Necrológicas

– Guillermo Antonio Soto Santana

– Georgina Carlota Ly Alvarez

– José Luis Ampuero Pena

– Ladislav Agustín Yancovic Arbunic

– Cristina María Martínez Cabaña

Nuevas propuestas para el Día del Patrimonio

Miércoles 31 de Mayo del 2023

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Escribimos estas líneas luego de conocerse el reciente fallecimiento de Marta Cruz Coke Madrid, la ex directora de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Dibam, (1993-2000) y verdadera precursora de la iniciativa de crear el Día del Patrimonio Cultural en Chile. Hija del destacado médico y político conservador, candidato a la presidencia de la nación en 1946, Eduardo Cruz Coke Lassabe, en su mandato como encargada del servicio, -entre otras medidas-, promovió ante la Unesco que Valparaíso fuera declarado Patrimonio de la Humanidad e ideó en 1996 el proyecto para crear el bibliometro, un novedoso sistema de facilitación de libros en las diversas estaciones del ferrocarril metropolitano en Santiago, iniciativa que desde 2019 se extendió a Valparaíso, que luego de veintisiete años, con sesenta y tres mil volúmenes, cincuenta mil miembros inscritos y más de cuatrocientos mil préstamos al año, se ha convertido en la principal biblioteca pública de la nación. 

Hacemos este alcance, en momentos en que durante este fin de semana se realizará en todo el país, una nueva versión de una celebración que cada año despierta mayor entusiasmo en la ciudadanía. Se abren y se muestran al público en general, de manera gratuita, los distintos archivos, bibliotecas, museos, edificios históricos y patrimoniales que resguardan y cautelan, el patrimonio cultural, material e inmaterial de nuestro país.

Recordemos que la primera edición de este evento se efectuó casi tímidamente, con la coordinación del Consejo de Monumentos Nacionales en el gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle, el 17 de abril de 1999. A medida que fue transcurriendo el tiempo, instituciones gubernamentales, privadas y municipales de todo Chile se han incorporado a esta fiesta de la cultura. Precisamente, en 2018, el recién constituido Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, asumió en plenitud la organización de la actividad. Desde el año pasado, la festividad incluye al sábado y domingo del último fin de semana de mayo, lo que implica referirnos a este acontecimiento como Día de los Patrimonios. 

Este año 2023 se acuñó el lema “Recordar para el futuro”, lo que significa en términos prácticos, priorizar el concepto de memoria histórica. En Magallanes, tanto en su capital regional, como en provincias y comunas, se espera una gran afluencia de público para las distintas actividades que se ejecutarán.

El problema de 

la desmemoria

Con motivo de la celebración del Mes del Libro, el jueves 20 de abril tuvimos la oportunidad de brindar una pequeña charla a la comunidad educativa del Centro de Estudios Integral de Adultos (Ceia). Hablamos sobre la evolución del libro, y de las antiguas imprentas de Magallanes. Inevitablemente, entramos en el terreno de la educación nocturna, un tema que ha vuelto al tapete, a nuestro modo de ver, con la recuperación de la obra de Gabriela Mistral y su paso por la región entre 1918 y 1920. 

Dijimos en ese instante, que la historia de la educación nocturna o para adultos, como se le conoce también, es anterior a la llegada de Mistral al territorio. En medio de la discusión que se suscitó, recordamos otros episodios de nuestra historia cultural que se encuentran perdidos, olvidados. Anotamos varios de ellos, con el propósito de mencionarlos en este artículo. La actividad en el Ceia se complementaba con una visita que hicimos el día domingo 23 junto al director del establecimiento, Luis Vargas Báez, la bibliotecaria Nury Andrade Aros, los profesores Patricia Henríquez Concha y Mauricio Punoñanco Andrade y los miembros de la Sociedad de Escritores de Magallanes, José Luis Saavedra Dollenz y María Angélica Dollenz Ojeda, al domicilio del Premio Nacional de Historia Mateo Martinic Beros.   

