Necrológicas

Murió Fernando Botero, el artista más importante en la historia de Colombia

Sábado 16 de Septiembre del 2023

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Su deceso se dio a tan solo cuatro meses de que su esposa, la artista Sophia Vari, falleciera por complicaciones asociadas al cáncer.

Hay luto en el arte del mundo: murió el maestro Fernando Botero, el pintor colombiano más importante de la historia y uno de los más reconocido en el planeta. En la mañana de este viernes 15 de septiembre se confirmó que el reconocido pintor y escultor Fernando Botero falleció en la tranquilidad de su hogar en el principado de Mónaco.

La noticia del fallecimiento del artista más grande de Colombia fue confirmada inicialmente por el periodista de la W Radio, Julio Sánchez Cristo, quien recordó que ya en los últimos días el maestro -de 91 años- había presentado un quebranto de salud por el que permaneció algunos días internado en un hospital.

De acuerdo con Sánchez Cristo, Botero se vio afectado por una neumonía por la que tuvo que ser atendido en los últimos días. Pese a las complicaciones de salud, el director de la W Radio conoció que el pintor antioqueño prefirió seguir su recuperación “en la tranquilidad de su casa”, en donde continuó pintando hasta la semana pasada.

“Buenos pensamientos a uno de los colombianos más ilustres que nos han representado en el mundo entero”, fue el mensaje que le envió Sánchez Cristo al maestro Botero horas antes de que se confirmara su muerte.

Lina Botero Zea, la hija que el maestro tuvo fruto de su relación con Gloria Zea -su primera esposa-, aseguró ante los micrófonos de La W que su padre falleció en la tranquilidad de su hogar. De acuerdo con el relato de la también curadora, ella acompañó a su padre hasta el momento de su muerte.

Su gran pérdida

El deceso del maestro Botero se dio a tan solo cuatro meses de que su esposa, la artista Sophia Vari, falleciera el pasado 5 de mayo por complicaciones asociadas al cáncer. Frente al deceso de la también pintora, escultora, joyera y collagista griega, la hija del artista colombiano aseguró que la partida de su amada Sofía fue uno de los desencadenantes del deterioro de su estado de salud.

“La partida de Sophia deterioró mucho su salud. Mi papá ya llevaba muchos años con un párkinson terrible, pero hasta el último día de su vida continuó pintando”, afirmó Botero Zea a la W Radio.

“Efectivamente se fue Sophia y fue una gran pérdida para él. (…) En el caso de mi papá el arte fue su salvación, yo veía que pasaban las horas y él no se daba cuenta. Él era muy feliz en su estudio”, agregó la hija del maestro Botero, asegurando que hasta el último minuto de su vida, el pintor colombiano fue “increíblemente prolífico hasta su último momento”.

Aunque es muy temprano para que la familia Botera defina cómo lo homenajearán en Colombia, la hija del maestro Botero confirmó a la cadena radial bogotana que los restos de su padre descansarán junto a los de su esposa Sophia, que reposan en Pietrasanta, una localidad ubicada en la costa norte de Toscana, en Italia.

“Su ejemplo fue el regalo más grande de lo que él podía ser, de su amor por el país. Buscaba continuamente dejarle algo a su país. Es un ejemplo muy grande, doy gracias a la vida por el papá que me tocó”, concluyó Lina Botero en su entrevista con la W Radio, a la vez que confirmó que sus hermanos, Fernando Botero Zea y Juan Carlos Botero ya se encuentran viajando a Mónaco para despedir a su padre.

El legado de Botero

Nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín (Antioquia), Fernando Botero se convirtió en el artista colombiano que le dio protagonismo al arte nacional en los escenarios y ciudades más importantes del mundo. Sus obras, que son inmortales, llegaron a Estados Unidos, Francia, México, e incluso tocaron territorio europeo y asiático.

Botero no tenía planeado convertirse en artista. A los 15 años, casi por accidente, descubrió su pasión. El entonces joven pintor estudiaba para convertirse en torero y, debido a las dificultades económicas de su familia, decidió vender dibujos a la salida de la Plaza de toros La Macarena. Cuando vendió su primer obra, a tan solo 2 pesos, comenzó a considerar dejar el toreo por el arte, reseñó Semana.

Desde entonces su vida se repartió en Europa, México y Estados Unidos, siendo este último país donde saltó a la fama gracias a Dietrich Malov, el director del Museo Alemán, quien quedó encantando con sus ‘gordas’ y lo ayudó a realizar cinco exposiciones que llevaron al artista paisa a su estrellato. Desde ahí, las llamadas no se hicieron esperar y su legado artístico se fue repartiendo a lo largo del mundo.

