Primeros injertos de cuero cabelludo en niños en el Hospital Clínico
El equipo quirúrgico del Hospital Clínico realizó exitosamente, por primera vez, dos injertos de cuero cabelludo en niños. Los beneficiarios fueron dos menores natalinos, quienes sufrieron graves quemaduras en su cuerpo producidas por fuego y que hoy, se encuentran sin secuelas ni cicatrices.
A comienzos de mayo, Carmen Barría Godoy vivió uno de los peores sustos, pues su hijo Vicente Barría (13) se vio afectado por un accidente que terminó con el 12 por ciento de su cuerpo quemado. “Mi experiencia obviamente fue terrible en cuanto al accidente, pero ya estando en el hospital me sentí más tranquila”, sostuvo la madre.
Su hijo se convirtió en el primer paciente de la región en recibir la técnica de injerto de cuero cabelludo para cubrir su piel quemada.
La doctora Nicole Roldán, cirujana pediátrica, especializada en la cirugía de injerto, explicó que en general para poder cubrir defectos de piel, ya sea por algunas heridas o quemaduras, se utilizan injertos. Hay dos tipos: de piel total, que son tres capas de la piel (epidermis, dermis superficial y profunda); o pueden ser injertos de piel parcial que es solamente la epidermis, que es la primera capa, y la dermis superficial, la profunda se deja, señala.
Entre las principales ventajas de realizar injertos con cuero cabelludo, detalló que se encuentra la mantención de coloración neutra, un proceso de cicatrización más rápido debido a la buena irrigación, la posibilidad de extraer muchos injertos de la misma zona del cuero cabelludo, y la ausencia de cicatriz visible, pues el pelo vuelve a crecer. “Es súper bueno, porque tenemos ahora una nueva herramienta que podemos empezar a utilizar en los pacientes que lo requieran”, planteó la doctora Roldán.
La cirugía que dura aproximadamente una hora puede realizarse en cualquier persona mayor de 18 meses, y se ejecuta en un plazo máximo de 14 días de ocurrida la quemadura para darle tiempo a la piel de epitelizar por sí sola. Una vez instalado el injerto, se realizan curaciones tanto en la zona dadora como receptora y luego el paciente, retoma su vida normal.