Centro Artesanal: un lugar poco conocido que ofrece productos únicos en la región

Estos últimos meses han sido difíciles para los emprendedores del Centro Artesanal de Punta Arenas (21 de Mayo Nº1463), cuyas ventas han descendido drásticamente, luego del “veranito de San Juan” vivido en los primeros meses de este año, dado principalmente por el arribo de turistas extranjeros a bordo de cruceros.

Los locatarios plantean que los magallánicos suelen confundir el Centro Artesanal con el Mercado Municipal que está aledaño. Es más, hicimos el ejercicio de buscar en Google el recinto y la primera búsqueda que arroja es “Centro Artesanal’ (no somos el mercado)”.

Emprendedores

Cecilia Sánchez Reyes vende productos hechos en lana, gorros y grabados en madera como llaveros y más productos, que su propio marido es el encargado de cortar la madera: “Algo tiene que hacer”, dice Cecilia mientras sonríe. “La pandemia nos afectó, tuvimos que cerrar. La temporada fue relativamente buena, pero estos meses han sido difíciles”, confesó.

La misma realidad vive Gloria Díaz Gómez, quien señaló que el año había comenzando de buena forma, con un alza en las ventas producto de la visita de turistas extranjeros, pero ahora “está lento, y es que es poca la gente que entra a conocer los emprendimientos, aunque esperan que para el Carnaval se reactive el movimiento. “Mi especialidad es la resina con flor de calafate, que no está explotada en souvenir, hago aros, llaveros y marcadores”, explicó.

Mientras tanto, en opinión de Sylvia Quinán, el turista nacional es el que más compra en el Centro Artesanal, acotando que hay mucha gente que confunde este Centro con el Mercado Municipal. Ella se dedica al telar con lana regional, hace pulseras, boinas, tapices, ponchos y gorros.

En la misma línea, Mónica Viladoms Torres, también coincide que el verano fue bueno pero que las ventas han ido mermando con el transcurrir de los meses. “Hay mucha gente que no sabe que existimos”, subraya, quien se dedica a trabajar con lana, telares y fieltro amasado; que es un trabajo realizado con el vellón de la oveja.

Otra artesana, Hortencia Fuentes Bastías, explica que la pasión por el arte fue adoptada de sus padres. Su especialidad es trabajar con el patrimonio regional, en orfebrería, joyería en metal, manualidades diversas y también masoterapia.

Finalmente, Olinda Martínez es fanática de los pingüinos. Trabaja la porcelana en frío, crea piedras, llaveros y lápices. También contó cómo se realiza el grabado en la porcelana, donde tiene que insertar el producto en un horno para que se produzca un grabado perfecto.