Primera Compañía de Bomberos: los nuevos vecinos de calle Pedro Montt

Debieron pasar más de 121 años para que el cuartel de la Primera Compañía de Bomberos, “Bomba Magallanes”, fuera sometido a una completa reparación. 

Directivos de la misma compañía postularon el ambicioso proyecto. Esperaron 11 años, hasta que por fin se acogió y encontró el financiamiento. Más de 4 mil millones de pesos costará la “manito de gato”, donde la unidad técnica será la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas.

Todo conlleva siempre un sacrificio. Se gana por un lado y se pierde por otro. Los voluntarios dijeron todo sea por el bien mayor y se trasladaron con todo al gimnasio de la Anef, que les facilitó las instalaciones por los dos años que se estima debieran durar los trabajos.

A partir del sábado los “chicos buenos” de la Primera Compañía se trasladaron a su nueva casa, en calle Pedro Montt Nº950.

Problemas

El arribo y permanencia de la compañía no está exenta de problemas. El principal es la obstrucción de la entrada al local. Muchos automovilistas aún no se dan cuenta que estacionar frente a un cuartel de Bomberos está prohibido.

Los “tarjeteros” igual se encontraron con “nuevos vecinos”, así que ahora deben reorientar el cobro de estacionamientos.

El principal obstáculo en estos momentos lo representan los automovilistas que aparcan frente a la entrada o salida de la nueva unidad bomberil.

Angel Iglesias Vidal, director de esta emblemática compañía, entiende que “esto es nuevo para la gente” y, por lo mismo, agradeció la “comprensión de todos los vecinos, que están contentos de tener un cuartel en calle Pedro Montt, junto a la Cuarta Compañía que está en calle O´Higgins. Sin duda, es algo muy beneficioso para el sector, pero aún así falta que la gente sepa de nuestra presencia porque tienden a obstruir la salida de los carros del cuartel.

“Asumimos -agregó- que los conductores desconocen que estamos en las nuevas dependencias y que necesitamos que las salidas estén expeditas”.

Están haciendo uso de las barreras que colocaban en calle Roca, pero así y todo no las respetan.

Falta que la municipalidad instale la señalética respectiva. Confían en que a partir de ahí los conductores no estacionen frente al cuartel.

Arreglos

Habilitar y limpiar el gimnasio que les facilitaron no fue tarea fácil. Durante tres meses los mismos voluntarios de la compañía trabajaron en las tardes, después del horario laboral, en construir las nuevas instalaciones que los albergarán por dos años. Construyeron una cocina, la sala de reuniones, dormitorios para la guardia y el espacio que necesitan para sus capacitaciones. 

Los 14 millones de pesos lo financiaron con recursos propios de la compañía. Incluido el nuevo portón de fierro que confeccionaron con sus propias manos, y que vino a reemplazar uno añoso de madera.

“Ahora nos queda pintar todo el interior del gimnasio, la sala de máquinas, que nos permite guardar cómodamente nuestros carros. Incluso pensamos utilizarlo en algún momento como sala de capacitación y lugar que sirva de entrenamiento bajo techo”.

Iglesias admitió que están un poco nostálgicos, por abandonar el cuartel de calle Presidente Julio Roca Nº826, pero saben que es por una causa mayor, “ya que se vienen cosas mejores”.