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Costo de la Vida en Magallanes

Por Emilio Boccazzi Campos Lunes 31 de Octubre del 2022

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Claramente la situación pandémica y post pandémica, junto con el conflicto bélico en Europa Oriental, con claro impacto a toda Europa (están por entrar a su invierno 2023) han provocado un alza en el costo de la vida en casi todos los confines del planeta. 

La vida se ha encarecido además por una inflación galopante que en particular en nuestro país y región están golpeando con dureza como no se había visto en 30 años.

Alza en los valores en Unidades de Fomento (alza galopante de los créditos hipotecarios para los que lo tienen y casi una barrera de entrada para los que necesitan una vivienda), alza en los planes de salud, en las mensualidades de los miles de estudiantes que no tienen gratuidad y, en general, para seguros generales y decenas de cobros que se realizan en este impopular índice. La UF directamente sintonizada con la inflación, lamentablemente no está sintonizada con el alza de los sueldos que han perdido poder real adquisitivo. 

Por otro lado, la situación de inestabilidad mundial, la casi nula producción de hidrocarburos de Chile (a excepción de nuestra región con la producción de gas natural), sumado a la “usurera” aplicación del Impuesto Específico a los Combustibles por parte del Estado de Chile, hace de este cocktail un estado de situación que ha empobrecido claramente a los chilenos, que la gran mayoría no logra dar con formas de llegar a “fines de mes”. 

Hasta ahora todo lo que enuncio son solo constataciones, que cualquier chileno medio sufre (y me incluyo en ello por lo que hablo con conocimiento de causa), pero a este diagnóstico express uno espera que el Supremo Gobierno haga no sólo un mejor y más completo diagnóstico, sino que genere o diseñe una batería de propuestas de corto plazo, de aplicación para hoy o mañana y políticas sólidas para un mediano y largo plazo.

Una primera y aplicable a todo el país es la evaluación de eliminar, modificar o generar medidas transitorias y excepcionales de eliminar o reducir el impopular y usurero Impuesto Específico a los Combustibles. Este Impuesto junto al Iva encarecen en más del 50% el valor final de los combustibles que adquirimos en el surtidor, lo que en la Región de Magallanes se encarece aún más, por el factor transporte. Este impuesto aplicado en “DICTADURA PINOCHETISTA” post terremoto de marzo del año 1985, ha sido lo único que le ha quedado gustando a los distintos gobiernos del año 1990 en adelante. Por cierto, excusas para su derogación hay muchas.

Durante el último debate presidencial antes de la segunda vuelta, en diciembre de 2021, el en ese entonces candidato Gabriel Boric indicaba ante una posible rebaja del Impuesto Específico de los Combustibles, que en su gobierno “no se bajarán, debido a que estamos destruyendo el planeta en que vivimos y que tenemos que ser muy enfáticos en que nuestro desarrollo tiene que cambiar, porque si no, no va a haber futuro para los niños que están viendo este debate”, eso decía el ahora Presidente, pero claramente el cuidar el planeta debe ser una norma y una forma de vida, pero claramente se debe transitar gradual y decididamente a nuevas tecnologías (hidrógeno verde para producción de e-combustibles, utilización decidida de la hidrocinética, de la energía solar y eólica, todas al unísono) pero esto demorará para su aplicación efectiva y con llegada a todos, al menos una década o un poquito más. Cuidar al planeta y cuidar a los seres humanos y su simple vivir debiera ser una dialéctica permanente. Por un lado, unos viajan incansablemente por el Planeta con una huella de carbono enorme y otros sólo quieren llegar a trabajar a su “pega”. 

El voluntarismo ambiental debe conciliarse con el realismo y la empatía con los millones de chilenos, que a diferencia de las asignaciones parlamentarias para que los honorables se movilicen por el país (milloncito mensual promedio) o con los recursos que tienen las capas socio-económicas más altas, no son los privilegios que tienen y tenemos los que pagamos las bencinas más caras de Chile y que nos ubicamos en las regiones extremas. (¿Sabía usted que las bencinas más baratas están en Santiago donde lo único que conozco que se produce es smog y portonazos?).

Invertir con decisión por parte del Estado en la Refinería de San Gregorio, profundizar en el uso de G.N.C. en la Región, sacando después de 7 meses la norma que propuso visionariamente el seremi de Hacienda, para extender la posibilidad de que vehículos con al menos 15 años de antigüedad puedan utilizar sistema de Gas Natural Comprimido (lo que tiene menores costos y menos emisiones de contaminantes que la Bencina o el Petróleo) son algunas de las medidas que pueden y debieran tomarse.

Estudiar rebajas importantes con subvención estatal para los cientos de pacientes y enfermos que deben efectuar tratamientos médicos en los Centro de Salud del centro de país (el dictador, luego del “Puntarenazo” de 1984 aplicó una bonificación estatal a los pasajes aéreos de los estudiantes magallánicos de aquella época), la revisión de la llegada de los productos alimenticios que vienen del centro del país que llegan a través del sistema de transbordador (y que se encarecen permanentemente), revisión de los mecanismos de excepción y de bonificación estatal para las empresas instaladas en la región (salmonicultura) que, si bien genera una gran cantidad de mano de obra, crea impactos ambientales importantes y no genera una inserción de sus productos para con el consumo y su incorporación a la dieta alimenticia de los habitantes de la región. ¿Cosas e ideas por hacer? Muchas. 

¡¡Gobierno Regional y Delegación Presidencial Regional a pensar y actuar!! Los habitantes de esta tierra lo necesitamos.

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