Defensores de los derechos humanos
El golpe militar de 1973 implicó un quiebre institucional y una transformación profunda de la vida de todos los chilenos.
Si bien persisten y siguen siendo irreconciliables las interpretaciones para explicar lo sucedido, hay una realidad que nadie puede desvirtuar ni desmentir: hubo violación sistemática de los derechos humanos por parte de agentes del Estado.
El ministro de Justicia, Luis Cordero, en su reciente paso por Magallanes enfatizó que las instrucciones recibidas por el Presidente Gabriel Boric son claras e igualmente desafiantes: en materia de derechos humanos, esta administración estará por toda la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas de la dictadura cívico-militar.
En particular, sigue siendo dolorosa una herida no cerrada en torno a los detenidos desaparecidos y los cuerpos no encontrados. Según las investigaciones judiciales, las víctimas de desapariciones forzadas fueron 1.092 personas que corresponden a detenidos desaparecidos y otras 377 que fueron ejecutados políticos sin que sus cuerpos hayan sido entregados a sus familiares.
Este 11 de septiembre se cumplirán 50 años desde que Salvador Allende fuera derrocado y se tratará, entonces, de una efeméride especial y altamente sensible, donde se recordará a las víctimas y a todos aquellos que fueron apresados y torturados por sus ideas políticas. Seguramente, se conocerán nuevos testimonios y habrá un vasto movimiento social y cultural.
Pero, también resulta un momento propicio para valorar el trabajo que muchas personas y profesionales realizaron a favor de la defensa de los derechos humanos, partiendo de la premisa de que todos los hombres y las mujeres somos iguales en dignidad y derechos. En algunos momentos y en la gran mayoría de los casos, se trató de una entrega anónima, cruzada por el íntimo convencimiento de que se tenía que socorrer a quienes sufrían y también por el temor a sufrir en carne propia las represalias propias de un período tan oscuro como lo fue la dictadura cívico-militar.