Con respecto al encuentro con la comunidad del Ceia, nos sorprendió gratamente, la actitud de gente joven, que nos hacía preguntas, requiriendo más información. Nos quedamos eso sí, con una sensación agridulce, que refuerza una idea que venimos planteando implícitamente, en varios de nuestros escritos y tiene que ver, con la desmemoria de la región, o lo que el escritor Oscar Barrientos denomina como “amnesia intencionada”. No podemos seguir achacando de todos los problemas que tenemos en cultura al quiebre institucional que significó el golpe de Estado del 11 de  septiembre de 1973. Hay otros factores que confluyeron para crear este escenario: el mal uso de los medios masivos de comunicación; la pérdida de identidad en colegios y liceos; el cierre prematuro de las escuelas normales en la formación del magisterio primario o básico. Pareciera que el modelo educativo generado después de la reforma de 1981, con la creación de establecimientos municipales, particulares pagados y particulares subvencionados, ha provocado una mayor discriminación, secularización, con la consiguiente pérdida de identidad en colegios y liceos. 

Tenemos la impresión, que en algún punto se produjo la fisura que desgarró de manera inevitable lo que la educación pública había cimentado en décadas anteriores, alterando dramáticamente, el hilo conductor de nuestra memoria histórica. Es la pesada mochila que sobrellevamos, la de reconstruir una historia cultural fragmentada y que debemos transmitir a las nuevas generaciones.

Nuevos sitios

de memoria

En la conversación con los alumnos del Ceia y ante las preguntas requeridas, mencionamos distintos aspectos o tópicos en los cuales, nuestro territorio o provincia fue señera a nivel nacional. Varias instituciones que hoy son admiradas a lo largo y ancho del país, -como la Cruz Roja-, nacieron en Punta Arenas. Es sabido que en 1898 se inauguró en nuestra ciudad el primer servicio de alumbrado eléctrico de Chile. Estos importantes avances en infraestructura vinieron aparejados con otras obras de adelanto, como el Club de Golf, uno de los más antiguos de Sudamérica con actividad ininterrumpida, fundado a orillas del estrecho de Magallanes. En el mismo tenor, no podemos dejar de lado al Club Hípico de Punta Arenas, centro social y principal paseo público de los habitantes de nuestra ciudad. En sus terrenos, comenzó a escribirse la heroica historia aeronáutica de Magallanes. Desde allí, surcaron el cielo los aeroplanos de Luis Omar Page, David Fuentes y Mario Pozzatti, para efectuar el primer vuelo en la Patagonia, el 23 de agosto de 1914; el primer cruce por aire del estrecho de Magallanes, uniendo Punta Arenas y Porvenir, el 1 de noviembre de 1916 y el primer raid internacional que vinculó a Punta Arenas con Río Gallegos, en Argentina.     

La región fue posiblemente, cuna del cine nacional. Recordemos que un soñador, llamado Antonio Radonich Scarpa, -otro ilustre olvidado de nuestra historia regional-, comenzó en un lejano 1917 las primeras filmaciones que se conocieron en el austro. De estas experiencias, Radonich extrajo la idea de crear el que fuera el primer noticiario fílmico de la Patagonia, en momentos en que Punta Arenas despuntaba como plaza cinematográfica donde se exhibían las mejores películas del cine mudo, en los llamados biógrafos, como fue el caso del teatro “Royal” (José Menéndez Nº912). No olvidemos además, que Antonio Radonich nos legó uno de los mayores tesoros patrimoniales de la región: el cinema “Porvenir”, el tercero más antiguo de Chile, hoy felizmente restaurado en la capital de Tierra del Fuego.    

