Las razones del alejamiento de Luz Bermúdez

Sin ser necesariamente una sorpresa, el cambio de rostro en la delegación presidencial regional se produjo en un momento bastante turbulento en materia de empresas y cadena de despidos en Magallanes.

Su primer traspié fue el sacrificio de Arturo Díaz, entonces seremi de Gobierno. Luego, tras el fuerte golpe que significó para el gobierno el arrollador triunfo de la opción Rechazo en septiembre pasado, no fueron pocos los que creyeron que era necesario remover, entonces, a Luz Bermúdez Sandoval. Pero, la profesional supo navegar en aguas turbulentas y movilizar apoyos. Esto le permitió, al menos, sobrevivir a la primera razzia de delegados presidenciales regionales.

Pero, desde entonces se agudizó la tensión con el Partido Socialista, donde un sector no veía con agrado la relación poco fluida que mantenía con el entonces seremi de Hacienda. Tampoco fue bueno el vínculo que se comenzó a tejer con el nuevo seremi de Gobierno y la llegada de éste no implicó un mejoramiento sustantivo en las comunicaciones, una de las grandes falencias de su gestión.

En el caso de Christian Gallardo, Bermúdez resintió siempre que éste pujaba por ser su reemplazante, movilizando a parte del PS para apoyar tal posibilidad. Esto derivó en la salida de éste hace poco más de un mes. Pero, ello fue un logro pírrico, pues redundó en que un sector del socialismo quisiera pasarle la factura a la delegada.

No obstante, más allá de todo esto habría sido el pésimo manejo de casos como el de Nova Austral lo que habría terminado por sellar la suerte de Bermúdez.

También en el mundo empresarial y de las inversiones se resintió la postura asumida por el gobierno de Boric en la zona, incluidas algunas seremías, frente a proyectos como los de hidrógeno verde. 

Tanto en el caso de Nova Austral como en el de H2V quedaron en evidencia las dos almas del Ejecutivo, teniendo por un lado representantes de una Patagonia libre de salmoneras y sin parques eólicos y, por otro, a los que se sumaron al sentir presidencial y comenzaron a entender el impacto en el empleo que tendría el cierre de Nova Austral y valoraron las proyecciones en términos de crecimiento que promete la industria del hidrógeno verde.

A esto se sumó el poco fiato entre la delegada y el gobernador regional en éstos y otros asuntos.

Luz Bermúdez Sandoval tenía los días contados. De hecho, pareció resistir mucho más de lo que muchos vaticinaban.