Personas abandonadas en hospitales: sus familias los dejan y no vuelven nunca más
– Por el abandono de las familias o por la falta de redes de apoyo, una vez que se hospitalizan, ya no pueden ser dados de alta.
Más de 854 millones de pesos es el costo que tuvo que asumir la salud pública para atender a personas abandonadas en el Hospital Clínico de Magallanes, o también llamados pacientes sociosanitarios. Estos casos se refieren a usuarios que ingresan por una condición clínica, con elementos de riesgo de dependencia social o de cuidados sanitarios y, tras ser dados de alta no egresan, porque no tienen dónde ir, ya sea por el abandono de sus familias o porque no tienen redes familiares, en cualquier caso, no tienen quién los reciba.
En la mayoría de los casos, son personas mayores que cuando les dan el alta, nadie los va a buscar. Y no son casos aislados. Cuando se hizo el primer catastro en 2016, se determinó que existían más de 2.200 en todo Chile. Son camas que podrían estar ocupando otras personas, que por su condición de salud, con el consecuente impacto para los prestadores de salud. Pero también para ellos, que en la última etapa de su vida, viven una constante vulneración de sus derechos y es que el Hospital Clínico provee todos los cuidados clínicos, pero no es un hogar, no pueden salir al jardín, se controlan las visitas y las actividades darias.
Es así como la estadía tiene un costo emocional muy grande para los pacientes, una que está relacionada con la falta de visitas, de asistencia, la limitación de la interacción familiar. En escenario pandémico, además no hubo Navidad, ni Año Nuevo ni tampoco cumpleaños. Esto tensiona al equipo de trabajo, porque al hacer el control de signos vitales los pacientes, cansados de la hospitalización los reciben de un modo poco amable.
De acuerdo a una solicitud, que fue entregada por Transparencia, sólo en el Hospital Clínico de Magallanes, a abril de este año, se encuentran hospitalizados cinco pacientes que están considerados como casos sociosanitarios, con estadía que van de los 109 días (un poco más de tres meses) a los 430 días (más de un año).
El total de días de ocupación en el periodo son 1.384 con un gasto que supera los 854 millones de pesos.
La situación de estos pacientes es un problema complejo y se traduce en la sobreutilización de días camas, que son necesarios para poder recuperar otros pacientes.
Otro de los problemas que se produce es que, al hospitalizar a pacientes que ya están en condiciones de ser dados de alta, están generando un costo que, si bien no es tan alto en lo que es medicamento, lo es por la atención, que considera servicio de enfermería, de equipos, de apoyo, el aseo, de la alimentación. A ello se suma, el costo hundido, es decir, la producción que dejan de realizar.
Frente a ello, es necesario recordar que el hospital se autofinancia y genera sus ingresos en base a los egresos hospitalarios, entonces cuando los egresos hospitalarios son por prestaciones muy básicas, el valor del GRD, que es la codificación que los valoriza también es baja, entonces los pacientes podríamos tener pacientes vasculares de neurocirugía o traumatológicos, ocupando esas camas que hoy día son ocupadas por pacientes sociales, que no son personas que requieran una hospitalización, son más bien personas que están de alta pero no hay quién lo acoja.
Desde el Hospital Clínico se han tomado las medidas de manera que cuando un paciente se prolonga en su estadía se deriva a un centro de menor complejidad, de manera de garantizar las camas de mayor complejidad, para que estén disponibles para una persona que necesite atención de especialidad.
El apoyo de los
voluntariados
Para hacer frente a las necesidades de estos pacientes, por ejemplo, con pañales o productos de aseo personal, se realiza con el trabajo de los voluntariados, quienes entregan el apoyo y el soporte, a los pacientes que no tienen redes familiares, entregando pañales, útiles de aseo personal. Son ellos, quienes además visitan y conversan con estas personas de manera de apoyarlos en todo lo que necesiten.