Contrarreloj
Guillermo Muñoz Mieres
Periodista
EE.UU., 2023
Director: Nimród Antal
Protagonistas: Liam Neeson, Matthew Modine, Jack Champion, Embeth Davidtz y Noma Dumezweni.
En salas de cine de Punta Arenas y Natales
El actor Liam Neeson ha interpretado con mayor o menor dramatismo al personaje heroico enfrentado a situaciones peligrosas, sea desde el exterminio judío como en “La lista Schindler” (1993), mentor de futuros héroes como en “La amenaza Fantasma” (1999), “Cruzada” (2005) y “Batman Inicia” (2005). Y en el último tiempo este registro se ha ampliado al ciudadano no tan común y corriente, de oscuro pasado y que de ser acorralado por un mal mayor decide sacar las uñas y dar vuelta la situación. Así ha sido en la saga de “Búsqueda Implacable” (2008) como el bravo ex agente de la Cia, Bryan Mills, que arrasa con todo para salvar a los suyos o el pasajero aéreo afortunado en “Non Stop” (2014).
De este último tipo de héroe se desprende el papel de Matt Turner, esposo y padre de dos hijos, dedicado a extraños negocios bursátiles que sale de su hogar en Berlín para dejar a sus hijos al colegio, algo a lo que no está muy acostumbrado, pero que ese día lo hará a regañadientes porque su esposa, a quien apenas escucha, se lo ha pedido. En el camino recibe una llamada donde una voz le advierte que bajo su asiento hay un artefacto explosivo que detonará si se mueve más de la cuenta o intenta escapar.
Es la intriga de “Contrarreloj” el nuevo filme de acción protagonizado por Liam Neeson, remake de la cinta española “El desconocido” (2015) y donde todo o casi todo transcurre desde el interior de un automóvil, con llamadas celulares, persecución policial por las calles berlinesas y un hombre atrapado en una conspiración que lo supera. La trama de “Contrarreloj” recuerda a la de “Máxima Velocidad” (1996) que acontece con un bus lleno de pasajeros o de “Enlace Mortal” (2002) donde un tipo soberbio es torturado psicológicamente al interior de una cabina telefónica.
El relato se fragmenta con primeros planos de rostros, detalle de los botones, pantalla del celular y entre medio la explosión de autos, la voz transformada de la mente criminal y una persecución que aporta al suspenso porque lo que no saben las fuerzas policiales lo sabemos los espectadores.
La película no agrega nada nuevo bajo el sol a este tipo de acción y quizás lo más interesante es que transcurre en tiempo real de la acción, es decir, los 90 minutos de duración son lo que Turner debe vivir para superar su pesadilla y en ese lapsus de tiempo convertirse en buen padre y esposo. Y lo otro es cierto humor trágico que evita explicaciones, como cuando pregunta por su esposa y la voz de una amiga le dice que no puede pasársela porque está en un trámite de divorcio o aquella donde la jefa policial le comenta con dramatismo histórico que desde 1945 en Berlín no se habían cortado las líneas telefónicas en clara alusión al fin de la Segunda Guerra Mundial.
Y esta situación, aunque traumática para el protagonista, deja dos lecciones: que tiempos pasados nunca fueron mejores y que la tecnología celular lo hace hoy todo más fácil.