Necrológicas

Un inmigrante con éxito

Por Abraham Santibáñez Sábado 27 de Mayo del 2023

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Heinz era un adolescente judío cuando su familia se autoexilió desde Alemania en 1938. Cinco años más tarde obtuvo la nacionalidad estadounidense, fue llamado al ejército y finalmente abandonó sus sueños juveniles de ser contador y estudió becado en Harvard. Después se dedicó a la política internacional. Fue el brazo derecho del presidente Richard Nixon y asesoró a otros mandatarios norteamericanos. Su pensamiento marcó la política internacional y hasta hoy su voz resuena con fuerza en todo el mundo.

El viernes 27 de mayo Heinz, conocido ahora como Henry Kissinger cumplió cien años de vida. 

Su avanzada edad no le impide ser un activo observador y comentarista de los acontecimientos del mundo. Tiene dos libros en preparación y, en una larga entrevista para la revista The Economist, precisó sus ideas acerca del conflicto desatado por Rusia al invadir Ucrania y el futuro de las dos potencias actuales: EE.UU. y China.

Cree que las naciones poderosas no buscan dominar el mundo, sino tener presencia y ser respetadas. Lo planteó en el pasado, cuando sostuvo que Nikita Jrushov, que internacionalmente se mostraba muy agresivo, solo buscaba que se reconociera el papel a nivel internacional de la URSS. Hoy piensa que Vladimir Putin está en lo mismo.

Entre Rusia y Ucrania, Kissinger cree que la paz se logrará mediante un “equilibrio de insatisfacciones”:

“Ahora hemos armado a Ucrania hasta el punto en que será el país mejor armado y con menos experiencia estratégica en Europa. Si la guerra termina como probablemente terminará, con Rusia perdiendo muchas de sus ganancias, pero conservando Sebastopol (la principal ciudad de la península de Crimea), es posible que tengamos una Rusia insatisfecha, pero también una Ucrania insatisfecha. En otras palabras, un balance de insatisfacciones”.

Su visión pareció quedar confirmada por Yevgueni Prigozhin, el jefe de los mercenarios del Grupo Wagner, que han estado apoyando la invasión rusa. Prigozhin admitió en su canal en Telegram el fracaso de la campaña militar rusa en Ucrania, constatando que no se ha cumplido ninguno de sus objetivos. Por el contrario, “convertimos a Ucrania en una nación conocida en todo el mundo. Son (los ucranianos) como los griegos y los romanos de sus mejores tiempos”, dijo. La desmilitarización de Ucrania, la otra misión planteada por el presidente Vladimir Putin, también es un fracaso: “Si antes del comienzo de la operación especial ellos (los ucranianos) tenían digamos 500 tanques, ahora tienen 5.000. Si entonces tenían 20.000 efectivos para combatir, ahora son 400.000. Resulta que nosotros militarizamos Ucrania, y de qué manera”. 

Ante este panorama, el pensamiento de Kissinger en vísperas de su cumpleaños fue que el destino de la humanidad depende de si los dos gigantes (China y EE.UU.) pueden llevarse bien.  Es la idea del realismo en política internacional que preconizó siempre.

Considera que en EE.UU. predomina una interpretación errada de las aspiraciones chinas: “Dicen que China quiere dominar al mundo… Pero la respuesta es lo que quiere China es ser poderosa”. Los chinos “no avanzan hacia la dominación mundial en un sentido hitleriano”. Les basta, cree Kissinger, con “alcanzar la máxima fuerza de la que su país es capaz y ser respetados por sus logros”.

Notable visión para un anciano de 100 años, refugiado en occidente hace 85.