Socialistas se unieron para brindar emotivo adiós a histórico militante Dante Panicucci Bianchi

Como dicta la tradición, el último tramo antes de llegar al Cementerio Municipal se hizo con el féretro a pie. La despedida de uno de sus militantes más antiguos tenía que cumplirse de esta manera. Así que rodeado de sus banderas rojas, el Partido Socialista brindó ayer la despedida final a Dante Panicucci Bianchi.

El responso se realizó en el Santuario María Auxiliadora, donde su hija Daniella hizo uso de la palabra para agradecer, en nombre de la familia, todas las muestras de cariño recibidas tras el deceso del destacado dirigente, ocurrido el domingo. 

Una vez ya en el camposanto, su amigo y familiar Ricardo Andrade Santana destacó la bondad, compromiso partidario de Panicucci, “un gran bastión, comprometido con los Derechos Humanos, a pesar de haber conocido la traición y el odio desde el golpe de Estado de 1973 en que fue torturado por muchos de quienes fueron sus compañeros en el Sag y el Indap”.

Los discursos tuvieron un paréntesis, con la interpretación del Tamo Daleko por parte de sus compañeros ex presos políticos.

De ahí fue el turno del consejero regional Antonio Bradasic, que por encontrarse en sesión del Core en Laguna Blanca, envió el mensaje de despedida para quien fuera su amigo. “Me asignaron la responsabilidad de despedir a Dante a nombre de sus amigos del ‘café’. Este grupo seguramente nunca se hubiese congregado por tantos años, cerca de 30, de no haber sido uno de sus integrantes el entrañable ‘Chueco’ Panicucci. Con Dante no era posible que los minutos no se transformaran rápidamente en horas, y los cafés se prolongaran interminablemente. Es que con su sangre italiana, sabía provocar… y encender el debate, para ver cómo todos nos acalorábamos, para él disfrutar y reírse de nosotros… ¡Cuánto más aburrido será el mundo sin ti, querido amigo!”.

Rasgo solidario

Destacó además que Panicucci fue un político, pero que “su postura nunca fue obstáculo para contar entre sus amigos a quienes no pensaban como él. Fue siempre solidario, preocupado por los demás, y aunque se esmeraba por mostrar el ceño adusto, no podía ocultar del todo su sonrisa cariñosa y muchas veces tierna. Su dureza no era más que una coraza, con la que -seguramente- pudo sobrellevar la bestialidad con que en su momento se ensañaron con él y los suyos”.

Finalmente, el presidente regional del PS, Pablo Bussenius, leyó una carta enviada por la presidenta de la Mesa Central del partido, Paulina Vodanovic quien entregó sus condolencias y posteriormente, entregó su propia despedida a Panicucci, que “ingresó a los 15 años y siempre fiel a su promesa de jamás desertar, estuvo 65 años, sobreviviendo incluso los horrores de la dictadura”, para concluir con un “honor y gloria, hasta la victoria, siempre” y la interpretación del himno del Partido Socialista.