Necrológicas

– Irís Marina Cárdenas Cárdenas
– Francisca Sierralta Cabrera

Joven de 24 años fallecida por uso de solventes terminó su enseñanza media el año pasado

Jueves 25 de Mayo del 2023

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  • Sobre los estudiantes con los que tienen sospechas de
    que consumen sustancias nocivas, las educadoras advierten que
    el rol del programa no es estigmatizar sino buscar la forma de
    apoyarlos, de prevenir y de generar tratamiento si es que es necesario.

 

Viniste a ser feliz, no te distraigas” puede leerse en uno de los muros de acceso a las instalaciones que acogen a los alumnos de los programas Caminos de Libertad y Caminos de la Tarde, dependientes de la Corporación Municipal de Punta Arenas.

En las dependencias emplazadas en calle Patagona 1070 se desarrollan estas iniciativas educativas que permiten regularizar sus estudios a niños y jóvenes. Trece a 16 años tienen quienes participan en Caminos de Libertad, destinado a la enseñanza básica. Y de 16 a 23 años es el rango etáreo de los alumnos de Caminos de la Tarde, que atiende a los jóvenes que esperan terminar sus estudios medios.

Precisamente a ese último grupo perteneció la joven de 24 años que anteayer falleció en el Hospital Clínico de Magallanes, como consecuencia del uso de solventes.

En 2020, ella había ingresado a Caminos de la Tarde y en diciembre pasado logró egresar de cuarto medio.

Teresa Bórquez es la coordinadora de Caminos de Libertad y Caminos de la Tarde. Junto a la jefa de la Unidad Técnico-Pedagógica, Claudia Chávez, recuerdan el paso de la joven por el programa.

Destacan que ingresó a Caminos de la Tarde en plena pandemia y que, como consecuencia de las restricciones del Covid-19, se utilizó el sistema de entregar carpetas con guías de estudios a los hogares de los alumnos. Así se avanzaba en el ámbito educativo y también se conocía el entorno de los estudiantes y se buscaban eventuales posibilidades para apoyarlos en otros temas.

Teresa explica que “nuestro objetivo va por lo pedagógico y también por el vínculo de contención, establecer relaciones y vínculos que les ayudan en sus propósitos y sus aspiraciones”.

Muchos de los alumnos llegan por iniciativa propia o a través de sus familias. El programa cumplió 26 años de funcionamiento y hasta ahora ha permitido regularizar sus estudios a unos 665 alumnos, tanto en enseñanza básica como en enseñanza media.

El año pasado egresaron 18 estudiantes, entre los cuales se encuentra la joven fallecida, y 3 de enseñanza media.

Las profesionales explican que el recinto que utilizan en la actualidad les permite entregar una atención adecuada a sus alumnos. Señalan que muchos de ellos provienen de hogares vulnerables y que, por lo mismo, hay que generar estrategias de apoyo diferentes que no sólo consideran lo pedagógico, ya que se agrega el trabajo psicosocioeducativo.

Si bien los alumnos egresan del programa, el vínculo se sigue manteniendo con los ex alumnos. De hecho, en marzo la joven llegó al lugar a saludar a los funcionarios. “Así como ella, nos vienen a saludar, a contarnos de su vida”, agrega Teresa.

Sobre los estudiantes con los que tienen sospechas de que consumen sustancias nocivas, las educadoras advierten que el rol del programa no es estigmatizar sino buscar la forma de apoyarlos, de prevenir y de generar tratamiento si es que es necesario, pero estableciendo el nexo con las instituciones a las cuales les corresponde hacer ese trabajo. Por eso, recalcan, es importante tener un espacio único para poder atender a los alumnos. Y ambas creen que la joven fallecida se sintió acogida en un lugar que busca entregar oportunidades para aprender y desarrollarse.

 

Había recibido atención especializada
del Senda en los años 2013 y 2014

Los solventes son sustancias altamente adictivas comparables incluso con la pasta base. Por eso la necesidad de evitar su consumo, en especial a temprana edad.

Precisamente el uso de este tipo de productos provocó una serie de lesiones en una mujer de 24 años que anteayer falleció en el Hospital Clínico de Magallanes.

A corta edad, en los años 2013 y 2014, la joven ingresó a uno de los programas de tratamiento dependiente del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), lo que daba cuenta de sus problemas con el uso de sustancias adictivas y nocivas para la salud.

Lorena Guala, directora regional del Senda, señaló que lamentablemente el uso de solventes sigue presente entre los productos que usan los jóvenes para drogarse. Recuerda que en 2007 se comenzó a notar mayor prevalencia por el uso de estas sustancias.

Se trata, dijo, de productos que tienen particularidades en relación a su acceso y que pueden encontrarse en los hogares, ya que son de uso doméstico. La experiencia muestra que algunos niños inician su consumo en quinto o sexto año básico y éste puede convertirse en problemático, ya que afecta desde el desarrollo psicosocial hasta el biológico.

En algún momento Magallanes lideró el consumo de inhalables en el país y, en 2015, se registró una prevalencia de 10,7% entre los jóvenes encuestados que declararon haber consumido sustancias nocivas. Las campañas para evitar su venta surtieron su efecto ya que disminuyó el consumo. La última encuesta de 2021, destinada a alumnos de octavo básico a cuarto medio, estableció que la prevalencia en el consumo de estas sustancias llegaba al 3,9%

Para Lorena Guala resulta muy relevante que tanto madres y padres, o los adultos cuidadores de los menores, estén alertas respecto de los eventuales signos que pueden presentar niños y jóvenes que están consumiendo inhalables.

Se trata de sustancias de fácil acceso, que se aspiran por nariz y boca, que incluso pueden llevar a la muerte en primera inhalación. Llamó a estar atentos a si las ropas de los jóvenes presentan olores a químicos, como acetona o bencina, si muestran marcas en la ropa o manchas de pegamento o si dejan envases vacíos en sus dormitorios. Otro indicador es la pérdida del apetito, una notoria mucosidad o rinitis, o erosión en nariz y boca producto de los gases tóxicos que tienen contacto con la piel.

“El llamado es a estar pendientes, preocupados y atentos a observar a los hijos de eventuales situaciones riesgosas. Los solventes tienen un efecto muy corto y esto hace que las personas consuman en reiteradas ocasiones para tener un efecto más prolongado y que puede provocar muerte súbita”, concluyó.