Necrológicas

La misión de paz de Lula

Por Abraham Santibáñez Domingo 23 de Abril del 2023

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Ricardo Pedreira Dezio, un lector de Folha de Sao Paulo, resumió lo que debe ser el pensamiento de muchos de sus compatriotas: “Voté por Lula. Nunca me gustó el desgobierno bolsonarista. Pero creo que nuestro presidente comete un error al poner sus pies en dos canoas al mismo tiempo”.

Se refería a la inédita situación protagonizada por el mandatario brasileño al tratar de quedar bien con China y Rusia.  Tras su viaje a Beijing, donde ensayó su eventual papel como mediador en la guerra desatada por Vladimir Putin, en estos días Luiz Inacio da Silva está en Europa. Entre medio, el canciller ruso Serguei Lavrov visitó Brasilia. 

Sin embargo, lograr la paz es una tarea que puede desbordar sus buenas intenciones. Lula sostuvo primero que Ucrania y Rusia compartían por igual la responsabilidad del conflicto. Luego echó pie atrás y reconoció que Ucrania había sido invadida unilateralmente. Obviamente no puede navegar con los pies en dos embarcaciones al mismo tiempo.

La guerra es un conflicto imposible de resolver mientras una parte (Rusia) insista en que tiene la razón y actúa correctamente y la otra persista en su legítimo derecho a defenderse. Ucrania, como sabemos, lucha con todos los recursos disponibles, incluyendo el generoso apoyo de EE.UU. y la Otan. Pero, al mismo tiempo, el número de bajas, imposible de calcular, sigue aumentando dolorosamente.

El final parece lejano.

Hace unos días, la Duma (Parlamento) de Rusia aprobó por unanimidad una ley que crea un sistema de convocatoria distribuido por vía electrónica para informar a los afectados que han sido llamados a cumplir el servicio militar obligatorio. Se pretende facilitar de este modo la movilización de más tropas haciendo más difícil eludir el llamado. Según la nueva ley, los documentos se darán por entregados una semana después de haber sido enviados. Simultáneamente, a toda persona que haya sido llamada se le prohibirá viajar, a fin de evitar su fuga al extranjero.

Es, sin duda, un momento culminante en la “operación militar especial”, como bautizó Vladimir Putin a la invasión. Desde el invierno, los avances contra Ucrania se han paralizado, excepto por la larga batalla en la ciudad de Bajmut, en el Doneskt.

Se informó, corroborando la incapacidad rusa, que se estarían construyendo trincheras en su lado, lo que recuerda las prolongadas batallas de la Primera Guerra Mundial en el frente franco-alemán.

No es la única dificultad del régimen de Vladimir Putin. Una serie de documentos secretos que se difundieron en Estados Unidos confirmó la casi total parálisis de los avances rusos. Trascendieron, también por “filtración”, intercambios privados entre Putin y Donald Trump cuando éste estaba en la Casa Blanca. Según ellos, cuya existencia no está probada, Putin le habría dicho en confianza que lo que más podría atrasar el avance de sus tropas era que resultaran triunfadoras. Si los ucranianos se oponían, los derrotaría en dos o tres días. Pero, si se rendían fácilmente, las fuerzas rusas tardaría más tiempo en llegar a Kiev debido a la supuestamente entusiasta recepción que tendrían en el camino.

Esta visión, tan profundamente equivocada, revela la profundidad del error de cálculo del líder de una de las naciones más poderosas del planeta. Y permite ver  por qué la misión de paz de Lula no ha prosperado.

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