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“Mis sobrinos alguna vez podrán decirle a sus hijos, oye tu tío abuelo estuvo en una dictadura, y cayó preso por defender la democracia”

Domingo 7 de Mayo del 2023

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El pasado martes, producto de una septicemia generalizada murió en el Hospital Clínico de Magallanes, Pedro Díaz Domínguez, obrero y militante comunista de 64 años, que en 1984 participó en la primera protesta pública en contra del dictador Augusto Pinochet, conocida como “El Puntarenazo”, siendo detenido y torturado, durante seis meses en la cárcel pública de la capital regional.

Su infancia la vivió en Puerto Natales. Empezó a trabajar desde los ocho años, cuando se sumaba a las comparsas de esquila en Cerro Castillo. Tras el Golpe de Estado sus padres, que eran socialistas, abandonaron la ciudad por temor a represalias, radicándose en Punta Arenas.

“Yo lo conocí en el año 1976, estudiábamos en la Escuela Nº1, nos hicimos amigos y como pagaba pensión, después me fui a vivir con su familia hasta 1985. También hicimos el servicio militar juntos, prácticamente somos como hermanos. Pedro toda la vida fue muy consecuente, muy buen amigo, era querido en todos lados. Tenía mucha vocación de servicio, una pena, se fue muy luego”, afirma Octavio Rogel, quien recuerda que Pedro Díaz Domínguez fue quien lo invitó a ingresar a las Juventudes Comunistas en 1981.

A medida que avanzaba la década de los ’80, los ciudadanos iban perdiendo el miedo a la dictadura. Panfleteos, rayados, cortes de luz, barricadas, fueron una de las tantas formas de lucha. Así lo expresó su amigo y compañero Manuel Aguilante, en su funeral el pasado jueves en el Cementerio Parque Punta Arenas. “Se olvida la sociedad de cómo se logró la democracia, se llegó a ella con hombres como Pedro. Héroes anónimos como él combatieron al tirano sin tenerle miedo”.

En una entrevista publicada en el libro “Cartografía, Sitios de Memoria. Región de Magallanes”, realizado por la Agrupación Hijos, Hijas, Nietos y Nietas por la Memoria, el Ministerio de las Culturas, la Universidad de Magallanes y el Instituto Nacional de Derechos Humanos el año 2021, Pedro Díaz Domínguez rememoró su participación como “jotoso” en los Cabildos Populares y aquel 26 de febrero de 1984, día histórico conocido como “El Puntarenazo”.

Protesta en la plaza

“Estábamos afirmados en la reja con Aliro Christi y parados en el cemento. Nos quedamos al lado derecho. Justo en la vuelta de la iglesia. Yo llevé una bolsa con excremento hecha un globo. Cuando vi a Pinochet, se la tiré y reventó. Había cuatro carabineros frente a la zapatería Bata y la ‘cuca’ policial estaba detrás del kiosco. Veo que la gente empieza a correr para meterse en las rejas y me agarran los carabineros. De repente me veo en el aire. Nos meten a la ‘cuca’. Eramos cuatro, me parece. Christi, la Susana, una chica alta y yo. Me acuerdo que estaba contra el tránsito. Pasamos por Fagnano, Chiloé y Waldo Seguel”.

Ese mediodía de domingo, los gritos de “asesino” resonaron por toda la Plaza de Armas, 16 personas fueron detenidas, por manifestarse ante Pinochet, siendo transportadas en pequeños grupos a la Comisaría de Carabineros.

Posteriormente, serían trasladados a la Cárcel Pública, donde Pedro Díaz permaneció recluido, entre seis y siete meses, siendo víctima de interrogatorios y torturas por personal de Carabineros, Investigaciones y agentes de la CNI. Para luego firmar, durante un año y medio.

“Me decían: usted es comunista. Yo les decía: sí, orgulloso de lo que hice. Uno tiene su memoria, su historia. Mis sobrinos alguna vez podrán decirle a sus hijos: oye, tu tío abuelo estuvo en una dictadura, y cayó preso por defender la democracia”, relató Pedro Díaz Domínguez, en la publicación antes mencionada.

“Ayudó y luchó
por su ideal”

Su sobrino, Ricardo Díaz, quien lo despidió en su velorio poniendo el tema musical que él había pedido para su muerte, “Maldición de Malinche”, entregó las siguientes palabras: “Era mi tío, pero fue más que eso, como un hermano mayor, siempre estábamos en su galpón compartiendo. Me hablaba de la vida y de las cosas que él hizo, que fueron importantes yo creo, en un momento que se necesitó gente como él, que hiciera cosas, no que hablara sin hacer. Ayudó a mucha gente y luchó por su ideal, por lo que él pensaba que era lo correcto”.