Trabajar menos horas y producir mejor
Luz Bermúdez Sandoval Delegada Presidencial Región de Magallanes y la Antártica Chilena
Por muchos años los sindicatos de trabajadores y trabajadoras se movilizaron por conquistar mejores condiciones laborales y calidad de vida. Entre las demandas más recurrentes, siempre estuvo la reducción de la jornada laboral. Este viernes, el Presidente Gabriel Boric Font promulgó la ley que modifica el Código del Trabajo y establece la flexibilidad de la jornada que reduce de 45 a 40 las horas laborales.
En la última votación en el Congreso, la aprobación de la ley contó con 127 votos de diputados y diputadas, 14 en contra y tres abstenciones, dando cuenta así del alto nivel de acuerdo político para llevar adelante una medida que tuvo que sortear prejuicios y resistencias, pero que finalmente comenzó a tomar cuerpo y gana terreno la idea de que una jornada de 40 horas mejora la calidad de vida de quienes trabajan, permite destinar más tiempo a las familias y al esparcimiento.
La puesta en marcha de la jornada de 40 horas será gradual a lo largo de cinco años, con el propósito de proteger los empleos, adaptar los procesos productivos a nuevos ritmos y garantizar uno de los principales méritos que conlleva esta medida: elevar y mejorar la productividad de las empresas.
¿Y por qué trabajar menos horas ayuda a producir mejor? Los especialistas apuntan a varios factores, como –por ejemplo- que los trabajadores presentan mejor estado de ánimo, se reduce el estrés y se protege la salud mental. Las personas se enfocan mejor en sus tareas ante el hecho de que su jornada laboral es más corta. Al reducir el tiempo de permanencia en la empresa, las personas dedican más tiempo a los afectos, a los deportes –y por tanto están más sanas-, a leer, ver películas o simplemente al ocio. Saber que hay disponibilidad de tiempo mejora la calidad de vida.
Las empresas a su vez reciben el beneficio de personal más motivado, disminuyen los accidentes laborales y sube la calidad de la producción, además de reducir el ausentismo. En algunos países donde desde hace años hay jornadas más cortas de trabajo, también dan cuenta de que se genera más empleo, ya que las empresas abren vacantes para aquellas tareas que no alcanzan a realizarse en la jornada reducida.
Según estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), en Chile se trabaja 1.916 horas anuales, que se traduce en un 11,7% por sobre el promedio de los países del bloque que es 1.716 horas efectivas por trabajador. De acuerdo al mismo organismo internacional, América Latina es una de las regiones en las cuales más horas se trabaja en promedio al año y con una de las tasas de informalidad laboral más alta. Ello genera desigualdades.
Esta ley beneficiará de forma directa a más de cuatro millones 700 mil trabajadoras, trabajadores y sus familias a lo largo de Chile. La Ley 40 Horas incorpora además el principio de corresponsabilidad parental mediante bandas horarias, para permitir un ingreso y salida diferenciada a madres, padres y cuidadores de menores de 12 años.
En Magallanes tenemos trece pequeñas empresas que incluso antes de que termine el trámite de la ley ya tienen la certificación del “sello 40 horas”. Estas empresas –que en todo el país suman 490, de las cuales 207 son de regiones- pioneras en la reducción de la jornada laboral, demuestran la confianza en una medida que viene a mejorar la calidad de vida de las personas, de las familias y que en definitiva nos coloca en un mejor país.