Necrológicas

-Roberto Dassé Brauning – Hugo Guerra Cowell
– Edmundo Tabilo Mercado

– Mario Oyarzún Mancilla

– Edith Serón Contreras
– Inés Oyarzo Araya
– Nelso Amador Navarro Calbún
– Sonia Odette Angulo Vera
– María Luisa Arismendis Gómez
– Fernando Antonio Pérez Salgado

Hace un año

Por Diego Benavente Viernes 1 de Julio del 2022

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Escribíamos en este espacio una columna titulada “Constitución de todos“, donde expresábamos que la nueva constitución significaba “una oportunidad para construir algo que pueda ser de todos y no como antes, donde algunos quedaban al lado de afuera e incluso pateando la puerta.” También decíamos que como país vivíamos un momento súper creativo, innovador y no previsible, donde había “que dejar atrás la cultura del miedo y de que todo lo nuevo puede resultar peligroso y jugarnos a concho porque los consensos y el proceso que aquello conlleva, sean lo mejor posible”. Al final expresábamos que en buena, había que “sumarse todos, a construir una mejor constitución para un mejor país”.

Sin duda la Convención Constitucional está terminando su tarea y este 4 de julio se entregará el documento final, pero este proceso no ha cumplido con todo lo que esperábamos que ocurriera, algunos incluso no sienten el borrador como algo que una a todos. Incluso las alternativas del plebiscito de salida, tanto del apruebo como del rechazo se presentan ambas con posibilidades de triunfar y en las dos sus promotores anuncian que se continuará, ya sea mejorando las deficiencias, los unos y los otros entrando a formular una nueva constitución, que pueda surgir de las distintas iniciativas ya enunciadas, rescatando lo mejor de cada una.

La pelea se dará en que tanto Estado y derechos sociales o que tanto mercado y libertad de elegir se quiere para el futuro, lo que sí está claro que sí se requiere un Estado Regional descentralizado que dé cuenta de los intereses y requerimientos de los territorios olvidados, es decir las regiones. Habrá que tener en cuenta las experiencias pasadas y corregir los errores del pasado, así como mejorar y modernizar las políticas que han sido útiles en el desarrollo nacional.

Los economistas de Chicago al alero de Pinochet, por querer instaurar un modelo neoliberal de mercado que funcionara, lo hicieron sin cautelar suficientemente los intereses del consumidor y del ciudadano, ni del mercado o la competencia como sistema. Si no más bien se preocuparon de arropar y facilitar la creación de grandes y poderosas empresas dejando que, en distintos sectores económicos, fuera el matón del curso el que dominara, se consolidara y se concentrara con el claro perjuicio para la ciudadanía y el sistema en sí. Estuvieron más preocupados que funcionaran las AFP más que de beneficiar a los pensionados, estuvieron más preocupados de la salud de las Isapres, que de la salud de los beneficiarios, se fueron por la élite y no cuidaron suficientemente a la gente. Asimismo, nadie salió a defender el sistema, cuando iban a salir, si sentían que el sistema no los defendía a ellos.

Algunos dicen que aquí nació o se experimentó pioneramente en América Latina el neoliberalismo y los del gobierno de hoy en día, con Boric a la cabeza anuncian premonitoriamente, nueva Constitución de por medio, que aquí también será la tumba del neoliberalismo. Pero lo que es claro es que los gobiernos, no solo en América Latina, ya no la tienen tan fácil y pueden durar cada vez menos. En Chile la primera derrota podría ser el rechazo a la Constitución e inmediatamente después, le caerá al gobierno una oposición cada vez más dura que buscará reemplazarlo. En esto, al parecer América Latina con Chile a la cabeza, en todo este proceso político que se está experimentando, está comenzando a revalorizar los beneficios que significa vivir en un sistema de economía de libre mercado pero inserto bajo un Estado que asegure derechos sociales para su gente.