A su vez, la inauguración del cine “Politeama” (Nogueira Nº1195) con 583 plateas, 350 balcones y 250 galerías, un 4 de diciembre de 1920; del “Gran Palace” con 700 plateas y 450 balcones, el 23 de abril, de 1925; y del “Cervantes” con sus 550 butacas, el 11 de marzo de 1938 y su diseño al más puro estilo barroco español, le otorgaron a Punta Arenas un halo de ciudad amante del séptimo arte. Mucha gente ignora que el “Politeama” cobijó los más grandes espectáculos circenses que se conocieron en el austro. Se podría reescribir buena parte de las competencias de los inicios del boxeo en Magallanes con las históricas jornadas celebradas en aquel coliseo multiuso. Ni hablar del recinto que hoy alberga a la Séptima Compañía de Bomberos. Aquel edificio fue el mítico teatro Prat. En su proscenio debutó el aclamado grupo “Los hermanos Barrientos”. Décadas antes, en julio de 1918, en el teatro “Regeneración” de la Federación Obrera de Magallanes (Fom) ubicado en calle Errázuriz Nº446, el gobernador del territorio, coronel Luis Contreras Sotomayor con presencia del magisterio local (Gabriela Mistral se excusó de asistir al acto por encontrarse resfriada) estrenaron solemnemente la biblioteca de la organización.

La actividad cinematográfica y teatral de Magallanes alcanzó cotas muy altas en provincias y en comunas. En Puerto Natales fueron famosos los cines “Palace” y “Libertad”, éste último propiedad del Sindicato de Campo, Frigoríficos y Oficios Varios de Última Esperanza, último vestigio de las ideas anarco sindicalistas en la región. El cine “Enapolis” solía exhibir estrenos exclusivos en la misma época en que a Cerro Sombrero le denominaban “la Brasilia de Tierra del Fuego”. Bien podría entonces, diseñarse la ruta cinematográfica de Magallanes. 

La radiodifusión jugó también, un rol preponderante en el desarrollo de las comunicaciones en el austro. En abril de 1927, el ciudadano español Ramón Verde anunciaba las primeras emisiones de su radio experimental “Magallanes”, antecesora de un selecto grupo de radioemisoras que surgieron en Punta Arenas principalmente, entre los años 30 y 40. 

En un breve lapso aparecieron la radio “Austral”, el 7 de abril de 1932; la “Voz del Sur”, el 14 de mayo de 1933; “Polar”, el 29 de junio de 1940 y “Ejército”, el 7 de enero de 1941, rebautizada como “Militar Austral” el 16 de febrero de 1944, con motivo de estrenarse su nuevo equipo de transmisión, acontecimiento que coincidió con la visita que hiciera a Magallanes el Presidente de la República Juan Antonio Ríos Morales. No olvidemos que, el 4 de noviembre de 1966 se fundó radio “Presidente Ibáñez” y el 22 de febrero de 1967 se instaló en los antiguos estudios de radio Austral”, calle José Nogueira Nº1277, una señal de radio “Minería”. Cada uno de estos recintos contó con un anfiteatro, y grupos estables de artistas aficionados, que representaban programas de radioteatro. A modo de ejemplo, en radio “Militar Austral” nació  “El siniestro Doctor Mortis”, creación de Juan Marino Cabello. Creemos, que perfectamente, podría generarse una red cultural patrimonial en torno a estas radioemisoras y de su incidencia en la historia cultural de Magallanes.

 

Visita y programa 

de trabajo

Tal como expresamos en párrafos precedentes, la delegación del Ceia y algunos escritores fuimos a saludar a nuestro Premio Nacional de Historia (2000) y Premio Bicentenario (2006), el ex intendente Mateo Martinic Beros.

Debemos reconocer, a modo personal, que podemos sostener divergencias en muchos temas con el distinguido académico e historiador, pero, no tenemos ninguna duda, que incluso, una ínfima conversación con alguien de su estatura intelectual enriquece y enaltece cualquier discusión y polémica cultural.  

En esta ocasión, departimos en torno a varios temas que más bien, tenían relación con nuestro patrimonio, del que hemos sostenido invariablemente, se halla en grave deterioro o expuestos a otros tipos de peligros. 

Y cuando hablamos del patrimonio cultural de Magallanes no nos referimos sólo a los monumentos, plazas, o sitios de memoria. Bien lo sabe Mateo Martinic. Se trata de aquello que se halla oculto, olvidado, perdido en el tiempo. Es allí donde encontramos los mayores tesoros de nuestra identidad como región, que en la conversación matinal afloraron de golpe.

