ella llegó acá, me pidió una audiencia y ella, como era abogada tributarista, nos caía como anillo al dedo, porque una de las cosas que más nos costaba en ese momento era contratar abogado. Porque a ellos afuera les iba muy bien y acá era simplemente un trampolín. Pero nunca recibí una llamada de alguien, de algún político. Lo mismo ocurrió con su esposo. El profesor Prieto había salido y el área deportiva nuestra estaba en decadencia y ha hecho una labor excelente el profesor Albornoz”.

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