“La invención de la patria”
Guillermo Muñoz
Periodista
Director: Galut Alarcón y
Chamila Rodríguez
Chile, 2014
En Youtube
“De este y otros paisajes traídos de la infancia se compone la invención de la patria” dice la voz en off del realizador Galut Alarcón en su ópera prima y que se encuentra disponible en la plataforma streaming de Youtube y anunciándose “con fines educativos y sin fines de lucro”.
Es el relato del director sobre la vida de su padre, el actor chileno Luis Alarcón, rostro infaltable del cine nacional por 5 décadas y unas dos décadas menos en las telenovelas desde mediados de los ‘80. Pero su tema no es una biografía sobre el actor al estilo de “Ennio” (2021), el documental que relata la vida musical del compositor italiano Ennio Morricone, sino al revés, es la visión introspectiva que el propio realizador realiza sobre su pasado y origen, una idea y tendencia de parte del documentalismo actual por indagar en sus historias personales antes que en las ajenas.
Se trata de una conversación pendiente entre el hijo y el padre, la que cierra un ciclo de varias conversaciones pendientes, la de Luis Alarcón con su padre, Esteban Alarcón, un empleado contador del Frigorífico en Puerto Natales que se adelantaba a los tiempos con una cámara fotográfica y de cine registrando imágenes de la zona y de los encuentros sociales en la localidad; y a la vez de Esteban Alarcón con su padre, abuelo del actor y bisabuelo del realizador, un aficionado al teatro que alguna vez anunció en el diario una obra “a beneficio propio”. No es un detalle menor, pero se trata de una generación ligada por vocación y el destino al cine.
Luis Alarcón retorna al pasado para reencontrarse con su pueblo natal, la casa de su infancia, recordar a su madre entre la cocina y la ventana, a su padre entre el trabajo y las filmaciones, a sus hermanos en las salidas al campo y, sobre todo, cuando trae a la memoria el despido cruel de su padre en medio de la enfermedad: “Así me hice comunista”, sentencia. Desde allí la incertidumbre, la partida a Santiago para acompañar a su padre enfermo. Su muerte y el posterior encuentro con el destino para convertirse en actor.
“La invención de la patria” está filmada con un tono íntimo, donde Galut Alarcón filma a su padre entre espejos, imágenes que sutilmente se distorsionan, detalle de los objetos de las casas y los testimonios del actor que a su vez responden a las dudas y preguntas de su hijo. El documental tiene encuentros de lujo como cuando Luis Alarcón revisa las imágenes sobrantes de las filmaciones de su padre en Natales con la montajista chilena Carmen Brito, con su partner actoral Jaime Vadell, y con el también actor, pero más conocido por su militancia en el Frente Manuel Rodríguez, Sergio Buschmann. Y sobre todo con su hijo Galut que se filma así mismo, deja la cámara a unos metros y se acerca a ese padre tan presente y ausente a la vez.
Es la pregunta sobre sus vidas tras el Golpe de Estado en 1973, la cercanía con el terror, la huida hacia un convento en Punta Tralca y esa sensación de abandono que a cada momento le refriega Galut. Una imagen los muestra con la silueta de ambos separados por un árbol, entonces Galut cruza esa línea divisoria más moral que visual para fumarse un cigarro. Quizás allí se resuelve todo. Quizás no.
“La invención de la patria” es el ajuste de cuentas con el pasado y un presente que a cada momento se reinventa. Es el diálogo pendiente de un hijo con su padre, que no es cualquier padre, sino Luis Alarcón, un rostro infaltable del cine chileno en casi medio siglo y que, como bien dice el documental, decide recordar porque es la manera de resistirse a la muerte.