“Nada me apasiona más que pintar”

En diciembre 2017, maestro colombiano Fernando Botero fue el protagonista de una amplia exposición en el Hotel de Caumont de la ciudad de Aix-en-Provence. La muestra era un diálogo ficticio con el español Pablo Picasso, a quien Botero admiró durante su juventud y en esa ciudad del sur de Francia, el pintor antioqueño conversó con RFI en español.

A pesar de sus orígenes, sus trayectorias y sus estilos tan diferentes, estos dos grandes artistas del siglo XX, Pablo Picasso y Fernando Botero, han logrado entablar en Aix-en-Provence el diálogo que nunca tuvieron realmente. “Botero, diálogo con Picasso” es una exposición que pone de manifiesto las temáticas comunes (retratos, naturalezas muertas, desnudos, etc), así como las referencias geográficas y culturales que compartieron. Pero también, cómo Botero se desligó de la figura del español para desarrollar un estilo propio. El pintor antioqueño conversó con RFI en vísperas de la inauguración de esta muestra en el Hótel de Caumont donde se presentan no sólo pinturas de ambos artistas sino también dibujos y algunas esculturas como el monumental Caballo (1999) del artista nacido en 1932 en Medellín.

– ¿Para Usted cuál es el objetivo de este diálogo?

– “ No se trata de una competencia. Es más bien una oportunidad que se creó para presentar a dos artistas que tienen dos estilos diferentes, pero que no son opuestos. Yo tuve una gran influencia de Picasso. Admiré su período rosa y azul y más tarde, sus naturalezas muertas. E incluso llegué a poner toques cubistas en algunos de mis cuadros. Me queda una gran admiración por él aunque no soy uno de sus seguidores. El deseo de seguir mis líneas y mis convicciones es quizás igual al que tuvo Picasso con sus obras. Fue un pintor coherente y yo trato de ser lo más coherente posible. La exposición es un mano a mano, o más bien, un homenaje que le hago y a la vez un honor de poner mis cuadros al lado de los de un gran maestro”.

– Es un diálogo pero con muchas voces porque Usted reivindica otras influencias, la de Velázquez, por ejemplo.

– “Es que la mejor manera de enriquecer una obra es pasar por la influencia de muchos artistas. Nada nace de la nada. Todo nace de un interés, de un conocimiento, de una pasión. He hecho muchas versiones de cuadros famosos. Trato de transformarlos con mis ideas en algo completamente diferente y original. A través del estilo uno se puede apropiar de temas famosos de la pintura para hacerlo ‘un Botero’. Además uno aprende más rehaciendo el cuadro que solamente mirándolo. Mis versiones no son un espejo, sino una posición estética distinta. En el fondo, todo lo que se ha hecho en la historia de la pintura es corregir algo a su manera. Cada pintor manifiesta una idea de lo que es la pintura. Yo creo en el volumen e imprimo ese volumen a lo que hago. Creo que la pintura debe tener fuerza y sensualidad. Es la razón de ser de mi estilo e identidad”.

– ¿Cuándo y cómo sintió que había conseguido su estilo?

– “Yo empecé a trabajar bajo la influencia de la pintura mexicana. En esa época, todo el mundo hablaba en Colombia de Orozco y de Rivera, que eran pintores de mucha fuerza. Luego me fui a Italia y me di cuenta que los mexicanos habían adaptado el estilo italiano a su cultura. Fue algo muy saludable porque se consideró que el tema latinoamericano era digno de ser pintado. Y luego conociendo a Masaccio y a Piero de la Francesca llegué a la fuente, vi los colores y la fuerza de la pintura italiana del Renacimiento. Dediqué dos años en Florencia a estudiar a los grandes pintores, mi estilo se volvió más personal, más extrema y radical. Hasta que llegué a pintar un “Botero”. Me tomó 20 años lograr un estilo claro y radical”.

– Cuando ve sus cuadros colgados junto a los de Picasso, ¿cree que deja una impronta en la historia del arte?

– “Uno nunca sabe que va a pasar con la obra de uno. Pero no me siento aplastado por la obra de Picasso. Y lo digo sin ninguna modestia. Pienso que mi estilo es claro y que si está allí junto a la obra de Picasso es el resultado de haber estado más de 65 años pintando todos los días”.

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