Por de pronto, -a propósito de los maestros del Ceia-, se requiere un reconocimiento urgente a los distintos cuerpos docentes que en diversas etapas de la historia de Magallanes dedicaron su vida a la alfabetización de hombres y mujeres del territorio, en la llamada Educación Nocturna o de adultos. Martinic recordaba que en Magallanes se fundó en Punta Arenas en octubre de 1916, el Centro Pedagógico cuya primera medida, fue la implementación de la obligatoriedad de la instrucción primaria, adelantándose cuatro años, a la famosa ley de enseñanza promulgada en Chile el 26 de agosto de 1920. 

Se impone entonces, conocer los nombres de los profesores que impartieron clases en la Sociedad de Instrucción Popular y en la Escuela Nocturna que funcionaba en el local de la Superior de Hombres Nº1 en calle Valdivia (hoy José Menéndez) Nº741. Del mismo modo, se podría ampliar el ámbito de la investigación a los cursos nocturnos que ofrecía a sus miembros, la Fom en su sede social, y, a las clases que se entregaban en el Instituto Don Bosco, donde por muchos años, funcionó la única escuela de artes y oficios de toda la Patagonia. 

Mateo Martinic sugirió también, destacar principalmente, el trabajo desplegado por las profesoras normalistas que sirvieron en el austro principalmente, en el período 1900-1940, antes que se creara la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales, cuya acción permitió, con el apoyo de distintos gobiernos, erigir la mayoría de los edificios escolares de Magallanes, por lo menos hasta 1980. Hay que considerar, que en el tramo recomendado por Martinic, caracterizado por la precariedad de las salas de clases, en que muchos estudiantes quedaban sin matrícula debido a la deficiente infraestructura educativa, funcionaron varios colegios particulares, los cuales eran atendidos por esmeradas profesoras que transformaban sus propios domicilios en escuelas. 

Así aconteció por ejemplo, con el colegio de la educadora Emma Bravo fundado en 1920 y que cerró sus puertas a fines de 1939. Llegó a funcionar con un silabario, tres cursos de preparatorias e incluso, un internado. La matrícula ascendía regularmente al centenar de niñas y niños. 

Otro caso especial, lo constituyó el colegio inglés de la maestra Zillah Goudie, creado en junio de 1923. El historiador Manuel Zorrilla Cristi asegura en la página 54 del tomo II de su “Magallanes en 1925”, que la matrícula en su primer año de actividades alcanzó a 35 alumnos de ambos sexos. En este ámbito, mencionamos además, a los colegios de “Miss Sharp” y “Miss Ellen”.

Algunas instituciones privadas como la Sociedad Menéndez Behety también colaboraron para dar impulso a la educación. En 1916 creó la escuela “Mina Loreto” que llegó a contar con una matrícula superior a los 30 educandos. 

Otras educadoras que debemos reconocer necesariamente: Carmen Nancul y su pequeña escuela que atendió en promedio a 25 alumnos, a Julia Garay Guerra, educadora que formó a varias generaciones y Sara Barría con su escuela ubicada en el barrio San Miguel. A menudo, suele decirse, que cientos de niños y niñas de la población 18 de Septiembre estudiaron las primeras letras en su aula. Otra institución educativa desaparecida lamentablemente, fue el colegio “Eusebio Lillo”, fundado en marzo de 1903, por Sara Navarrete, una de las primeras educadoras normalistas llegadas al austro desde Santiago. Creado inicialmente con el nombre de Instituto Victoria, fue una escuela mixta de instrucción primaria para la atención de niños de ambos sexos, subvencionada por la comisión de alcaldes de Punta Arenas, cuyo local se ubicaba donde hoy tiene sus oficinas el Registro Civil e Identificación, calle Ignacio Carrera Pinto Nº618, ex Ecuatoriana. 

Bien valdría la pena colocar una placa conmemorativa en cada uno de estos domicilios.