Necrológicas

– Matilde Eulalia Soto Díaz
– María Olinda Levill Levill
– Merardo Aguilar Sánchez
– Nolberta del Pilar Vallejos Hernández

El relato de Ana Tamara Díaz y Danissa Bonacich

La vida después del diagnóstico de cáncer

Sábado 25 de Junio del 2022

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ara las personas que enfrentan un diagnóstico de cáncer, vivir con la enfermedad es el desafío titánico. Cambia sus rutinas, roles y relaciones. Puede causar problemas económicos y laborales. El cáncer es una patología que, además, del deterioro físico y la dureza de su tratamiento, provoca incertidumbre y un cambio radical en quien recibe este diagnóstico y en su familia, quienes también viven un duelo. 

La historia con el cáncer de Ana Tamara Díaz Alvarado (59) comenzó en 2019. Ella es parte de la Agrupación de Pacientes Oncológicos de Magallanes, que busca ser un lugar de encuentro y apoyo entre los pacientes y sus familiares.

“El cáncer marca un antes y un después, aprendes a ver detalles y valoras mucho más las cosas simples, abrazar a la familia y pasar tiempo con ellos, porque no sabes qué puede pasar y todo es tan incierto”, confiesa esta esposa y madre. Reconoce que fue un proceso muy fuerte para ella y su familia, porque el cáncer se asocia de inmediato a la muerte, entonces es muy complejo.

Sobre su diagnóstico, recordó que un día cuando se estaba duchando vio un moretón en su pecho izquierdo, se tocó y sintió un bulto. Fue a consultar al médico, quien le dio órdenes para sus exámenes, eran urgentes. El diagnóstico, un posible tumor. 

Los exámenes confirmaron el cáncer de mama y así comenzó un largo proceso de recuperación. Fueron 15 ciclos de quimioterapia para reducir el tumor. Después vino la operación y le extirparon la mama izquierda, con ganglios y todo. Y, luego vino la radioterapia. 

“Lo más difícil fue la quimioterapia, sobre todo la primera, por los síntomas que te produce, yo tenía náuseas y vómitos, no soportaba los olores y se me cayó todo el pelo. Los mechones se caían a montones. Un día vino mi sobrina y le pedí que me rapara, ella me preguntó si estaba segura, yo respondí que sí. Verme al espejo fue impactante, lloré una pura vez y después te acostumbras”, complementa la vecina del barrio 18 de Septiembre. 

“Se sale adelante” 

Ana es artesana y con el cáncer se reinventó, comenzó a hacer manualidades y cuadros con material reciclado. Así las paredes de su casa están decoradas con sus trabajos, con los que buscó mantener su mente ocupada y por sobre todo continuar perseverando.

“Para esto hay que tener mucha fe en Dios y segundo, tienes que fortalecerte, porque si se bajan las defensa es peor. Hay que sacar fuerzas de las flaquezas, porque es difícil, pero se sale adelante perseverando. Además, es importante mantener la mente ocupada, leer, escribir, hacer manualidades y eso te ayuda a perseverar”, admite, destacando que la familia es un pilar fundamental en este proceso, ellos se preocupan y contienen, son un apoyo y un incentivo para salir adelante.

La historia de Danissa

Danissa Bonacich Oyarzún (46), ingeniera comercial, también integrante de la Agrupación, fue diagnosticada de cáncer de recto en marzo de 2020, justo cuando estalló la pandemia por el Covid. “Mi historia es ir contra las estadísticas. Me diagnosticaron a los 44 años y a esa edad es muy poco probable que me diera este cáncer, de hecho el seguimiento se hace después de los 50”.

“Hay que testearse aunque no tengas síntomas”. Remarca que el cáncer es una enfermedad silenciosa y cuando se diagnostica de manera tardía, es cuando menos se tiene opciones. Ella enfrentó cambios para comer y para ir al baño. Una colonoscopía dejó al descubierto una masa, que resultó ser un tumor. 

“Cuando me dieron el diagnóstico, pregunté por cuánto tiempo lo tengo y me dicen por lo menos siete años. Si me hubiese hecho la colonoscopía hace siete años, era un pólipo en el intestino y te lo sacan de inmediato y no tienes más problemas. Esa célula mutó y yo tenía cáncer hasta en los pulmones. Yo tampoco tenía antecedentes familiares, por eso hay que hacer el examen preventivo aunque no hayan síntomas”.

Por su profesión, Danissa estaba enfocada en la comunidad, empoderando a mujeres y emprendedores. El cambio en su sistema de vida fue muy brusco. “Esto es algo que cuesta asimilar, algo que nunca estuvo en tus posibilidades. De repente vas en tu camino, y tus prioridades cambian”.

Su caso es distinto al de otros pacientes porque la diagnosticaron en pandemia y al estar afiliada a una isapre, no tuvo especialista en Magallanes y tuvo que tomar la decisión de viajar sola a Santiago. “Tuve que quedarme en una burbuja porque no había vacuna y si me enfermaba no se sabía que iba a pasar conmigo, mi marido se quedó con mis hijos acá. Iba sola a la quimioterapia y volvía sola, a los tres meses pude volver a mi casa, y con todo lo que se suponía pasar por el aeropuerto, donde no se podía viajar y cada vez que lo hacía tenia que justificar, que estaba en quimio, que estaba con cáncer y poco más que me estaba muriendo. Por otro lado, lo bueno es que estaba teletrabajando y pude seguir, y tener la mente ocupada”.

Destaca que su tratamiento por este tipo de cáncer fue cubierto por el Ges. Enfrentó quimioterapia, después la operación del intestino y el recto. Luego vino la operación al pulmón por la metástasis. En marzo recién pasado, afloró otra metástasis en el otro ovario, volvió a ser intervenida, aunque no le pudieron extraer todo, razón por la que retornó a quimioterapia, aunque esta vez se abrió la posibilidad de hacerlo en el Hospital Clínico, con la diferencia que se cuenta con el apoyo y el acompañamiento de la familia.

“Hay que manejar los miedos, tú no sabes que vienes para adelante, si te va a salir algo más o no… Como ya pasé todo, ya no tengo plan de vida, porque no sé cómo voy a quedar o si voy a necesitar más quimioterapia… Se puede vivir con esto, no es lo que quisiera, pero se puede. El acompañamiento de la familia da un colchón emocional para seguir. Esto tiene mucho de humildad porque el tratamiento desgasta, la quimioterapia me bota el pelo y si un hombre no tiene el pelo no pasa nada, pero una mujer es distinto y la gente se preocupa más de eso, de hecho te lo van preguntando. A mí me han llamado para saber si se me cayó el pelo. Es el tratamiento que te desgasta, lo que te cura es lo que provoca efectos”, plantea.

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