Necrológicas

“A la sombra del ovejero”, Memorias fugitivas de una estancia de Tierra del Fuego (1936-1956). Donald McKinnon Yung

Por Marino Muñoz Aguero Domingo 4 de Junio del 2023

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En 1893 se formó la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego, conocida y recordada coloquialmente en Magallanes como “La Explotadora”, dedicada a la ganadería ovina en la Patagonia y Tierra del Fuego. Esta compañía fue propietaria -entre otras- de la Estancia Fueguina Springhill, de la cual dependía la sección China Creek, escenario de las historias que nos comparte Donald McKinnon Yung en el libro que hoy reseñamos.

“Estos recuerdos tienen como objetivo principal dejar estampada la figura del hombre de campo fueguino y de las pocas mujeres que encontraron las condiciones para acompañarlos en esta soledad de la pampa”, señala el autor.

McKinnon Yung nació en Punta Arenas el 31 de enero de 1936 y tuvo dos hermanos. A esa fecha su padre, el escocés John McKinnon McLennan, era capataz general de China Creek, en los hechos el Administrador, a quien se le conocía como “El Mister”. Su madre fue doña Elisa Dorotea Yung González nacida en Punta Arenas y que vivió junto a su marido en la estancia. Hizo sus estudios primarios y secundarios en Punta Arenas y en 1954 ingresó a Medicina Veterinaria en la Universidad de Chile. En los periodos de esquila de diciembre a febrero se trasladaba a la estancia, donde desempeñó algunos de los oficios de la actividad y conoció la vida de estos establecimientos.   

Según los datos consignados por el autor, China Creek se ubica en la parte central de la Tierra del Fuego chilena, a 130 kms. de Porvenir, dedicada al manejo y crianza de ganado ovino Corriedale (raza preferentemente lanar). Agrega que en su doble galpón se esquilaban 130.000 lanares por temporada, tarea a cargo de 22 esquiladores profesionales.

Luego de una breve introducción, el libro continúa con la descripción de las dependencias de la estancia, separando entre el área productiva y las de vivienda y apoyo, distinguiéndose en esta última las casas destinadas al capataz general, la cocina y los habitáculos para los trabajadores, respecto de éstos el autor advierte: “En ellas podía haber cuatro camastros, con cueros lanudos por colchón, los que servían también de abrigo cuando alguien carecía de suficientes pilchas para abrigarse. Recién por los años cincuenta, llegaron los primeros colchones.”.

A continuación, McKinnon detalla las labores productivas y cada una de las funciones que se desarrollan en una estancia, y describe aspectos anexos como herramientas de trabajo o equipamiento necesario. También dedica unas páginas a los “personajes” propios de la pampa en esas épocas, como “Tumberos”, “Mercachifles” o “Zepellineros”. Asimismo, no escatima elogios para trabajadores como el “Tío Yayo”, don Olegario Ojeda Cárcamo (lo califica como “voz del pensamiento socialista”) o Sabino Pedro Mena Rivas: “único obrero que conocí del partido radical hasta la traición de González Videla a sus promesas electorales hechas a los obreros”. 

“A la sombra del ovejero” es un excelente trabajo testimonial que nos ilustra sobre una de las principales actividades económicas que han sustentado el desarrollo de nuestra región, al punto que modeló nuestra cultura en gran parte de sus manifestaciones, como relaciones sociales, lenguaje, vestimenta, entre otras. El gran aporte del autor radica en enfocar el relato desde y hacia el ser humano, poniendo en primer plano el valor agregado por el trabajo al proceso productivo y la caracterización personal de quienes desempeñaban cada uno de los oficios que contribuyen a él. Por otra parte, debe considerarse que McKinnon fue hijo de un Administrador de una estancia de “La Explotadora” y, no obstante, se desprende de su relato una apreciación positiva de esta labor y de la organización del proceso productivo en sí, ello no le impide tomar distancia al momento de analizar aquellos aspectos relacionados con la justa retribución al valor del trabajo y el impacto en las razas originarias aludiendo, por ejemplo, a “la desaparición de sus indios onas y su desigual extinción por las balas y el veneno”. Incluso relata un curioso episodio: “En esos años participé en una queja general contra El Mister” (su padre). El problema se originó por unos minutos de sobretiempo trabajados, entredicho que fue zanjado exitosamente por “El Mister” luego de parlamentar con una comisión de los empleados.

Estimamos que “A la sombra del ovejero” es un texto necesario para la adecuada comprensión de una etapa de nuestra historia regional. Junto con lo anterior, apreciamos la notable labor editorial del sello local “Entrepáginas” que, con publicaciones como ésta, contribuye al rescate de nuestra cultura.

* “A LA SOMBRA DEL OVEJERO”. Memorias fugitivas de una estancia de Tierra del Fuego (1936-1956) Donald McKinnon Yung, 1ª edición, Editorial Entrepáginas Ltda.; Punta Arenas, Chile, 2021, 55 págs.

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